jueves, 29 de julio de 2021

Música Cretina 2021 #7

ESTO NO ES UN PROGRAMA

13-7-2021

Lado A

“La vida es tan desprevenida y exacta/ que un día acaba”

1.- Millonesdecasasconfantasmas, Dientes
2.- Salif Keita, Folon
3.- Alina Gandini & Hotelera, La bestia pop (Patricio Rey y Sus Redonditos de Ricota)
4.- The Flaming Lips, Mother I’ve taken LSD
5.- Cazuza, Ritual
6.- Los Tres c/Roberto & Lalo Parra, La negrita
7.- Michelle Shocked, When I grow up

Lado B

“Salía el tren/ mientras sus sueños se alejaban”

8.- Cansei de Ser Sexy, Acho un pouco bom
9.- Wycleff Jean c/Paul Simon, Fast car
10.- Rubén Gonzalez, La lluvia
11.- Victoria Williams, Summer of drugs
12.- Javier Martínez, El hombre restante
13.- Patti Smith, Soul Kitchen (The Doors)
14.- Intoxicados, De la guitarra

Escuchar 1

Escuchar 2

miércoles, 28 de julio de 2021

Patti Smith, "Soul Kitchen" (The Doors)

Realmente quiero quedarme acá/ toda la noche

En un miércoles frío de invierno, quiero recordarles que aun hay un Música Cretina al que casi no hemos presentado como para tirarse a escuchar con este tímido solcito mañanero. Bien abrigadxs, eso sí, como Patti Smith en el Pere Lachaise, visitando la tumba de un Jim Morrison que es uno de sus celebrados en Twelve, su disco de covers editado durante este nuevo siglo. En el texto incluido en el librillo del álbum, Smith presenta el tema contando que tuvo un sueño en el que un ángel malévolo desde detrás de unas pesadas cortinas de terciopelo le susurraba que tenía que cantar Soul Kitchen. Cuando se despertó y salió de su hogar, en la calle escuchó al tema sonando desde una radio, y como asegura ser levemente superticiosa, se dijo que lo mejor era grabarlo. Cuando lo hizo, cerró los ojos y se sintió en un lugar extraño. Escribe que fue como estar entre bambalinas, con Morrison pidiéndole en un murmullo: "Elegí una carta". Tus dedos tejen veloces minaretes/ hablan en alfabetos secretos, cantó Jim y canta ahora Patti, que escribió en uno de sus libros que fue al verlo tocar en vivo que ella pensó: esto yo lo puedo hacer. Aún está explicando que no es que  considerase que era una pavada lo que hacía Morrison o que se refiriese a que ella lo podía hacer mejor, sino que fue simplemente algo inspirador. Eso sí, la escuché contar más de una vez su único encuentro con él fue en una fiesta de lanzamiento de uno de los discos de los Doors, realizada por su discográfica. Cuenta Patti que siempre había comida en esas presentaciones, y allá iban con Robert Mapplethorpe, tratando de llevarse lo que pudiesen a casa. Aquella vez, la comida estaba en un cuartito que funcionaba algo así como una recepción, como para que cada uno se sirviera, y luego regresase a donde estaban todos, para seguir con la fiesta. Patti estaba aprovechando esa bienvenida intimidad para ir metiendo comida en su bolso, cuando escuchó a alguien decirle: “Las hamburguesas también están buenas”. Se quedó paralizada, como si la hubiesen descubierto. Se dio vuelta, buscó al dueño de esa voz profunda y lo encontró sentado solo en un rincón. Sí, acertaron, se trataba del buen Jim. Patti dice que le agradeció, metió algunas hamburguesas en el bolso, se fue sin entrar a la fiesta, y nunca más se volvieron a ver. Enciendo un cigarrillo/ aprender a olvidar, reza otro de los versos de un tema que habla de autos que pasan lentamente, llenos de ojos, y evoca una cocina del alma, donde dan ganas de quedarse, y donde, seguramente, el buen Jim nos dirá que las hamburguesas están buenas. No se si en la foto Patti estará recordando aquel único encuentro que tuvo con el cantante de los Doors, pero tengo claro que no va a quedar otra que aprender a olvidar si vamos a seguir en esto. Por suerte, la música siempre recuerda todo por nosotros. Y si es Cretina, mejor. 

viernes, 23 de julio de 2021

"La muerte no existe" (Palo Pandolfo, 1964-2021)

