miércoles, 20 de julio de 2022

The Felice Brothers, "Jazz on the autobahn"

¿Qué es la libertad?, pensó/ ¿Será estar vacío de deseo?

Pasen y acomódense, que hay un nuevo Música Cretina, y déjenme presentarles el nuevo disco de los Felice Brothers. Bueno, nuevo-nuevo no, es del año pasado, pero digamos que es nuevo porque, seamos sinceros, no hay mucha gente por estos lares que escuche a los Felice. Una de ellas es Mariana Enriquez, lo se porque hemos hablado mucho de los Felice escritorio por medio en la redacción... cuando había redacción, claro. Aunque ella es más fan de Simone, ese baterista con aires de Dennis Wilson, pero en el otro lado del espectro: en vez de ser un surfer desbordante de confianza, Simone es un montañés inundado por sentimientos. Ya desde hace casi una década que siguió su propio camino, no se puede decir que alejado del resto de sus hermanos --ya que suelen participar en sus discos, y el alguna vez ha regresado con ellos para hacer coros-- pero sí llevándose la mayor parte del drama para cada uno de sus extraordinarios discos, una historia que Mariana contó alguna vez en una nota de Radar. Lo que le quedó al grupo, en cambio, es una deliciosa musicalidad, aunque el cantante y guitarrista Ian Simone tenga también su lado poético y literario, incluso teatral. Junto con el multi-instrumentista James, los dos siguen dándole forma al grupo, ahora devenido cuarteto, con una formación que ya lleva dos discos, y del que estamos hablando es del último, el brillante From dreams to dust, que vibra en todos sus temas ante la fiesta post-confinamiento de poder por fin estar tocando música juntos, algo que por supuesto se nota. Leo por ahí que lo grabaron en una vieja capilla que salvaron del desahucio, y en el extraordinario tema que lo inaugura parecen estar describiendo ese particular viaje, contando la odisea del Sheriff y Helen, una extraña pareja huyendo por la ruta en un Corvette condenado, mientras intentan describir el apocalipsis. O al menos eso es lo que dice la letra, en la que Ian cuenta que el sheriff va al volante, mientras Helen está en el asiento del acompañante, comiendo melón y escupiendo las semillas. Y en lo que se refiere al sonido del fin del mundo, pese a lo sombrío del augurio, un estribillo festivo ante lo irrevocable se pregunta, sabiendo bien que el apocalipsis seguramente no, si tal vez la busqueda de la libertad suena como jazz, jazz, jazz; jazz en la autopista. Y así suena también este nuevo Música Cretina, cuándo no, escapando del apocalipsis y preguntandose por la libertad como los hermanitos Felice, a los que descubrirán con su tema Jazz on the autobahn partiendo justo al medio el Lado A de este no-programa que debería estar sonando ya, ahora mismo, ante la inminencia de jinetes existenciales en esta fría mañana de un miércoles de este invierno que hace bastante que parece estar llegando pero no hace más que comenzar. 

martes, 19 de julio de 2022

Brian Eno, "You don't miss the water" (William Bell)

Al comienzo vos realmente me amabas/ pero yo estaba tan ciego que no podía verlo

Esta semana hay un nuevo Música Cretina, y no es que quiera cancherear con esto, pero... ¿no notaron que pese al frío tenemos sol? Ok, también hay otros asuntos que requerirían un arreglo similar, pero no podemos ocuparnos de todo. Así que quedémonos con el sol, por favor, que hacemos negocio. Y si se trata de hacer negocio nada mejor que el tema cuyos primeros versos arrancan estas líneas, que convirtió al enorme William Bell en la gran voz masculina del sello Stax. Estoy seguro que se estarán preguntando qué tienen que ver esos versos con la foto que ilustra este post, y la respuesta ante semejantes reuniones impensadas siempre tiene, al menos en la música, una misma posible respuesta: Brian Eno. La foto es de Casada con la mafia, la película --protagonizada por Michelle Pfeiffer y Matthew Modine-- con la que Jonathan Demme tiró por la borda toda la esperanza que habíamos depositado en él después de Totalmente salvaje. Luego se redimiría con El silencio de los inocentes, pero eso ya es otra historia. Quedémonos en ésta, en la que Demme intenta repetir casi paso-por-paso la receta que lo llevó a Melanie Griffith, Jeff Daniels y Ray Liotta pero no logra ni por asomo el mismo resultado, salvo en lo que se refiere a eso que nunca perdió el buen Jonathan, ni siquiera en sus pasos en falso: la capacidad de reunir una buena banda de sonido. Y de allí sale la extraordinaria version que Brian Eno le dedica a una de las mejores baladas de arrepentimiento del soul, la emocionante You don’t miss the water, o sea: "No extrañás el agua". Y si el título los deja fríos, déjenme romperles el corazón al completar el verso que comenzó allá arriba: Pero cuando me dejaste, oh, cómo lloré/ no extrañás el agua hasta que el pozo se seca. Es una letra breve, casi apenas un cuarteto, pero tan contundente que debe ser uno de los temas más versionados: apenas salió, además del original de Bell, lo grabaron Otis Redding, Percy Sledge, Taj Mahal, The Byrds, Jerry Lee Lewis y siguen las firmas. Hay una hermosa versión de The Triffids y leo también que el gran Harry Dean Stanton hizo la suya. Lo particular que tiene la de Brian Eno es que, además de ser encantadoramente etérea, es que está escondida en una banda de sonido de una película que no fue exactamente exitosa, por lo que se la podría denominar como una versión perdida. Leo por ahí que los fans de Eno destacan que, para cuando la grabó, a fines de los ’80, llevaba casi una década sin poner su voz --salvo haciendo coros en sus producciones-- al frente en ninguna canción. Sigo leyendo y descubro que el responsable de la banda de sonido original es David Byrne --que la rompió con Loco de amor en Totalmente salvaje--, asi que seguramente fue el culpable de invitar a Eno al baile. Rescatada en la flamante compilacion que acaba de sacar Brian Eno con su música de películas, Film Music 1976-2020, You don’t miss the water también suena maravillosamente ya bien entrado el Lado A de este Música Cretina a estrenar de estos días soleados e invernales que nos está regalando el mes de julio. Pasen y escuchen. Están todxs invitadxs. 

