Si supieras, mi bien/ la falta que me hace tu querer
Permítanme que se los presente: el tipo de la foto nació como William Correa, pero el mundo de la música lo ha inmortalizado como Willie Bobo. La culpa del apellido la tiene la gran pianista norteamericana Mary Lou Williams, la dama del swing, que lo bautizó así luego de que grabasen juntos, a comienzos de los años ’50, por --como dice la mejor explicación que he encontrado por ahí-- “su manera sangana e ingenua de ver la vida”. Sin embargo, en el disco de Mary Lou con Willie, Piano contempo (1951), hay un tema llamado Bobo, en el que se lo puede escuchar al percusionista cantar en castellano, por lo que tal vez el apodo venga de ahí, ya que es una de las palabras que dice. Pero mejor imprimamos la leyenda, y a otra cosa. Una biografía sucinta de Bobo lo presenta como un hijo de portorriqueños que nació y se crió en el Spanish Harlem de Nueva York, rodeado de música. Comenzó con los bongos a los 14, un año más tarde se encontraba en un escenario con Pérez Prado y ya estudiaba con Mongo Santamaría, y a los 19 se había sumado a la banda de Tito Puente, apenas el comienzo de un camino musical que lo convertiría en uno de los grandes percusionistas de su tiempo, llegando a grabar en la segunda mitad de los ’60 una serie de discos solistas para el sello Verve. Uno de ellos, Bobo motion (1967), es el que incluye Evil ways, el tema que haría famoso a Carlos Santana. Poco después fue que el percusionista dejó Nueva York para instalarse en la Costa Oeste en busca de trabajo estable, primero en San Francisco y luego en Los Angeles. Confieso que así es como llegué a conocerlo, ya que Los Lobos lo versionan en el disco dedicado a la música de su ciudad que editaron en el 2021, el indispensable Native sons, que incluye covers de Buffalo Springfield, Beach Boys, The Blasters o Jackson Browne, pero también Lalo Guerrero o Thee Midniters. Y por supuesto también este encantador Dichoso, que Willie Bobo grabó en otro de esos albums para Verve, Feelin’ so good (1966), y que lleva la firma del pianista portorriqueño Nicolás Jiménez, el líder del sexteto de Joe Cuba. El cantante y guitarrista Cesar Rosas, que es el que se suele encargar de los temas en castellano de Los Lobos, cuenta que Bobo --que murió en 1983, con apenas 49 años, y su hijo Eric llegó a ser percusionista de los Beastie Boys y Cypress Hill-- era todo un personaje de la zona este de Los Angeles, y no solo recuerda haberlo ido a ver con alguna novia sino que hasta llegaron a compartir alguna fecha. Rosas cuenta también que empezó a cantar Dichoso durante la pandemia, cuando estaba encerrado en su casa y se dejaba llevar por la música y sus recuerdos, y su versión encontró naturalmente un lugar en Native sons. Dichoso soy de ser/ el que te hace sentir dichosa, celebra tautológicamente el romanticismo de un tema que habla --en muchos sentidos y de muchas maneras-- de otra época y otros tiempos. Pero lo hace con los versos llenos de verdades, ¿no es cierto? Dichosa vos, dichoso yo: tan sencillo como eso. Por eso es que suena en el nuevo Música Cretina, a donde llegó de la mano de Los Lobos, pero en la voz y las congas de Willie Bobo. A ver si su manera sangana e ingenua de ver la vida se nos contagia un poco.
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