jueves, 25 de mayo de 2023

Perrate, "Tres golpes"

Cuando te miro, me acuerdo/ cuando no, te echo en olvido

Se los presento: el de la foto es Perrate, un relámpago dentro de la música española actual, heredero de la sangre más pura del flamenco, que ha dejado con la boca abierta a todo el mundo con su último disco, el primero luego de una década de silencio discográfico, que apareció el año pasado y terminó por derecho propio dentro de las listas de los mejores. Suena al promediar el Lado A del nuevo Musica Cretina, y cuando se escuchan las palmas algo le sucede al tiempo y al oído, porque Perrate hace algo extraño, suena antiguo y a la vez moderno, de tan clásico. Tres golpes se llama el despojadísimo tema en cuestión, que no por nada bautiza el álbum, un fandango callejero que remite a Los Gaiteros de San Jacinto, un grupo colombiano en la tradición de la música africana que llevaron los esclavos y tantos libertos de la zona del Pacífico. Cuando yo estaba chiquito/ Me daban panela y copo/ Ahora que estoy grandecito/ Me dan con la faca el soco, canta Perrate desde el metal de su garganta, arcaica y mineral, en la que cabe toda una tradición. Como escribió Fermín Lobatón en el Babelia de El País, es heredero natural de un linaje muy antiguo que, además del propio de la línea paterna —sobrino de María la Perrata, primo de Juan Lebrijano y Pedro Peña y tío de Dorantes, entre otros parentescos—, entronca por parte materna con la saga de los Soto, lo que —vía Jerez—alcanza al mismísimo Manuel Torre, del que es bisnieto. Demasiado flamenco hay en las venas de Tomás de Perrate, que desde este último disco se hace cargo de llamarse sólo por su ilustre apellido. A los 58 años, no aparece ciertamente de la nada, pero por cierto que es un personaje atípico: tanto con los tiempos como con su sangre. Leo por ahí que con su mujer se ha ganado la vida durante 30 años como peluquero, y que apenas si ha cantado en fiestas familiares o sumado su voz a propuestas colectivas. Nacido en los ’60, se crió escuchando a Pata Negra y Jimi Hendrix, a Morente con Lagartija Nick, y su tardío primer disco, Perraterías (2005) se lo debemos a que Ricardo Pachón lo convenció de acompañarse de una banda eléctrica. Hay una declaración suya que encontré por ahí que me ha hechizado, se la dijo a Alejandro Luque y salió en elDiario.es: “Cuando uno comienza a cantar a los 35 no te conformas con que alguien te de una palmadita en la espalda y te diga qué bien lo haces, también necesitas saber qué es eso que te impulsa a cantar”. Todo eso está en Tres golpes, su tercer disco, uno que comenzó grabando en casa, y terminó de construir con ayuda de Raul Refree, el mismo que trabajó con Rosalía. Perrate confiesa que le dio miedo de que la particular magia que creía que habitaba en esos demos se perdiera en manos de un productor, pero se tranquilizó enseguida: “A la primera me dijo que le encantaba y que tenía que sonar a madera de ropero viejo y con cierta oscuridad. Y lo ha clavado”, le confesó a Juan de la Huerga, periodista del Diario de Sevilla. Na más tenía una camisa y un solito pantalón/ No les cause admiración: su sombrero era la brisa, canta Perrate y no podemos mas que creerle, verlo pintado, admirarlo a pesar de la advertencia. Es feriado, día de la patria, y además está nublado y la lluvia es una posibilidad. No hay nada mejor entonces que dejar sonar voces que vienen desde el fondo del tiempo y también señalan el futuro: si es que lo hay, tendrá que dejarse llevar también por semejantes guías. Las canciones lo saben todo antes que nadie, ya lo sabemos. Y también sabemos que sin música no tiene sentido todo esto. Y que si esa música es Cretina, mejor que mejor. 

(La foto que ilustra esta entrada es de Claudia Ruiz Claro)


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