Saludo y pateo la mirada del dolor. Eso cantó Palo, eso cantamos todos una y otra vez, y aquí estamos, cantándolo otra vez, pero ahora Palo ya no está. Y es algo que todavía resulta difícil de creer. Cenizas y diamantes, Patria o muerte, su música exigió desde el mismísimo comienzo un ida y vuelta constante, ese todo o nada que el rock se pasa prometiendo, pero sin nunca pagar la cuenta. Desde que me acuerdo, Palo siempre garpó. Y me acuerdo de mucho. Yo fui su público. Desde el primer disco, yo fui su público. Si me esfuerzo, todavía me acuerdo de la primera vez que escuche por la radio aquel hiperdifundido Rosario en el muro en la Rock & Pop, pero me cuesta todavía menos recordar ese segundo disco de Don Cornelio, el que por entonces nadie pasaba por radio. Palo fue todo, todo junto, todo ahora. Fue punk con flores, fue dark de mediodía, fue una risotada eterna, el goce de estar vivo. Yo voy y escupo en tus aparatos, me cago en tus edificios cantó Palo y cantamos todos, cómo no, si fue nuestro Luis Alberto, pero ningún barro tal vez, barro seguro, y solo barro y mas barro hasta que haya luz. La gente no sabe y miente, inventa y fabrica. Repaso sus canciones para escribir esto e inevitablemente me detengo en frases cómo esa, porque cada letra guarda un tesoro, y Palo era alguien al que los tesoros se le caían de las manos. No podía evitarlo, quería ser dark y era poeta, quería ser del campo y era dark, quería la naturaleza pero le salía rock por los poros, en cada una de sus carcajadas de gallo, ese extraño vomito de risa que era su marca de fábrica. Por excesivo, siempre, también lo quisimos. Hay una anécdota increíble, que lo retrata: cuando arrancó con Don Cornelio el disco fue elegido como revelación en la por entonces consagratoria encuesta anual del Si, y se ganó un lugar en la foto de tapa de fin de año, al lado de los popes. Pero cuando llegó el momento de tomar la foto, anotó mal la dirección o llegó tarde, o las dos cosas, y se lo perdió. Invitado a formar parte del rock oficial, se quedó en la puerta, sin poder entrar. Ese siempre fue Palo, y por eso eso sin dudas lo querremos siempre. Parado aquí, escucho las voces, son cantos de gloria. Así arranca Cenizas y diamantes, y así es como increíblemente parece terminar todo esto, con estas voces que lo despedimos en las redes, cantos a toda su gloria. Adiós Palo, tantas noches compartidas, tantos éxtasis hechos canción, tanta poesía urbana y cotidiana, y por eso aún más poesía. Tanto rock y más rock. Siempre fuiste la flor en el tacho de la basura. Rompiste como solo vos supiste toda esta trampa.

(La foto es de Ezequiel Pontoriero y Leo Vaca, y forma parte del arte de su último disco de estudio, Transformación, grabado junto a su grupo La Hermandad)


martes, 20 de julio de 2021

Millones de Casas con Fantasmas, "Dientes"

Busco la ficción más larga/ para entretener mi muerte

Buenos días martes, buenos días sol de invierno, buenos días Cretixns, supongo que ahora sí saben que hay un nuevo no programa, pero tal vez no todxs conozcan el tema con el que arranca, así que se los presento. Se trata de Dientes, que contiene los versos con los que arranca este post, y que abre también el disco Los desmayos, segundo opus de Millones de Casas con Fantasmas, que por entonces era un grupo paralelo de ese pozo sin fondo de música y canciones que es el rocker montevieano Pau O’Bianchi, en esa época rompiéndolo todo al frente de 3Pecados, un mito que a su vez estaba rompiéndose en ese preciso momento. Leo en una entrevista de la época que Pau resumía a 3Pecados como “catarsis con batería” y a Millones como lo mismo, pero “más tranqui, sin batería”. Estoy obligado a detenerme en este momento, y avisarle a los que me estén leyendo pero no hayan escuchado jamás a 3Pecados que esto no puede seguir asi: vayan ya mismo a buscar “Diciembra” en YouTube --lo siento, chiquis, no está en Spotify--, y se entreguen con confianza, no los va a defraudar. Fueron nuestros Nirvana del Río de la Plata, sin tiro del final pero tragedia igual, y como todos los grupos o las canciones y la música de Pau reflejan lo que significaba todo eso para él: la razón para estar vivo. Porque Pau siempre fue un tipo de piel sensible, hijo de padres divorciados, y criado por su madre y su tía, a las que considera sus padres. De hecho, en su momento me contó que su nombre artístico nació cuando, en la primera entrevista que le hicieron, le preguntaron como quería aparecer y él respondió que como Pau o Bianchi, con el diminutivo de su nombre o el apellido de su madre, pero no con su nombre completo, apellido paterno incluido. Y así quedó. Decir Pau es convocar a la mejor música de la más reciente escena indie uruguaya, que además sólo es hija de su tiempo, ya que todos sus discos --y son muchos-- existen gracias a que, cuando vuelve de su trabajo diario y rutinario, Pau --como describió más de una vez-- se arma uno, agarra su guitarra, y graba. Así nació Los desmayos, una selección de los temas que había registrado de esa manera, durante aquella última época de 3Pecados. Ese es el Pau que suena al comienzo de este Música Cretina, que golpea el cuerpo de su guitarra, murmura el nombre del tema que está por tocar, y empieza a arpegiar. No se si Los desmayos, que este año cumple una década (!!!), tuvo alguna vez una edición oficial en CD. El que yo tengo es una hermosura artesanal que viene con una nota manuscrita --véanla en la foto, ¿no es un encanto?-- que testimonia que se trata de la primer copia física del disco. Y sólo por haber sido la primera persona en haberlo pedido así. ¡Gracias Rusita por haberlo dejado en mis manos! Es sábado a la noche/ y no hay mucho para hacer, arranca cantando Pau al comienzo de este nuevo Música Cretina, que los estoy invitando a escuchar justo antes del mediodía de un martes en el que lo más probable es que haya mucho para hacer. Pero todo eso seguro que se puede hacer mucho mejor con música. Y, si es Cretina, mejor.