lunes, 18 de julio de 2022

Los Lobos, "Love special delivey" (Thee Midniters)

Así como el cuerpo sabe que es lunes y el bolsillo sabe que estamos en la segunda quincena del mes, hay un nuevo no-programa y lxs Cretinxs lo saben. Y sino vamos a hacer todo lo posible para que se enteren, así que permítanme que les cuente que este Música Cretina arranca con un par de golpes de batería muy bien dados, en honor al grupo de la foto. Se trata de los Thee Midniters, la gran banda chicana de la segunda mitad de los años ’60 en Los Angeles, o más exactamente al Este de aquella gran ciudad, una zona en la que luego destacarían quienes los homenajean para arrancar el Lado A. Estamos hablando, cuándo no, de los cretinísimos Los Lobos, cuyo último trabajo de estudio es un disco de versiones con aroma a Los Angeles. Se llama Native sons, e incluye covers de Lalo Guerrero, War, Buffalo Springfield, Beach Boys y hasta el Farmer John de Don & Dewey que Neil Young hizo propio con Crazy Horse. Pero el punto de partida es este Love special delivery de Thee Midniters, que nació como un grupo de angelinos adolescentes que hablaban español en casa e inglés en la escuela, bautizados con tan especial grafía para evitar un juicio por parte de Hank Ballard y sus The Midnighters. Eso sí, cuando para su primer simple --Whittier Blvd, que para muchos es el punto de partida del rock chicano-- reversionaron a los Rolling Stones y su tema 2120 South Michigan Avenue, confiesan haber esperado algun tipo de mención o denuncia por parte de los británicos que los pusiera en el mapa, algo que no sucedió. Pero justamente el grupo encontró entonces así que su lugar era su barrio, al describirlo fielmente en ese tema, bautizado con el nombre de su avenida principal, de la misma manera que el tema de los Stones lleva como nombre la dirección de Chess Records en Chicago. Convertidos en Los Beatles del Este de Los Angeles, Thee Midniters se vestían al uso de la época, todos con el mismo trajecito, pero al escucharlos hoy mas que beat parecen garage, o hasta punk por la ferocidad de sus interpretaciones. Algo que hipnotizó a los futuros integrantes de Los Lobos, que los tienen como referencia, y especialmente a Cesar Rosas, que dispara la anécdota fundamental de su Love special delivery al contar que, quince años atrás, cuando estaba ensayando para grabar un disco solista, empezó a jugar en la guitarra con el riff del tema casi sin pensar en lo que estaba haciendo. En la batería estaba sentado Aaron Ballesteros, gran musico de sesión de la época heroica, que si bien no formó parte de los Midniters originales tocó durante mucho tiempo en alguna de las sus encarnaciones posteriores, que al escucharlo le pidió que comenzase a grabar. Así lo hizo Rosas, y Ballesteros arrancó con la tormenta de batería que es la base de Love special delivery, de comienzo a fin, en una sola y única toma. Es la que justamente suena en Native sons, un álbum que salió en el 2021, un año después de la muerte de Ballesteros, a los 68 años. Pero no hay tiempo para lagrimas porque aquel milagro de batería sigue sonando como si anunciase el comienzo de una fiesta. No por nada Los Lobos eligieron el tema para abrir su disco, y acá en Música Cretina hicimos lo propio abriendo un no-programa que se hizo esperar, pero que les aseguro que sonará perfecto al sol de este frío lunes invernal, que no cabe dudas de que necesita música. Y si es Cretina, mejor. 

(La foto que ilustra este post es del archivo de Michael Ochs, y fue sacada en 1967, en Los Angeles, California)