Se las presento: las señoras son las Meditation Singers, y
abren el nuevo Música Cretina. Ya se lo que estarán pensando, que no hay nada
más Cretino que eso. Y sin embargo hay algo más atrás de la cretinada, siempre
lo hay, al menos antes que nada siempre está la música. Y cuando se trata de
música, abran los oídos, hagan play en un no-programa que aún está flamante, y
verán —escucharán, mejor dicho— que realmente la rompen. Leo por ahí que las
Meditation fueron el gran grupo vocal de gospel femenino de Detroit de los años
50, que no llegaron a ser celebridades nacionales dentro de Estados Unidos,
pero que sí fueron el primer grupo vocal gospel que empezó a presentarse con
banda de acompañamiento, y tambien que fueron pioneras en eso de tocar en ámbitos seculares, como teatros o night-clubs, como una banda más, digamos. En
el librillo del compilado Holy spirit, dedicado al “spiritual soul & gospel
funk” del sello Jewel, apuntan que el nombre del coro viene de un programa
semanal de radio llamado Moments in meditation, que llegaron a ser bastante
famosas durante los 60, llegando a cantar tanto en el teatro Apollo de Nueva
York como en el Festival Internacional de Jazz de París, y que entre sus fans
figuraban Elvis Presley o Sammy Davis Jr. Las integrantes del coro fueron
rotando durante los años, y más de una futura estrella pop de la época comenzó
en sus filas, como Laura Lee o Delia Reese. La cosa se pone un poco mas bizarra
cuando, revisando la ficha técnica del disco —Change is gonna come, de 1971—
donde aparece el tema que abre el Música Cretina (y también el compilado Holy
Spirit, he de confesar), asoma aquí y allá nada menos que el nombre de nuestro
amigo Andre Williams. No hay nada mas secular que el buen Andre, así que
evidentemente la música es lo que está antes que nada. Y este Trouble’s brewin’
tiene su buen riff y su backbeat hipnótico como para que nada más importe, como
para que nos pongamos al sol de un otoño que sabe que está mas cerca del verano
que del aún lejano invierno, y escuchemos la mejor música que pueden escuchar
nuestro oídos, la de los creyentes seguros de serlo, pero que al mismo tiempo
dejan que los demás sigamos con lo nuestro, y apenas compartamos las canciones.
Cretinas, de ser posible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario