viernes, 29 de diciembre de 2023

Índio da Cuíca, "Shirley"

Sus ojos son hermosos/ como las estrellas

Son tiempos raros, extraños, dolorosos. Tiempos en los que parece que solo se puede pensar en lo que nos hace la vida rara, extraña, dolorosa. Pero es necesario que la vida siga, no se cómo, pero que siga. Una de las formas de que siga es seguir haciendo lo que nos permite, justamente, sentirnos vivos. Por estos días, cuando saludo a los amigos y conocidos que les toca cumplir años, lo que insisto es en que celebren. Hay que seguir celebrando, no hay que permitir que estos tiempos nos quiten también eso. Y hay que permitirse la música, qué tanto. Por eso déjenme seguir presentando a los que forman parte del último Música Cretina. El tipo de la foto se hace llamar Indio da Cuica, acusa 70 años, y es un personaje de la música popular brasileña desde hace más de medio siglo. Su nombre viene un instrumento de percusión muy particular, donde no hay que golpear el parche sino tirar de él, un clásico dentro del samba de Brasil y con el que Indio hace milagros. Por eso se convirtió en un personaje, llegando a girar por el mundo acompañando artistas como María Creuza, Alcione o Roberto Carlos, e incluso durante muchos años como parte de un espectáculo de variedades de Brasil en el que le tocaba hacer su gracia: tocar la cuica como nadie. Durante todo su tiempo de esplendor como artista popular, Indio fue acumulando un puñado de canciones propias que siempre soñó con grabar, un sueño que pensó que nunca se cumpliría cuando la edad y su cuerpo ya no le permitieron seguir ganándose la vida con la cuica, y se dedicó a pintar casas. Fue entonces cuando se cruzó en una calle de su Río de Janeiro natal con un fan del instrumento y por lo tanto de su arte, y le terminó contando ese sueño perdido. Responsable del site Cuiqueros, dedicado a la cuica, Paulinho Bicolor se juntó con Gabriel de Aquino, que había ganado un grammy por un rescate similar del sambista octogenario Martinho da Vila, y con Renato Godoy, que forma parte del sello independiente QTV, donde se reúne a lo mejor de la escena alternativa y experimental carioca, y juntos el año pasado hicieron realidad Malandro 5 estrelas, el maravilloso disco solista de Indio da Cuica, un milagro que suena como un disco de samba sin tiempo, donde su protagonista, por supuesto, demuestra su talento con su instrumento pero ademas presenta un repertorio propio que es nuevo y parece clásico. Un ejemplo de ese mundo mágico suena casi al comienzo de un no-programa al que todavía me gusta decirle nuevo, con un tema dedicado a la mujer que lo acompaña en la foto que ilustra estas líneas, Shirley, pareja de Indio desde hace más de 30 años. Suyos son, al decir del cantante, unos ojos que parecen estrellas. Algo que podemos enterarnos porque los sueños perdidos también se encuentran, y es posible llevarlos a cabo cuando más perdidos parecen. No se si eso quiere decir algo en estos tiempos en el que no podemos ver hermosura ni estrellas, pero prefiero no decir más y dejar que suene la música. Y si es cretina, mejor.

jueves, 28 de diciembre de 2023

Ola Belle Reed, "My epitaph"

Cuando me vaya de esta vida/ dejenme partir en paz

Se las presento: la señora de la foto es un mito de la música country norteamericana, la reina de la canción de los Apalaches. Su nombre es Ola Belle Reed, y es su voz la que trae y lleva, la que cuando hagan play en el nuevo Música Cretina y de pronto la escuchen todo se detendrá, nada tendrá importancia salvo ella, salvo la canción, salvo su voz. Porque yo repito mucho que las canciones son mi religión, en lo único que creo, pero voces como la de Ola Belle forman parte de otro evangelio: no necesitan canciones, suenan y no importa nada, son la verdad y punto. Cuando Caetano Veloso dice que el rock norteamericano es la verdad y el británico es un pensamiento sobre la verdad, está hablando de esta clase de voces, aunque acá de rock lo único que haya es el dolor y la rebeldía ante ese sufrimiento, por la sola virtud de cantarlo. Los versos con los que arrancan estas líneas forman parte de uno de los grandes clásicos de Ola Belle Reed, My epitaph, un tema que grabó a los 56 años, cuando ya era toda una leyenda. Según cuenta su hijo David, que por entonces tenía apenas 19 años y es quien la acompaña en guitarra, la canción recuerda a un joven muerto en un accidente de auto. No tenemos ninguna promesa/ de que el mañana llegará, canta Ola Belle, que según David compuso el tema sin necesidad de utilizar ningún instrumento. Cantó nomás, y así habrá sido: con esa voz alcanza. Antes de grabarlo, allá por 1972 --en la casa de Gei Zantzinger, el productor que la había llamado para hacer un disco con su grupo de entonces, integrado por su familia: su hermano, su marido y su hijo--, Ola Belle se lo cantó a su David, que se las ingenió con los acordes y así quedó. El disco en cuestión se llama como ella, y esa versión es la que Alison Krauss eligió para un compilado que editó la revista británica Mojo, celebrando la aparición de su segundo disco junto a Robert Plant. Krauss tambien eligió para ese disco temas de Louvin’ Brothers, Everly Brothers o Ralph Stanley (los de Plant fueron Low, Calexico y Bert Jansch, entre otros). Ola Belle Reed nació en Lansing, Carolina del Norte, el corazón del bluegrass, en 1916. Fue la cuarta entre trece hermanxs, y uno de los dos millones de migrantes que abandonaron los Apalaches buscando trabajo durante la Depresión. Tocó y cantó su música desde pequeña, componiendo sus propias canciones, y llegando a liderar su propia banda, algo que no era muy común para una mujer durante aquella época. Se convirtió en un clásico casi sin darse cuenta, con sus canciones incorporándose al canon de la época, y también --posteriormente-- trascendiéndola. Regrabó My epitaph en 1976 para un disco pensado como su autobiografía y recibió en 1978 un doctorado honorífico de la Universidad de Maryland. Un infarto en 1986 la dejó postrada por el resto de su vida e incapaz de hacer música, siempre acompañada por su familia, con los que siempre interpretó sus canciones. Murió en 2002, a los 86 años. Pero esa voz, esa mirada, ese banjo y sus canciones claramente nos siguen avisando algo. Entre otras cosas, que la vida no promete nada, y que hay que partir en paz cuando llegue la hora de irse es apenas parte de lo que tiene para decirnos. Lo demás, cada unx deberá descubrirlo, antes y despues de las canciones y las voces. Porque hay mas, no tengo dudas. Sino no habría tanta música queriendo acompañarnos y decirnos cosas. Música siempre Cretina, qué tanto. 


lunes, 25 de diciembre de 2023

The Sadies, "So far for so few"

¿Todavía estás ahí?/ Avisame si recibís el mensaje

Este lunes de navidad necesitaba su lado cretino, así que acá estamos. Con un no-programa recién salido del horno, que intenta mediar entre este espíritu bipolar de tormenta-te-inundo y sol-te-voy-a-secar-el-cerebro con el que transitamos el fin de un año al que recibimos de la mejor manera y miren cómo nos paga el desgraciado. Es obvio igual que acá no mediamos nada entre nadie, sino que vamos por nuestro propio camino, así que los invito a que pasen, hagan play, y escuchen con el gorro rojo y la barba blanca puesta, asi ponen ustedes el espíritu navideño y yo solo tengo que agregar la música. Y dicho esto les presento a los chicos de la foto, que son los que inauguran este nuevo Música Cretina: se llaman The Sadies, son de Toronto, Canadá, y son la banda más querida por todos los cretinos, honorarios o no. Casi que no se puede cerrar los ojos y poner el dedo sobre alguna lista de temas sin dar con alguien que los considere como sus amigos. Yo los conocí en mi época de fanatismo por André Williams, ya que cuando volvió del abismo fue el grupo de los hermanos Good el que le hizo la segunda. Los Good, los buenos de esta historia digamos, son dos: el mayor es Travis, el menor es Dallas. O era, mejor dicho, porque a la temprana edad de 48 años de pronto abandonó el edificio en febrero del año pasado, o sea que en un par de meses se van a cumplir dos años en este infierno terrenal sin su bondad. Leo por ahi que la muerte fue por un infarto, justo cuando le habían empezado a tratar una afección congénita del corazón que una semana antes nadie sabía que estaba ahí. En el estado del mundo en que vivimos, no queda otra que contradecir a Woody Allen, que bromeó en Deconstructing Harry que los republicanos lo eran sólo porque no les llegaba suficiente sangre al cerebro. Lo lamento Woody, parece que los buenos --los Good, o al menos uno de ellos-- lo son sólo porque venimos fallados. Lo intenté todo por llegar a vos/ no se que más hacer, cantan los Sadies, y nos retratan a todos los que, realmente, no sabemos qué más habría que hacer. Por ahora estamos acá, donde no está más Dallas, que sí alcanzó a grabar, durante la pandemia, el disco en el que figura el tema con el que abre este no-programa navideño, titulado So far for so few, o sea: Tan lejos para tan pocos. Los hermanitos Good se criaron en un hogar lleno de música, ya que sus padres son leyenda dentro del bluegrass canadiense, pero ellos arrancaron por el punk de Toronto. Leo en los obituarios que salieron luego de la muerte de Dallas que su hermano mayor, Travis, lo sumó a bandas como Guilt Parade, Rat Crushers, Blibber o, mi nombre preferido, Satanatras. A partir de los ’90 tuvieron grupo propio cuando uno de sus amigos, Sean Dean, se compró un bajo acústico, una decisión que asentó un estilo musical alineado junto al alt-country, pero capaz de ponerse al servicio no solo de André Williams, sino de John Doe, Neko Case, Justin Townes Earle, Jon Spencer o Neil Young, entre la larga lista de nombres con los que alternaron y que los consideran sus hermanos, como se puede leer en las sentidas despedidas luego de la muerte de Dallas, firmadas por Steve Albini o Robyn Hitchcock. Tengo entendido que los Sadies siguen existiendo, pero hay un recital en vivo que se puede encontrar en YouTube en el que se respira la tensión de una despedida: fue grabado el año pasado justo después de que quedasen tres, y antes de que Mike Belitsky, el baterista, tuviese que pasar por el quirófano. Por entonces no sabían si iban a poder seguir haciendo eso que hicieron durante toda su vida y alcanzaron a filmarlo, con nada menos que Ron Mann --otro amigo de la casa-- haciendose cargo del rodaje. Spoiler: Belitsky salió bien de la operación y según veo los Sadies siguen girando por el mundo con su música, capaces de ir bien lejos por unos pocos, que es justamente lo que hay que hacer, una y otra vez. Es la razón por la que existe este no-programa, ni más ni menos. Aunque casi ni nos movamos de donde estamos. Y aunque el disco que Dallas Good alcanzó a grabar y ver editado antes de que la Parca lo viniese a buscar esté inevitablemente lleno de mensajes que en este mundo en el que vivíamos, y que no hace mas que despedirse una y otra vez, es imposible que no considerarlos, claro, como una despedida. ¿Andás por ahí, Dallas? Por favor avisanos si recibís este mensaje. ¿Andan por ahí, todxs? Por favor avisen si reciben estas musiquitas. Siempre cretinas, porque sabemos que es la mejor manera de conservar todo lo que uno no quiere dejar partir y, también, con ellas se despide mucho mejor todo lo que debe irse de una vez. 

domingo, 24 de diciembre de 2023

Tüssi Dematteis, "The Buenos Aires affair"

¿Qué se siente, Occidente?/ Aquí quemando puentes vinimos por vos

Lo confieso: no tengo espíritu navideño. Supongo que la culpa la tienen mis padres, que --como sus diferentes religiones les generaron tantos problemas a la hora de formar pareja-- eligieron criarnos sin permitir que ninguna ordene nuestras vidas. Una decisión que no hago más que agradecer cada vez que regreso a ella, pero que dejó a mi niñez sin pesebre, arbolito, Papá Noel y demases. Los regalos, eso sí, nunca faltaron. Pero también tengo claro que, a esta altura de mi vida, no puedo culpar a nadie por una costumbre (o ausencia de) que ya he adoptado como propia: la navidad no significa nada especial para mí, salvo en funcion de los demás. Los ritos tienen lo suyo, son narraciones destiladas, canciones solo con estribillo: son irresistibles, o sea. Por eso acá estoy, celebrando la inminencia de la navidark a mi manera, y en este caso es recordando que en el último Música Cretina --ya viene uno nuevo, a no desesperar-- hubo un estreno que es como un regalo de pompón rojo, barba blanca y jojojo. Nada menos que un adelanto exclusivo del próximo disco de Tüssi Dematteis, la voz cantante de la cretinísima banda montevideana La Hermana Menor, reconvertido a solista tardío, y que es quien canta el verso con el que arrancan estas lineas. Parecería hablar del tiempo que nos toca, pero en realidad lo que canta nuestro oriental se refiere a algún viaje a su occidente porteño de otras épocas, y la letra toda está llena de referencias al respecto. En la foto lo pueden ver al Tüssi disfrutando de otros veranos, los labios pintados: es una postal de Punta Rubia, una década atrás, cuando aún existía La Hermana Menor y mi vida estaba a punto de cambiar para siempre. Y aquí vamos otra vez. ¿Qué se siente? Que hay puentes quemándose, claro. Y que esa profecía que es mi maldición, la de un futuro oscuro pendulando entre Bastilla o Varsovia, toma hoy la forma --efímera, espero-- de un nuevo Versalles de influencers que no saben ni sonarse los mocos. Para que este mal sueño se termine antes de convertirse
en pesadilla recurrente es que invoco a la música. Vamos Tussi, es tiempo de que nos sigas cantando eso de que te dicen que, cuando hablás lento, tu acento se parece al de Jaime Roos. El muerto que parla, habla de vos, de mi, de todxs nosotrxs. Eso es lo que hacen las canciones. Es de lo que trata la música. Y si es cretina, mucho mejor.

martes, 19 de diciembre de 2023

Música Cretina 2023 #5

ESTO NO ES UN PROGRAMA

11-12-2023

Lado A

“Cada susurro/ de cada hora en vela”

1.- Vandera, Like
2.- Madness, Baby burglar
3.- Lyle Lovett, Peel me a grape (Dave Frishberg)
4.- Clydie King, Ain’t my stuff good enough
5.- Tigre Ulli, San Juan
6.- Soccer Mommy, Losing my religion (R.E.M.)
7.- El Canijo de Jerez, La plaga moderna

Lado B

“Aquí quemando puentes/ vinimos por vos”

8.- A. Savage, Elvis in the Army
9.- Willie Bobo, Dichoso
10.- Hamilton Leithauser + Rostam, A 1000 times
11.- Lurdez Da Luz & Quebrante, Para Celia Sanchez
12.- Lloyd Cole, Warm by the fire
13.- The Blind Boys of Alabama, You can’t hurry God
14.- Liz Phair, Free ride (Nick Drake)
15.- Tüssi Dematteis, The Buenos Aires affair

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sábado, 16 de diciembre de 2023

Willie Bobo, "Dichoso"

Si supieras, mi bien/ la falta que me hace tu querer

Permítanme que se los presente: el tipo de la foto nació como William Correa, pero el mundo de la música lo ha inmortalizado como Willie Bobo. La culpa del apellido la tiene la gran pianista norteamericana Mary Lou Williams, la dama del swing, que lo bautizó así luego de que grabasen juntos, a comienzos de los años ’50, por --como dice la mejor explicación que he encontrado por ahí-- “su manera sangana e ingenua de ver la vida”. Sin embargo, en el disco de Mary Lou con Willie, Piano contempo (1951), hay un tema llamado Bobo, en el que se lo puede escuchar al percusionista cantar en castellano, por lo que tal vez el apodo venga de ahí, ya que es una de las palabras que dice. Pero mejor imprimamos la leyenda, y a otra cosa. Una biografía sucinta de Bobo lo presenta como un hijo de portorriqueños que nació y se crió en el Spanish Harlem de Nueva York, rodeado de música. Comenzó con los bongos a los 14, un año más tarde se encontraba en un escenario con Pérez Prado y ya estudiaba con Mongo Santamaría, y a los 19 se había sumado a la banda de Tito Puente, apenas el comienzo de un camino musical que lo convertiría en uno de los grandes percusionistas de su tiempo, llegando a grabar en la segunda mitad de los ’60 una serie de discos solistas para el sello Verve. Uno de ellos, Bobo motion (1967), es el que incluye Evil ways, el tema que haría famoso a Carlos Santana. Poco después fue que el percusionista dejó Nueva York para instalarse en la Costa Oeste en busca de trabajo estable, primero en San Francisco y luego en Los Angeles. Confieso que así es como llegué a conocerlo, ya que Los Lobos lo versionan en el disco dedicado a la música de su ciudad que editaron en el 2021, el indispensable Native sons, que incluye covers de Buffalo Springfield, Beach Boys, The Blasters o Jackson Browne, pero también Lalo Guerrero o Thee Midniters. Y por supuesto también este encantador Dichoso, que Willie Bobo grabó en otro de esos albums para Verve, Feelin’ so good (1966), y que lleva la firma del pianista portorriqueño Nicolás Jiménez, el líder del sexteto de Joe Cuba. El cantante y guitarrista Cesar Rosas, que es el que se suele encargar de los temas en castellano de Los Lobos, cuenta que Bobo --que murió en 1983, con apenas 49 años, y su hijo Eric llegó a ser percusionista de los Beastie Boys y Cypress Hill-- era todo un personaje de la zona este de Los Angeles, y no solo recuerda haberlo ido a ver con alguna novia sino que hasta llegaron a compartir alguna fecha. Rosas cuenta también que empezó a cantar Dichoso durante la pandemia, cuando estaba encerrado en su casa y se dejaba llevar por la música y sus recuerdos, y su versión encontró naturalmente un lugar en Native sons.  Dichoso soy de ser/ el que te hace sentir dichosa, celebra tautológicamente el romanticismo de un tema que habla --en muchos sentidos y de muchas maneras-- de otra época y otros tiempos. Pero lo hace con los versos llenos de verdades, ¿no es cierto? Dichosa vos, dichoso yo: tan sencillo como eso. Por eso es que suena en el nuevo Música Cretina, a donde llegó de la mano de Los Lobos, pero en la voz y las congas de Willie Bobo. A ver si su manera sangana e ingenua de ver la vida se nos contagia un poco. 

jueves, 14 de diciembre de 2023

Madness, "Baby burglar"

Sin saber cómo rompiste todas las reglas/ a la deriva en tu barco de tontos

Hay un nuevo Música Cretina, y también hay un nuevo disco de Madness. Así que seguimos teniendo cretinadas y locuras por estrenar: a los que venimos del siglo pasado si de algo no  pueden acusarnos es de no estar a tono con los tiempos. En lo que se refiere al no-programa, si cogotean un poco y olisquean el ambiente, notarán que aún huele a nuevo, a recién llegadito, a prenda aún sin su primer lavado. Lo estrenamos el lunes, y este Baby burglar --de donde salen los versos con los que arrancan estas  líneas-- casi que abre el Lado A. Mientras los dedos se agitan buscando el link donde hacer play para dejarlo sonar, o al menos eso es lo que quiero suponer, les cuento que Bebé ladrón es el segundo simple de Teatro del Absurdo presenta: Madness,  Así es la vida, tal el metatítulo del primer disco del grupo de Camden en siete años de silencio discográfico. Los pueden ver en la foto, desplegando honrosamente cuarenta años de carrera en un delicioso retrato de familia disfuncional, porque... qué otra cosa es la cultura rock, o el ska, el 2-tone o como quieran llamarlo. En el caso de los Madness es honrosamente así: hijos de familias monoparentales, o hablaban de su vida entre ellos o se pegaban un tiro, y la ya lo ven: aún están entre nosotros, y a mucha honra. Este nuevo álbum --que fue presentado ante el mundo nada menos que por esa señora actriz que es Helen Mirren-- tiene la forma de una suerte de obra conceptual que incluye temas amasados por sus integrantes durante la pandemia, hasta convertirse en el Teatro del Absurdo en cuestión. De hecho, la aparición de este Baby burglar se puede rastrear hasta una anotación en la página del grupo que data de febrero del 2021, donde su cantante y líder Suggs asegura que se trata de una novedad “destinada a sumarse al canon de las canciones de Madness”. Eso si: por más que insista el grupo en explicar que Baby burglar nació luego de la incursión --siempre durante la pandemia-- de un ladrón en el hogar del saxofonista Lee Thompson, que es quien firma el tema, y que sus versos acusadores se permiten también recordar aquellos tiempos de juventud en que su autor no estaba extento de incurrir en semejantes pecados, no hay quien me quite de la cabeza que acá estamos hablando de otra cosa. Ajeno a tu destrucción/ convirtiendo otras esperanzas en brasas moribundas/ y sus cenizas en polvo, canta Suggs, y se me aparece la imagen de alguno de los personajes más impresentables y al mismo tiempo más poderosos de estos tiempos enloquecidos en los que vivimos. Cómo podes ser tan egoísta/ cómo podes ser tan cruel. Preguntas al aire y sin respuesta, en una canción que se mira en el espejo aunque sus autores no se atrevan a ponerle el cascabel al gato. O prefieran fingir locura para poder así abrir la puerta para que circule, vaya más allá de su destino natural. Parafraseando alguna de esas frases hechas con las que nos vienen castigando en estos días: dentro de la canción todo, fuera de la canción nada.


miércoles, 13 de diciembre de 2023

Vandera, "Like"

Entender que el fulgor se puede apagar/ y cantar en la luz y en la oscuridad

Antes que hablar de otras cosas, mejor contarles esto: hay un nuevo Música Cretina. ¿Ya se enteraron? Un no-programa flamante, prácticamente a estrenar, de ocasión... ¡Y qué ocasión! Pero ya quedamos que era mejor no hablar de ciertas cosas, asi que hablemos del tema cretino con el que abre esta emisión aún más cretina, cuyo autor es uno de los tres protagonistas de la foto que ilustra este post, el que está a la derecha, más precisamente. Se llama Carlos Vandera y forma parte de este equipo de rosarigasinos tan cercano a mi corazón. El equipo más rocker, claro. O más canción, no sea que el fantasma de Pappo se enoje por decirle rock a Páez, mas que nada porque no son estos días de enojarse con ninguno de los propios. Hay que juntarse, como suelen hacerlo Coki, Fito y Carlos, algo que demuestran en esta foto que apareció en las redes el día del estreno de la serie El amor después del amor, uno de los éxitos del año, qué duda cabe. Pero en lo que a mi respecta, uno de los éxitos de antes que se terminen estos doce meses con los que nos obligan a medir nuestro paso por este mundo es este tema de Vandera, con el que inaugura su nuevo disco, Outlet, en realidad un compilado del que este tema es el único estreno. El mundo en llamas/ y vos le ponés que te gusta, canta Carlos, bien a tono con los tiempos, y hace días que no puedo sacármelo de la cabeza. Al punto de que armé rápido un nuevo no-programa para dejarlo sonar y poder compartirlo. Vandera formó parte de una generación rocker rosarina que asomó en la escena a fines de los ’80, integrando uno de aquellos grupos que llegó al disco para quedar en nada con la crisis que clausuró aquella década. Certamente Roma se llamaba aquel grupo, y creo que todavía tengo su único vinilo en mi colección. Vandera tuvo una carrera solista, y después se incorporó a la banda de Fito, creo que para ese disco que según recuerdo es el que lo trajo de regreso a nuestro rosarino más famoso: El mundo cabe en una canción. Fue el que al menos lo juntó con los amigos de la foto, Vandera y Coki, y también el comienzo del repaso de su historia en vivo, o al menos eso recuerdo que fue lo que sucedió cuando los Killer Burritos pasaron a ser su banda y en ese repertorio brillaban los temas rescatados de los ’80. Vandera también estaba ahí, claro, y ahí se quedó, pero este recopilatorio --el primero de una serie de antologías temáticas o mejor dicho rítmicas de los temas de su carrera: este lleva de subtítulo Not funk, por ejemplo-- recuerda que antes que nada hay una historia propia, llena de canciones. “Las cosas ya llegaron hasta aquí/ era tan obvio que iba a ser así”. Y sí, acá estamos. Entendiendo, antes que nada, que está bien cantar en la luz, pero es fundamental hacerlo también en la oscuridad. Por eso es que hay un nuevo no-programa, aunque también era obvio que era lo que tenía que suceder. Porque si algo nos puede salvar, es la música. Y si es cretina, mucho mejor. 


viernes, 24 de noviembre de 2023

Ricardo Vicente, "A Joni Mitchell con todo mi amor"

No se te ocurra decir que no volvimos a grabar más discos buenos/ Que no tuvimos nada listo a tiempo

El que escribió los versos de acá arriba fue Ricardo Vicente, la del autorretrato es Joni Mitchell. Y si están juntos es porque Richi está refiriéndose a Joni en esa estrofa inolvidable de una de mis canciones preferidas del último Musica Cretina (¿todavía no lo escucharon?), un temazo prolifico e incontinente, de pollo y pasta al mismo tiempo, pata y pechuga en un mismo plato, al que ya nos tiene acostumbrados el ex Costa Brava y Tachenko. El tema se titula inequívocamente A Joni Mitchell con todo mi amor, y forma parte del debut en solitario de Vicente, que por estos días está cumpliendo una década. ¿Qué haces tan lejos de casa? (2013) apareció después de un extraordinario álbum previo, con otro título inolvidable, El problema de los tres cuerpos (2011), que Richi grabó en formato de trío, compartiendo vidriera con Francisco Nixon y The New Raemon, pero en el que --a pesar de ser el menos experimentado de los tres-- sus temas eran claramente lo más destacado del lote. Oriundo de Zaragoza, Vicente empezó a componer en La Costa Brava, ese milagro liderado por Sergio Álgora junto con Nixon, ya que como vecino de Sergio era el que tenía mas cerca para traducir sus ideas musicales, algo difícil de hacer sin ayuda ya que no era ducho con ningún instrumento. Después fue Fran el que alentó a Richi a seguir componiendo por las suyas, llegando a incluir sus primeras canciones en sus discos en solitario, hasta que --como les decía-- se desató y empezó a largar un bombazo tras otro (Si no me creen chequeen ejemplos como Todos tus caballos de carrera o El Palacio de los Gansos, que a esta altura ya son clásicos cretinos). Leo por ahí que Vicente dice que en este tema dedicado a Joni de lo que habla es de la relación de Graham Nash con ella. De hecho, la voz cantante sería la del buen Graham, el hombre que abandonó el Swinging London por el sueño de California. “En la tradición, la gente con mucho talento tiende a la autodestrucción”, explica Richi. “Tenemos muchos ejemplos de casos masculinos pero los femeninos no abundan tanto. Y lo que me interesa de esa relación fue cómo se invirtió el patrón machista, que ella fuera una bala perdida y Nash fuese el sufridor”. En aquel sorprendente homenaje a Joni que casi nadie conoce, y que ya tiene diez años, Vicente toma el riesgo de apuntar bien alto y no quedarse corto, es una de esas canciones que dejan sin aliento porque al escucharlas uno se queda esperando que caiga y no lo hace, sigue y sigue subiendo, un monumentazo de canción, que confieso haber escuchado por primera vez el año pasado --siempre fue difícil, antes de Spotify, conseguir por acá discos españoles--, cuando Richi tocó mágicamente en Buenos Aires gracias a la buena gestión de los chicos de Cabeza Flotante. Tú que nunca comes al medio día/ Y por la tarde te sientes fría/ Luego te vas a beber a un bar/ Todos te miran porque eres linda, canta Ricardo Vicente, encarnando a aquel enamorado Graham Nash retratando a Joni Mitchell casi tan bien como ella se dibuja, como se puede ver en la imagen que acompaña estas líneas. La bella Joni, sobreviviente, heroica, que en los últimos tiempos no hace más que volver de un abismo en el que casi cae, por culpa de su salud y de la edad, tan simple como eso. Este autorretrato forma parte de un libro que publicó hace un par de años, justo antes de la pandemia, con dibujos de su juventud, que había compilado originalmente en una edición sólo para sus amigos. Se llama Morning Glory on The Vine (2019), y en sus páginas Joni vuelve a demostrar por qué se considera antes dibujante que música. Una dualidad que ha resumido mejor en esta declaración que encontré por ahi: “Canto mis penas y dibujo mis alegrías”. En eso estamos, entonces. Cantando nuestras penas. La música, lo hemos dicho, es lo que nos salva. Y lo voy a decir de nuevo, porque suena lindo: si es Cretina, mejor. 


jueves, 23 de noviembre de 2023

Música Cretina 2023 #4

ESTO NO ES UN PROGRAMA

17-11-2023

Lado A

“No hay que tener el alma por el suelo/ porque viene cualquiera y la pisa”

1.- Cowboy Junkies, Five years (David Bowie)
2.- Andrés Calamaro, Los reventados
3.- Bruce Springsteen, I forgot to be your lover (William Bell)
4.- Broadcast, the note (message from home)
5.- El Petit de Cal Eril, Cada dia surt el sol
6.- Ceu, Pode esperar
7.- Belle & Sebastian, If they’re shooting at you

Lado B

“Solo necesito un lugar/ donde pueda recostar mi cabeza”

8.- Hugo Blanco y Su Arpa Viajera, Infinito
9.- Ralph Stanley, I’m willing to try
10.- Marcia Aitken, I’m still in love with you
11.- Lucinda Williams, Play with fire (The Rolling Stones)
12.- Cat Power, Pa pa power (Dead Man’s Bones)
13.- Ricardo Vicente, A Joni Mitchell con todo mi amor
14.- Mavis Staples and Levon Helm, The weight (The Band)

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miércoles, 22 de noviembre de 2023

Bruce Springsteen, "I forgot to be your lover" (William Bell)

¿Te he dicho, en el último tiempo/ que te quiero?

A esta altura todos ya lo deben saber, pero no está mal repetirlo: hay un nuevo Música Cretina, y como las canciones son un buen lugar donde refugiarse en tiempos como los que corren, están todxs bienvenidxs. De hecho, casi al comienzo del Lado A es la voz de Bruce Springsteen la que termina de abrir las puertas de lxs que aún duden de que éste puede ser un lugar donde quedarse. Lo acompaña otra voz inolvidable, la de Sam Moore, que no es otro que el venerable dueño del primer nombre del dúo Sam & Dave: el sobreviviente, digamos, ya que Dave Prater abandonó el edificio hace ya más de treinta años. Para los recién llegados al baile les cuento que se trata de un dúo que tuvo su momento de gloria en los años sesenta, firmados por Jerry Wexler para el sello Atlantic, en sociedad con el sello Stax. Pero siguieron vigentes una vez que se les terminó ese contrato, al punto de que Springsteen confesó haber llorado cada vez que los vio en vivo durante los ’70, y siempre los ha mencionado como una de sus grandes influencias musicales. De hecho, a fines de esa década tuvieron su regreso con gloria en la película de los Blues Brothers, e incluso a mediados de los ’80 llegaron a regrabar su gran himno Soul man nada menos que junto a Lou Reed. Vean la foto que ilustra este post, tomada en 2009: ¿no merece un epígrafe que diga quedate con alguien que te mire como Bruce mira a su ídolo Sam? Lamento no haber encontrado ninguna foto de Sam & Bruce que corresponda al año pasado, cuando se editó el que hasta ahora es el último disco de estudio de Springsteen, Only the strong survive, el número 21 de su carrera, un disco de covers de clásicos y no tan clásicos del soul, para el que grabó un par de temas con su ídolo. Uno de ellos es el que suena en este nuevo Musica Cretina, original de otro grande del soul, el señorazo William Bell, al que todxs deberíamos conocer, ya que le puso la firma a monumentos como You don’t miss your water o Born under a bad sign, que escribió para Albert King y luego versionó famosamente nada menos que Cream. El tema que versiona Springsteen de la mano de Moore es otro de sus clásicos, I forgot to be your lover, que ya pasó por manos de Billy Idol --y quedó irreconocible-- o Lee Scratch Perry, que la grabó como reggae con sus Upsetters. Acá Springsteen regresa a la versión original, que Bell escribió junto a su compañero de secundaria Booker T. Jones, y ambos grabaron para el sello Stax, del que formaron parte. Son muchas idas y vueltas, pero al volver al verso con el que comienzan estas líneas, no se si soy yo o los tiempos, pero no puedo menos que pensar que es la frase que Sergio Tomás les estuvo cantando a los esquivos votantes del peronismo, ya que esa pregunta en realidad esconde una afirmación. Y tanta reparación de apuro no parece haber sido suficiente. Me olvidé de ser tu amante/ voy a compensartelo, de alguna manera, confiesa y promete Bruce en los versos de Bell, y si en la realidad no hay tiempo de más, en las canciones siempre hay tiempo. De eso, después de todo, está hecha una canción. De tiempo y de ritmo. Y además repitan conmigo: la música siempre lo sabe todo antes. Y si es Cretina, mejor.


martes, 21 de noviembre de 2023

Andrés Calamaro, "Los reventados"

Voy a empezar a vivir de nuevo/ escucharte en silencio como en misa

¿Qué fue esto que pasó? No lo que sucedió el domingo, sino esto que llevaba nombre de lunes. Porque más que un día feriado pareció una eternidad sellada al vacío. Quedaron tan lejos todos esos momentos en los que aún parecía todo posible, parece otra vida. En realidad, la unica vida posible en estos dias es la que sucede entre canciones, por eso es que los vengo invitando a escuchar Música Cretina. Más que nada porque quiero creer que tiene sentido seguir preocupandose por eso, por poner un tema detrás de otro, y esperar que algo pase, que alguna ficha caiga, que podamos encontrar una respuesta, una palabra, sólo una palabra, como rezaba Luis Alberto. Tal como les decía ayer, cuando empecé a presentar tema a tema, que el tiempo viene haciendo cosas raras. Armé este no-programa hace casi un año, para fines del año pasado. Pero nunca me pude hacer el tiempo para subirlo, y luego se fue postergando porque otras canciones me parecían más urgentes. Cuando me quise dar cuenta, este puñado de canciones parece estar cantando lo que nos está pasando. Bowie dice en el tema que abre el Lado A que tenemos apenas unos años antes del fin del mundo, y ahora viene Calamaro a cantarnos sobre el cansancio de mirar la vida del lado de los reventados. Si volviera a empezar, sería distinto/ se rompió mi corazón de tiza, canta el Andrés que más queremos --no el de ahora, el que se muere por tener siempre la razón; sino el de entonces, que apenas si sabía lo que no quería--, y apenas llega esa voz uno se da cuenta, o mas bien lo siente en la piel --bah, al menos eso me pasa a mi-- que las canciones no se cancelan. Este Los reventados, uno de los tesoros de la reedición ampliada de Honestidad brutal, fue seleccionado un año atrás, no lo elegí para mojarle la oreja a nadie, se los aseguro. Pero sí me parece que ya vendría siendo hora de dejar de lado el odio y los lamentos, porque entre tantos rencores y pases de factura, y mas y mas dedos acusadores y lavados de manos, no escucho nadie que diga lo obvio, y es que la mitad mas cinco de nuestro bendito país no eligió regresar a ningún lado. Sino que optó por lo que, de alguna manera, era lo unico sano de lo que había en oferta: huir hacia adelante, apostar a lo nuevo, a lo desconocido. Si, ya se, son espejitos de colores, lo que viene no es nuevo y es peor. Pero entre tanta crítica, otorguémosle lo que les corresponde. Desgajemos a los nostálgicos y los jueputas, los advenedizos y los traidores: los que decidieron la partida tuvieron la valentía de apostar a lo nuevo contra viento y marea. ¿No nos hemos pasado la vida rezándole a San Spinetta y venerando su negativa al todo tiempo por pasado? Me parece que de este lado hace ya un buen rato que pretendemos detener al tiempo, apostando al pasado solo por pasado. A menudo, me pregunto la razón/ ¿Por qué se inclina la Torre de Pisa?, canta Calamaro, y yo nos pregunto, con una mano en el corazón: ¿quien hubiese votado a Massa-Rossi qué digo un año, medio año atras? ¿Dónde está el futuro en esos dos señores? Hay que decirlo: hasta que lo nuevo no nos alcance, estaremos persiguiéndonos la cola en un agujero. No hay calle para nosotros, al menos hasta que no entendamos de una vez por todas a los que abandonamos. Y otra vez, que cante Calamaro, o mejor, que la canción se cante sola, y nos descubramos moviendo los labios: El destino me clavó su arpón/ Mientras al mundo, mi quebranto le da risa. Desde el limbo en el que estamos penando, desde este particular purgatorio, dejemos que las canciones nos muestren el camino, nos abran los ojos, o aunque mas no sea, los corazones. La música salva, la música cura, la música nos puede también cachetear la cara, nos prefiere despiertxs antes que dormidxs. En especial cuando es Cretina.  

lunes, 20 de noviembre de 2023

Cowboy Junkies, "Five years" (David Bowie)

Las noticias acababan de llegar/ nos quedaban cinco años para llorar 

Más allá de este domingo que vamos a recordar para siempre, quiero creer que va a seguir existiendo ese lugar que nunca dejó de resguardarnos, que para mi --entre otras cosas-- se llama música. Las canciones, lo dije más de una vez, lo saben todo antes que uno, pero nunca imaginé que la cuestión podía ser tan literal. La frase de acá arriba originalmente fue de ese astronauta del futuro que supo ser David Bowie, y suena tan apropiada para este exacto momento que casi duele, quitándonos el aire como solo puede hacerlo el pavor que nos genera lo que vemos siempre de la misma manera y de pronto es otra otra cosa. Y esa cosa nos señala. La ansiedad de estos últimos días me permitió tomar un Música Cretina que estaba casi armado hace ya algunos meses --juro que fue así, todo esto es un extraño viaje temporal--, terminar de darle forma y subirlo de una vez por todas. Ahí está desde un par de días atrás, colgado, esperándolos. Supuse, en su momento, que venia bien para ayudar a pasar el tiempo hasta las definiciones. Así lo presenté, y así lo recibieron, justo es decirlo. Pero el pavor ante lo que nos apunta y parece habernos visto no me deja pensar muy bien, y no se de qué puede servir este no-programa en las condiciones actuales, ni siquiera si sirve para algo. Sí, lo sé, arranqué hablando de refugio, pero quién sabe qué tan rápido sucederán las cosas ni si habrá resguardo posible para todo lo que parece venírsenos encima. Lo unico que tengo claro es esto: acá estamos, aquí y ahora. Y lo que dijo Bowie entonces sirve también ahora mismo: no me queda lugar, decía Ziggy, tengo que meter demasiadas cosas acá. Nunca pensé que necesitaría tanta gente. Por eso, vengan. Acá estamos y nos quedamos todo lo que haga falta quedarse. Hay un nuevo Música Cretina, que arranca con el verso de acá arriba, que arrancó hace mucho tiempo en realidad, sólo que no nos habíamos dado cuenta. Pasen y escuchen. Lo que escribió Bowie lo cantan los Cowboy Junkies desde el tema que abre el Lado A, con Margo Timmins al frente. Tenemos cinco años, qué sorpresa. ¿Será así? ¿Realmente se puede contar en años lo que tenemos? ¿Es realmente una sorpresa? Habra que escuchar mas atentamente lo que tienen para decirnos, una y otra vez, las canciones. Eso que la música nos trae siempre a la mesa. Y como siempre digo: si es Cretina, mejor/peor. (Esta vez, habrá que tachar lo que corresponda) 

miércoles, 25 de octubre de 2023

Ricardo Iorio (1962-2023)


“Acá vamos a estar más cómodos”, explica, y hace colocar a los gritos dos sillas en el único rincón libre y servir dos vasos de vino con agua antes de hacer él la primera pregunta. 

— Si querés comprar carne, ¿adónde vas?, dice de pronto.

—A la carnicería —es mi sorprendida respuesta—.

— ¿Y si querés comprar verdura?, insiste.

— A la verdulería —respondo más tranquilo, ahora que creo haber comprendido el juego—.

— ¿Y si querés comprar remedios?

— A la farmacia.

—Entonces, si querés saber del metal pesado argentino, viniste al lugar indicado, anuncia con orgullo, y se golpea sonoramente en pecho.  

...

Me llega un mail con la noticia: se murió Ricardo Iorio. Y lo primero que pienso es en las veces que estuve escuchando en estos días, sin saber por qué, mis temas suyos preferidos: Aguante Bonavena y Convide rutero. Siempre me gustó la musica de Iorio, admiro a una amiga que me puede recitar las letras de V8 sin titubear (yo no puedo) o la versión que hace Lucas Martí de En las calles de Liniers. Y tambien me fascina cada vez que lo veo en una foto con un personaje impresentable de la política, como Biondini por ejemplo, y cuando miras bien la imagen, te das cuenta que el impresentable está mas asustado que Iorio. Tengo que confesarlo: la cancelación no me funcionó jamás con su música. Pienso que es algo personal, cada uno sabe si las noticias sobre los artistas no te dejan disfrutar su obra. Por ejemplo, yo no creo que Woody Allen haya abusado de su hija bebe, pero desde que empezó a salir con Soon Yi ya no pude disfrutar las películas de un director con el que supuestamente había una relación íntima, se compartía o al menos discutía una supuesta mirada sobre la vida, un vínculo que para mi se había roto. Pero con Iorio y yo nunca se rompió nada. Siempre supe quien era, y desde ahí me llegaban --y seguirán llegando-- sus canciones. Puede que haya ayudado, lo confieso, que no busco noticias suyas. Se poco y nada con quien se junta o las cosas que dice. También ayuda una nota que le hice hace mil años para la revista Pagina/30, en la que creo haber podido comprender, como él me dijo entonces, su trágica. De ahi es el diálogo con el que arrancan estas líneas. Recuerdo que entonces estaba en medio de la polémica de “si sos judío no me vengas a cantar el himno”, y como en una de esas la nota no salía como yo pensaba antes llamé a un par de amigos músicos para que me pintasen el personaje. Así me enteré que Juanchi Baleiron lo conocía de niño, de hecho Iorio lo iba a buscar a su casa para que su madre lo dejase ir a los conciertos. La dejaba tranquila que a su hijo lo acompañase Ricardo. También supe que no había que subirse a un auto que él manejase, me lo advirtió Ivan Noble, que casi no sobrevive a la experiencia. Fue Sergio Rotman el que me dio la clave: no hay que ofenderse con lo que dice, es como un animal de campo, siembre rasca donde pica. Todos ellos, y otros a los que llame, le tenían todo el cariño del mundo. Y yo descubrí, en esa nota, que a pesar de que Iorio ladraba, nunca mordía. Y cada uno de esos ladridos era un titular. Me dijo, por ejemplo: “Nosotros no estamos en la música para gozar de hoteles cinco estrellas o de piscinas o de fiestas. Sino de estar... ¿cómo te podría explicar? En un rigor que dura años. Somos locos, por eso lo hacemos. Somos 'rocanrol hijunagraputa' y es la única que nos cabe”. O sino, también: “Uno trata de ir creciendo día a día, pero hay una gran cantidad de odio y rencor dentro del corazón de uno, para qué lo voy a negar. Hay personas que se queman un fino y dicen ‘Uy, loco, vos tenés re-onda, vamos a hacer un taller literario’. A mí no me pega así, a mí me pega de otra manera”. Al final de aquel encuentro me quedaron claras dos cosas: uno, que estar en la jaula con el león y salir entero era un ejercicio agotador. Y dos, que en el fondo de todos esos rugidos había un vacío existencial difícil de llenar. Y que, supongo lo habrá acompañado hasta el final de sus días, siempre épicos, siempre trágicos, siempre terminales. Yo te saludo Ricardo, te perdono todos los patinazos, y te agradezco las canciones. Porque cada una de ellas funciona como el final de un largo viaje.

...

"Yo, a veces, voy al supermercado a llevar a mis nenitas que quieren ir al McDonald’s como cualquier criatura. Pero yo las llevo y no bajo. Y miro todo eso desde el auto y me digo: ‘lo que va a ser el futuro, mi Dios...’. Pero entonces trato de ser el mejor tipo del mundo para no volver a nacer nunca más acá, para que Dios me libere de estar en este cuerpo”, dice Iorio, que, inmediatamente, calcula que quienes escuchen a un metalero hablar de la reencarnación en una revista van a deducir apresuradamente “este tipo está loco”. Pero, como tantas otras cosas, le importa lo más mínimo. Y sigue. “Hay mucha gente que dice (imitando voz de gaucho): ‘Naaa, cuando uno muere, no hay mas na’a, cierra’ lo’jos y no hay más na’a’. ¡Claaaaro! ¡Y entonces nos cogemos a los chicos, chupamos sangre y hacemos un desastre! ¡Total no hay más nada!”, se encabrita el sufrido Iorio, buscando enfáticamente hacerse entender. “¿Ves cómo tengo las manos? ¿Ves que tengo grasitud, callos por todos lados, me ves las uñas? Escuchá a ver si entendés mi trágica... Esta es una personalidad, es una manera de vivir la vida... Yo creo que todos los que tienen internet pueden ser los más duchos, pero si les dicen que por allá asusta, no van... Porque vos podés ser un genio de la computación, pero cuando se derritan los glaciares y el mar llegue a la ciudad y la mierda salga de las cloacas, los que van a poder hacer mover el mundo son los que tengan manos como estas. ¿Entendés?”

domingo, 3 de septiembre de 2023

Somi, "Pata pata" (Miriam Makeba)

Cada noche de viernes y de sábado/ es tiempo de pata pata

En realidad es la tarde de un domingo lluvioso, pero espero que entiendan la idea. Para empezar, la idea es recordarles que el que hasta ahora es el último Música Cretina sigue esperando que lo dejen sonar. Si aclaro que es ‘hasta ahora’ es porque ya tengo listo el próximo, pero me parece que aun queda por escuchar y también quedan cosas por hablar del que está esperándolxs. Como la hermosa versión del tema de Miram Makeba que pueden encontrar en el lado B: este post arranca con uno de sus versos. Creo que la primera vez que escuché hablar del Pata pata fue en una historieta de Asterix, la de los Normandos. La protagoniza un joven que llega a la aldea con las costumbres modernas de París, o Lutecia, digamos. Y para demostrarlas se sube a un escenario durante un baile, y comienza a tocar una cancion que en la edición española está traducida como Pata pata. Yendo al original francés, descubro que lo que Goscinny y Uderzo le hacen cantar al joven es un tema inventado, Le monkix, cuya referencia pareciera ser Mickey’s Monkey de Smokey Robinson y sus Miracles. O al menos eso es lo que apunta el cantante francés Arnold Turboust, que en su cuarto disco, del año 1995, llenó el prolongado vacío generado por la ocurrencia de los autores de Asterix escribiendo y grabando su propio Le monkix. Pero mejor volvamos al Pata pata y a la hermosa y majestuosa Makeba, conocida tambien como Mama Africa, la primera estrella mundial femenina africana, a caballo justamente del tema en cuestión. Nació en 1937, en las afueras de Johanesburgo, hija de una madre de la etnia Swasi y un padre Xhosa, y murió en 2008, luego de participar --militante hasta el fin-- de un recital en Nápoles en apoyo al escritor Roberto Saviano. Makeba se asomó por primera vez al mundo con el pelo bien corto y los hombros desnudos, cantando en Come back, Africa, del norteamericano Lionel Rigosin, conocido por sus películas políticas y que mezclaban documental con ficción. Come back, Africa describe la vida en Sudáfrica bajo el apartheid, ganó el premio de la crítica en el Festival de Venecia en 1959, y condenó a Makeba a un exilio que se prolongó por mas de tres décadas. Confieso que no tenía mucha idea de la estatura política de Makeba, para mi era apenas la cantante de un tema de los tantos estilos que supieron estar de moda de los años ’60 hasta que los Beatles lo cambiaron todo, pero la reversión que realizó la norteamericana Somi, que le bajó el tempo e incluyó declaraciones de su autora sacadas de algunas entrevistas, refiriendose a la vida en su ciudad natal y mencionando el colonialismo, me hizo verla con otra luz. Es más: volver al Pata pata original me permitió darme cuenta que es un tema mucho más rico de lo que recordaba. La versión de Somi que suena en el Lado B de este no-programa está tomada de su disco Zenzile, cuyo subtítulo explica de qué se trata: La reimaginación de Miram Makeba. Pero el título también lo deja bien claro, ya que es simplemente el nombre original de la cantante, que significa algo así como “No le debés nada a nadie”. Así que los invito en este día lluvioso de lo que queda claro que aún es invierno, a hacer play en el que aún es el último Musica Cretina, donde suena el Pata pata según Somi, un tema que se deja escuchar como un fueguito ideal para días como éstos, en que necesitamos juntar las manos y calentarnos los pies. Porque, qué duda cabe, todavía queda mucho por andar.

miércoles, 26 de julio de 2023

Música Cretina 2023 #3

ESTO NO ES UN PROGRAMA

9-7-2023

Lado A

“Tendrá que disculpar a mi equipo/ fingen interés”

1.- Broken Bells, Saturdays
2.- Nico Landa, Las chicas de San Telmo
3.- Lefty Frizzell, I want to be with you always
4.- Bill Callahan, Natural information
5.- Tom Quintans, Así llegué a Corrientes (Tom T. Hall)
6.- Louisa Mark, Keep it like it is
7.- Pearla, Strong
8.- Iván & Los Terribles c/Boom Boom Kid, Santa María de Wuhan

Lado B

“Conservo lo que puedo/ de vos”

9.- Metronomy, Things will be fine
10.- Ana Carla Maza, Todo irá bien
11.- Somi, Pata pata (Miriam Makeba)
12.- The National, New Order t-shirt
13.- Sol Bassa, Fogones nocturnos
14.- Pascal Comelade, Dancing le momo
15.- Angel Olsen, Holding on

Escuchar

sábado, 15 de julio de 2023

Louisa Mark, "Keep it like it is"

Se las presento: ella es Louisa Mark, la gran pionera de un estilo de reggae romántico conocido como lovers’ rock. Que no los confunda su ropa en esta foto, la única más o menos decente que pude encontrar en las redes, tomada de la portada de su único LP, editado tiempo después de sus comienzos. Porque la pequeña Louisa era apenas una quinceañera que aún estudiaba en la secundaria cuando su voz le dio el puntapié original a un estilo que, según el especialista Lloyd Bradley, a pesar de ser haber sido prácticamente invisibilizado por el periodismo musical de entonces e incluso por la historia del reggae, debe ser considerado como la primera escena realmente británica del género. Hija de inmigrantes de Granada instalados en el oeste de Londres, padre obrero de la construcción y madre trabajadora de fábrica devenida luego en cuidadora de ancianos, cuenta la leyenda que Louise se hizo un pequeño nombre al ganar durante varias semanas seguidas un concurso abierto de cantantes femeninas que se realizaba en un pub londinense. Por entonces la escena del reggae estaba monopolizada por los cantantes masculinos: demasiado rastafarismo machista para un publico comprador de música principalmente femenino, según comenzó a darse cuenta un personaje clave para esta historia, tal como lo cuenta Bradley en esa biblia llamada Bass Culture. El tipo en cuestión era un DJ londinense llamado Lloydie Blackwood, rebautizado Coxsone en homenaje a uno de los grandes pioneros de la producción jamaiquina, que decidió poner manos en el asunto: metió a Louise en un estudio con musicos de reggae, le dio para cantar un perdido lado B del soul de Nueva Orleans firmado por un one hit wonder llamado Robert Parker y zas: Caught you in a lie se convirtió en un bombazo tan inmediato y extraordinario que abrió la puerta a toda una nueva escena, con sus productores, cantantes --generalmente tan jóvenes como Louisa en sus comienzos, de público a artistas en un parpadeo-- y hasta sellos propios. Al mismo tiempo que el reggae disfrutaba de su legitimación por parte de la comunidad rockera, un momento al que la historia oficial del rock inmortaliza con Clapton grabando I shot the sheriff, el lovers’ rock silenciosamente se cansaba de vender simples y lanzar la carrera de muchas cantantes, todos --público, canciones e intérpretes-- rescatados recientemente por esa maravillosa película llamada Lovers rock, justamente, dirigida por el director británico Steve McQueen, sí, el mismo de esa plataforma para el Oscar titulada 12 años de esclavitud. En lo que a mí respecta, el buen Steve está reivindicado por su serie Small axe, nombre colectivo para cinco películas dedicadas a la inmigración antillana en Gran Bretaña, de la que forma parte la deliciosa Lovers rock, que si aún no la vieron deben buscarla para disfrutarla este mismísimo fin de semana. Y si ya la vieron, confío en que esta mención haga que quieran volverla a ver. Lovers rock por supuesto que tiene su propia antología en forma de disco, de donde sale el tema de Louisa Mark que suena en el nuevo Música Cretina, un Keep it like it is que nos recuerda --hagan play, esperen que aparezca en el Lado A-- que las cosas pueden quedarse como están, y disfrutarse. Por un momento, claro. Pero qué momento. Musical, de ser posible. Y entonces repitan comigo: si es Cretino, mejor.  

jueves, 13 de julio de 2023

Pearla, "Strong"

Una sola palabra tuya/ y me desmorono

Se las presento: ella es Nicole Rodríguez, pero se hace llamar Pearla. Leo por ahí que su apodo viene de su abuelo, Jeff Pearl, que lideró un grupo de doo-wop de Brooklyn llamado The Neons, allá por los años 50. El verso con el que abren estas líneas son del tema que inaugura su reciente álbum debut, y que suena casi al final del Lado A del nuevo, nuevísimo Música Cretina, que ya deberían haber hecho sonar, verguenza debería darles si no lo hicieron, cómo van a sobrevivir entonces en este invierno que de pronto parece haber tomado conciencia de sí mismo y nos llueve y enfría. El tema con el que Pearla nos calienta los pies se llama Strong, y arranca negándolo todo, como corresponde: Pensé que era fuerte/ pero supongo que no. Y habla de un flechazo amoroso no correspondido, o al menos no tanto como merecería. Me quedé mirando una paloma, dice la letra, y cuando me quise dar cuenta me habían robado la tarjeta de crédito. Pearla le contó a la revista Consequence of Sound que la anécdota es real, que le pasó eso en la puerta de un negocio, y que le fascinó la rapidez con la que dejarse llevar por la belleza tiene su consecuencia. Su álbum debut llega seis años después de su primer single, y tres de su primer EP, así que Pearla viene tomándose su tiempo. Pero ante el título del disco es fácil perdonarle todo: Oh cebolla resplandesciente, la noche está llegando. Sí, tal como lo leen, ése es su título nomás. Y el arte de tapa, fíjense, remeda una ilustración medieval, con letras góticas y la imagen de un grupo de animales --hay un unicornio entre ellos-- reunidos bajo un cielo lleno de estrellas. Capas y capas de sentido, preguntas sin respuestas, en realidad preguntas que importan mas que las respuestas. Y la aventura de la vida ante todo, como narrativa. Ah, gracias Nicole, gracias Pearla. Justo lo que estábamos necesitando cuando estamos tomando aire para atravesar días como éstos, una taza caliente para las manos frías. El día está llegando pero si nos distraemos ya se fue. Hace falta mucha música para olvidarse de todo y calentar la vigilia. Y si es Cretina mejor, espero que ya no necesiten que se los diga.

miércoles, 12 de julio de 2023

Lefty Frizzell, "I want to be with you always"

Cuando haya partido y esté totalmente solo/ estaré cantando esta canción.

Se los presento: el tipo sonriente que está en el centro de la foto y casi detrás del micrófono es Lefty Frizzell, dedicado alumno de Jimmy Rodgers y compañero de ruta de Hank Williams, que lo acompaña de sombrero blanco en la imagen. Es el que canta el verso con el que arrancan estas líneas, ideal y perfecto para este miércoles en que el invierno finalmente parece haber respondido la burla que ya nos estaba haciendo el almanaque: “A ver, ese invierno del que tanto hablan, ¿está en esta habitación?” Es un verso que forma parte de uno de los clásicos de Frizzell, el más que romanticón I want to be with you always, un éxito del country de comienzos de los años ’50, pero que dentro de todo su almíbar esconde una sombra al deslizar que, si las cosas van mal con la amada hacia la que está destinada esta elegía, la culpa será suya, porque quien canta quiere estar con ella, siempre. Además de ser una de las grandes figuras del country norteamericano, Lefty fue uno de los primeros modelos de sus outlaws, de sus estrellas rebeldes: ademas de ir preso por intimar con una fan menor de edad al comienzo de su carrera, una cantidad de acusaciones similares, juicios con sus managers, accidentes de auto y su alcoholismo formaron parte de los escándalos y problemas que lo acompañaron durante toda su vida. Pero fueron también --y principalmente, es de esperar-- su voz y sus canciones las que lo hicieron leyenda entre sus pares: para Merle Haggard fue algo único que le sucedió al country, Willie Nelson le dedicó su tema From Willie to Lefty, y Roy Orbison eligió su nombre cuando debió rebautizarse para los Travelling Wilburys. La canción que forma parte de este Música Cretina dispuesto a enfrentar el frío y la lluvia fue seleccionada ni más ni menos que por Alison Krauss, la cantante por la que Robert Plant decidió plantar el regreso de Led Zeppelin. Prefirió salir de gira con ella que reunirse con su viejo grupo, y escuchando Raising sand, el primer disco que hicieron juntos, se entiende por qué. Krauss eligió a Lefty para la compilación que ambos reunieron para la revista Mojo en ocasión de la salida de su segundo disco, Raise the roof. Se trata de un tema conocido más allá del country y de su época por haber sido versionado por John Prine, y la versión que suena en el nuevo Música Cretina es la que Frizzell registró en sus sesiones para Columbia en el año 58, una época en que estaba en conflicto con el sello, porque grababa y no le publicaban nada. Viajaremos lejos, hacia alguna enorme y brillante estrella, solo vos y mi guitarra, y nos quedaremos ahí para siempre, canta, desea, promete e incluso amenaza Lefty --que murió en 1975, con apenas 47 años--, desde una de sus canciones más famosas, con la que este no-programa se le planta al invierno. Porque sabemos que todo se soporta y atraviesa mejor cuando hay música. Y si es cretina, mejor. 

martes, 11 de julio de 2023

Broken Bells, "Saturdays"

Es un don y quizá una maldición/ no se qué es peor

Se los presento: uno se hace llamar Danger Mouse y el otro es James Mercer, uno se hizo conocido al partir en pedazos y luego reunir bien juntitos al Album negro de Jay-Z y el Album blanco de los Beatles; el otro apareció en el mapa gracias a la ternura (¡esos coritos!) y la melancolía de New slang, el tema de su grupo The Shins, que muchos descubrimos en la película Golden State, ¿se acuerdan? Juntos, el ratón peligroso y el tipo que necesita canilleras son Broken Bells, un dúo que ya lleva más de una década, y que se conocieron cuando coincidieron en un festival europeo, Roskilde, se confesaron mutuo fanatismo, se pasaron sus contactos, y unos años después estaban haciendo canciones juntos. Si estamos hablando de ellos en esta mañana de martes lluvioso de invierno es porque son los que abren el nuevo Música Cretina con Saturdays, un tema del más reciente de sus tres discos, Into the blue, que apareció el año pasado después de una pausa de ocho años. Casi no hay momento en mi vida/ en que no reconozca el lento declive, es lo que arranca cantando Mercer, y después viene el verso con el que arrancan estas líneas, y es imposible que después de completar esa estrofa inicial el tema no te tenga agarrado del cuello. Mas porque el colchón sonoro y percusivo tendido por Danger Mouse tiene un inconfundible aire a campos de fresas para siempre que te hace flotar y permite que semejantes palabras lleguen más y más lejos. Pero antes de emprender la peligrosa ruta por la que conduce la parte maldita de todo reconocimiento mejor abracemos la parte que es un don de ese lento declive, el dejarse llevar, el mirarse como fuésemos otros, como si nos viésemos por primera vez, como cuando escuchamos por primera vez sobre esos eternos campos de fresa y supimos entonces y para siempre que la música y las canciones son las que nos llevan lejos y profundo, pero también las que nos traen de vuelta. De regreso a Broken Bells, de regreso a Música Cretina, y de regreso a este martes de invierno que necesita, no tengo dudas, de que suene el nuevo no-programa para ser menos martes y tal vez, quién te dice, iluminarse.

domingo, 18 de junio de 2023

Música Cretina 2023 #2

ESTO NO ES UN PROGRAMA

21-5-2023

Lado A

“Somos el bicho que hay que erradicar”

1.- Kathryn Williams, Put the needle on the record
2.- Dino y Sus Cianobacterias, Hay veces
3.- The Excellents, Coney Island baby
4.- Baby Charles, This time
5.- Perrate, Tres golpes
6.- Glen Lewis, Painted face
7.- Papercuts, Comb in your hair
8.- Biznaga, Todas las pandemias de mañana

Lado B

“Te escribo/ no se si esto te llegará”

9.- Killer Burritos, Hoy
10.- Danielson & Surfjan Stevens, Worried shoes (Daniel Johnson)
11.- Sister Stern, Devoted to you
12.- Elvis Costello, They’re not laughing at me now
13.- Los Santos, Saturno 2000
14.- Johnny Ray Daniels, Somewhere to lay my head
15.- Steve Forbert, Dignity (Bob Dylan)

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miércoles, 7 de junio de 2023

Dino y Sus Ciarlobacterias, "Hay veces"

Si no estás segura/ Dímelo, no importa que duela

Se los presento: el tipo con los panes debajo del brazo se llama Gaston Ciarlo, pero --al menos en Uruguay-- es más conocido como Dino. Así como lo ven, es uno de los artistas que suena en el que todavía sigue siendo el nuevo Música Cretina. Lo hace casi al empezar el Lado A, cantando los versos con los que comienzan estas líneas desde el que terminó siendo su álbum póstumo, que sus herederos decidieron no bautizar porque Dino nunca les dijo cómo era que quería llamarlo. Por eso apenas lleva el nombre grupal con el que encaró la empresa: Dino y sus Ciarlobacterias, una broma que supongo hace referencia al hecho de que lo acompañan sus dos hijos, Bruno y Santi. Dino había dicho que su sueño era retirarse tocando con ellos en formato de power trio, y este disco de alguna manera cumple con un anhelo que no tuvo su correlato en vivo, algo que le fue negado por la pandemia, ya que murió en noviembre del 2021, con el disco sin terminar y sin haber vuelto a pisar los escenarios. Lo conté mas de una vez pero vuelvo a contarlo: conocí la música de Dino gracias a Niquel, el grupo de Jorge Nasser, que en su momento de mayor éxito grabó un disco dedicado al rock uruguayo de los 70, que no había tenido continuidad en la movida rocker de los 80 en el país vecino. Un paréntesis: eso de hablar de otros cuando la luz del reflector los apunta es algo que suelen hacer los artistas uruguayos (tal vez tenga algo que ver con su proverbial e incluso se podría decir patológico perfil bajo), se lo vi hacer también a Jorge Drexler en Buenos Aires, recordando al Darno y a Cabrera justo cuando por primera vez por acá estuvieron dispuestos a escucharlo, algo que al menos Cabrera supo aprovechar. El Darno no estaba en condiciones de aprovechar nada, pero eso ya es otra historia. Cerremos paréntesis y volvamos a Niquel recordando el rock de los 70: lo mejor de ese disco eran las canciones de ese tal Dino, pero yo no tenía claro de quién era. Nadie lo mencionaba dentro del rock, ni siquiera Jaime Roos: la listita que había armado luego de leer el libro de Milita Alfaro no incluía su nombre. Ese siempre fue el gran pecado de Dino: demasiado rocker para el cantopopu, demasiado cantopopu para el rock. Pero, incluso con él mismo pateándose en contra, a Dino siempre lo salvaron sus temas, esas milongas rockeadas que supo inventar e inmortalizó hasta Zitarrosa, que le puso voz a ese monumento con forma de cancion que es su Milonga del pelo largo. Y ahora a lo que podemos volver es al tipo de la foto y de los panes, el Dino que conocí personalmente hace poco menos de una década, cuando viajé a Dolores, su pueblo, al sur de Fran Bentos, Uruguay, para entrevistarlo con la excusa de que estaba a punto de tocar en Buenos Aires como parte de un homenaje a Zitarrosa que se realizaría en Parque Centenario. Desde que había escuchado que se había mudado a Dolores para trabajar en un molino que quería viajar a entrevistarlo: es más, quería una foto de Dino con su guitarra delante del molino. No pudo ser: el molino seguía ahí, casi en la entrada del pueblo, pero Dino ya se había jubilado. Lo que sí pude hacer fue la nota, que salió en tapa de Radar con un hermoso diseño de Alejandro Ros, y luego una segunda versión, mas uruguayeada, salió en la revista Lento. En esa nota original, Dino me contó la historia detrás de su Milonga del pelo largo, la historia de sus huidas de sí mismo, de su militancia, incluso de un anticlericalismo fundado en haber sufrido a los curas desde su infancia, recordando aún la frase que lo recibía al entrar al colegio, con apenas seis años, que todavia le puede poner los pelos de punta a cualquiera: “Mira que te mira Dios, mira que te está mirando, mira que te has de morir, mira que no sabes cuándo”. Y la historia detrás de los panes de la foto es que era su compra de todos los días: uno para su casa, y dos para su vecino carnicero, que no tenía tiempo para ir a la panadería y entonces él le hacía el mandado. Ese era Dino, el que grabó Hay veces primero como simple, luego en su disco Milonga, de 1981, y volvió a grabarla con sus hijos, para el que terminó siendo su disco de despedida, una obra magna producida por Alejandro Ferradás , al que, insisto, habría que hacerle un monumento. Mientras tanto, hay que dejar que suene el Dino, hay que volver a hacer sonar este no-programa que dentro de poco le dejará su lugar al próximo. Pero para eso falta: todavía es otoño, estamos junto en la mitad de la semana, por suerte nos queda es la música. Si es Cretina, mejor. 

miércoles, 31 de mayo de 2023

Música Cretina en Radio Voxi #3

ESTO NO ES UN PROGRAMA

31-5-2023

Lado A

"No trates todo el tiempo/ de corregir mi vida"

1.- Sturgill Simpson, Welcome to Earth (Pollywog)
2.- Andrés Calamaro, No me vuelvas la espalda por eso
3.- Chrissie Hynde, Everyday is like sunday (Morrissey)
4.- Mark Kozelek, 2000 miles (Pretenders)
5.- Los Terapeutas, Hay cosas que no importan
6.- Aziza Brahim, Calles de Dajla
7.- Courtney Barnett, Nobody really cares if you don't go to the party

Lado B

"Volví para impedir/ que todo lo aprendido se muera"

8.- Chris Spedding, Silver bullet
9.- Varias Artistas c/Julieta Brodsky, Marcial
10.- Adam Green, Someone else's pain
11.- Spain, For you
12.- Palo Pandolfo y La Hermandad, Un reflejo
13.- Case/Lang/Veirs, I want to be there
14.- Sr. Chinarro, Efectos especiales

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(Emisión original Música Cretina 2016 #7, 18-9-2016)

lunes, 29 de mayo de 2023

The Excellents, "Coney Island baby"

Desde el día que te conocí/ mi vida está completa

Lo saben todo, ¿no? No solo hay un nuevo Música Cretina cosecha 2023 que acaba de llegar para acompañar este tardío otoño de días nublados y lluvia, sino que también desde Uruguay todos los miércoles a las 22 repasamos un no-programa vintage. Asi que mientras esperamos por el rescate de cada semana, les sigo contando qué es lo que suena en la segunda emisión Cretina de este año, que está ansiosa de que la dejen sonar haciendo play en el mixcloud. El versito de acá arriba corresponde a un tema del año 1962 que asoma apenas comenzado el Lado A, de un efímero grupo vocal neoyorquino que se eternizó en el recuerdo de un tal Lou Reed, al punto de homenajearlo usando el nombre de su único hit para bautizar no sólo el que tal vez sea uno de sus mejores temas sino también un disco: Coney Island baby. Sí, el Coney Island baby original corresponde a un sexteto del Bronx, que supo ser además uno de los pocos del género integrado solo por blanquitos. Tal como arranca de manera contundente su entrada en el libro de Billboard dedicado a los grupos vocales norteamericanos, se llamaban The Excellents, y lo eran. Y por suerte alguna vez conseguí ese libraco, porque al googlear se encuentra un recorte de la revista CashBox, fechado en el año 63, que cuenta otra historia: es un quinteto, son de Brooklyn, etc. Leyendo el libro firmado por Jay Warner me entero que esos falsos Excellents aparecieron cuando los originales --apenas unos adolescentes, tenian entre 14 y 17 años cuando empezaron-- pretendieron llevar sus propias cuentas, y el sello Blast, cuyo dueño era un tal Vinnie Catalano, los reemplazó por otros cantantes y a otra cosa. Así eran las cosas entonces en el maravilloso mundo de la música, no se confundan, Uber no inventó nada. Catalano es justamente quien firma el Coney Island baby original, y según Warner la nena de Coney Island tenía nombre y apellido: se llamaba Lili Loftus, y era recepcionista del parque de diversiones Astro Land. Al ser reemplazados los Excellents originales pretendieron seguir como The Excellons, y no tuvieron suerte. Pero con el tiempo recuperaron el nombre para continuar cantando, ahora como un simple acto vintage, mientras seguían también con sus vidas para terminar trabajando --apunta la pequeña enciclopedia de Billboard-- como psicólogos, ingenieros civiles, en firmas de inversiones, construcción, iluminación o empresas de aguas corrientes. Una vida completa, ¿no es cierto, niña de Coney Island?


domingo, 28 de mayo de 2023

Johnnie Ray Daniels, "Somewhere to lay my head"

Se los presento: el señor de la foto se llama Johnny Ray Daniels, y el año pasado, con 76 años, sacó su demoradísimo debut como solista. Daniels nació a finales de los años 40, en Carolina del Norte, y con sus hermanos --eran seis en la familia-- cantaba canciones de iglesia y de los grupos vocales de la época. Johnnie Ray aprendió a tocar la guitarra escuchando cómo lo hacía su padre, que trabajaba en la cosecha hasta que logró entrar a una fábrica de tabaco cercana, donde también terminó ingresando su madre. En vez de seguir su camino hacia la fábrica, el joven guitarrista se dedicó a la música, y a los 20 años ya estaba tocando en un grupo local y prometedor, los Soul Twisters, hasta que tuvo una revelación. Dependiendo de la nota que se lea, sucedió después de un accidente o simplemente en medio de un show --esta es mi versión preferida, que incluye un público blanco en una whiskeria, todos borrachos y bailando--, cuando Daniels escuchó una voz que le decía: “Este no es tu lugar”. Así que lo dejó todo para tocar en la iglesia, y terminó casándose con Dorothy Vines, que tenía un grupo religioso con sus hermanas, Glorifying Vines Sisters, para las que aprendió también a tocar el piano y desde entonces se sumó a la banda. Medio siglo más tarde, Johnny Ray recién publicó su primer tema bajo su propio nombre como parte de Hanging Tree Guitars, un libro que cuenta la historia de un particular artista llamado Freeman Vines, luthier y filósofo, que ha dedicado su vida a deambular por Carolina del Norte, usando todos los materiales que caen en sus manos para tratar de crear la guitarra que genero un sonido que lo persigue en sus sueños. Como el nombre del libro lo anuncia, las guitarras que son su eje --y del disco que lo acompaña-- fueron creadas con maderas halladas en un campo donde hubo árboles utilizados para linchamientos. Vines intenta resignificar ese macabro origen con sus instrumentos, y convocó a Daniels para eso: “Era el primero en mi lista, nadie se le acerca como guitarrista. Toca acordes diferentes al resto. Y su padre,  Jarvis, era igual. Uno mira sus manos y parece que no están haciendo nada, pero hay tanta musica saliendo de esas guitarras”. El tema que Douglas tocó con la guitarra de Vines llamó la atención del mundo de la música, tanto como para que lo invitasen a grabar su primer disco como solista, Whatever you need. Ese tema con el que comenzó todo es el que que suena casi hacia el final del Lado B del que hasta ahora sigue siendo nuestro último no-programa, arrancando largamente con la íncreíble voz del buen Johnnie Ray , y luego toda la banda aparece para acompañarlo a pedir por un lugar donde descansar la cabeza. Ya sabemos de lo que está hablando, ¿no? En este domingo de sol y de frío supongo que, después de la mejor frazada, bien arriba de la lista de la mejor compañía con la que se puede contar hay que anotar a la música. Y si es Cretina, mucho mejor. 


jueves, 25 de mayo de 2023

Perrate, "Tres golpes"

Cuando te miro, me acuerdo/ cuando no, te echo en olvido

Se los presento: el de la foto es Perrate, un relámpago dentro de la música española actual, heredero de la sangre más pura del flamenco, que ha dejado con la boca abierta a todo el mundo con su último disco, el primero luego de una década de silencio discográfico, que apareció el año pasado y terminó por derecho propio dentro de las listas de los mejores. Suena al promediar el Lado A del nuevo Musica Cretina, y cuando se escuchan las palmas algo le sucede al tiempo y al oído, porque Perrate hace algo extraño, suena antiguo y a la vez moderno, de tan clásico. Tres golpes se llama el despojadísimo tema en cuestión, que no por nada bautiza el álbum, un fandango callejero que remite a Los Gaiteros de San Jacinto, un grupo colombiano en la tradición de la música africana que llevaron los esclavos y tantos libertos de la zona del Pacífico. Cuando yo estaba chiquito/ Me daban panela y copo/ Ahora que estoy grandecito/ Me dan con la faca el soco, canta Perrate desde el metal de su garganta, arcaica y mineral, en la que cabe toda una tradición. Como escribió Fermín Lobatón en el Babelia de El País, es heredero natural de un linaje muy antiguo que, además del propio de la línea paterna —sobrino de María la Perrata, primo de Juan Lebrijano y Pedro Peña y tío de Dorantes, entre otros parentescos—, entronca por parte materna con la saga de los Soto, lo que —vía Jerez—alcanza al mismísimo Manuel Torre, del que es bisnieto. Demasiado flamenco hay en las venas de Tomás de Perrate, que desde este último disco se hace cargo de llamarse sólo por su ilustre apellido. A los 58 años, no aparece ciertamente de la nada, pero por cierto que es un personaje atípico: tanto con los tiempos como con su sangre. Leo por ahí que con su mujer se ha ganado la vida durante 30 años como peluquero, y que apenas si ha cantado en fiestas familiares o sumado su voz a propuestas colectivas. Nacido en los ’60, se crió escuchando a Pata Negra y Jimi Hendrix, a Morente con Lagartija Nick, y su tardío primer disco, Perraterías (2005) se lo debemos a que Ricardo Pachón lo convenció de acompañarse de una banda eléctrica. Hay una declaración suya que encontré por ahí que me ha hechizado, se la dijo a Alejandro Luque y salió en elDiario.es: “Cuando uno comienza a cantar a los 35 no te conformas con que alguien te de una palmadita en la espalda y te diga qué bien lo haces, también necesitas saber qué es eso que te impulsa a cantar”. Todo eso está en Tres golpes, su tercer disco, uno que comenzó grabando en casa, y terminó de construir con ayuda de Raul Refree, el mismo que trabajó con Rosalía. Perrate confiesa que le dio miedo de que la particular magia que creía que habitaba en esos demos se perdiera en manos de un productor, pero se tranquilizó enseguida: “A la primera me dijo que le encantaba y que tenía que sonar a madera de ropero viejo y con cierta oscuridad. Y lo ha clavado”, le confesó a Juan de la Huerga, periodista del Diario de Sevilla. Na más tenía una camisa y un solito pantalón/ No les cause admiración: su sombrero era la brisa, canta Perrate y no podemos mas que creerle, verlo pintado, admirarlo a pesar de la advertencia. Es feriado, día de la patria, y además está nublado y la lluvia es una posibilidad. No hay nada mejor entonces que dejar sonar voces que vienen desde el fondo del tiempo y también señalan el futuro: si es que lo hay, tendrá que dejarse llevar también por semejantes guías. Las canciones lo saben todo antes que nadie, ya lo sabemos. Y también sabemos que sin música no tiene sentido todo esto. Y que si esa música es Cretina, mejor que mejor. 

(La foto que ilustra esta entrada es de Claudia Ruiz Claro)


miércoles, 24 de mayo de 2023

Música Cretina en Radio Voxi #2

ESTO NO ES UN PROGRAMA

24-5-2023

Lado A

“Tenés que ser un caradura/ para decir que sos mi amigo”

1.- Belle and Sebastian, Like Dylan in the movies
2.- Casandra lange (Charly García), Positively 4th street (Bob Dylan)
3.- Miro y su Fabulosa Orquesta de Juguete, Positivamente calle 44
4.- Vitor Ramil, Só vocé manda em vocé (Bob Dylan)
5.- Lloyd Cole, Most of the time (Bob Dylan)
6.- Carlos Casacuberta, Estrella fugaz (Bob Dylan)

Lado B

“No sé si estoy despierto/ o tengo los ojos abiertos”

7.- María José Cantilo, El huracán (Bob Dylan)
8.- Surfjan Stevens, Ring them bells (Bob Dylan)
9.- Andrés Calamaro, Te quiero igual
10.- John Doe, Pressing on (Bob Dylan)
11.- Kiko Veneno, Memphis blues again (Bob Dylan)

Escuchar

(Emisión original: Música Cretina 2012 #3, 28-4-2012)