jueves, 14 de marzo de 2019

María Ezquiaga, "Como el viento voy a ver" (Pescado Rabioso)

Vos no me dejaste/ tampoco yo a vos

No es error u olvido que al final del primer verso no aparezca el habitual nena. Sino que la que versiona este clásico de Pescado Rabioso en el Lado A del último Música Cretina que sigue sonando online (¿ya lo escucharon?) es, justamente, una nena. Acá la pueden ver, se trata de María Ezquiaga, voz líder de Rosal, que desde la banda de sonido de la película Lxs mentirosxs, presentada al fines del año pasado en el Festival de Mar del Plata y futura serie televisiva de la Un3, demuestra que apenas una guitarra le alcanza para estar a la altura de los clásicos del rock nacional. El único al que le había escuchado hacer algo parecido fue a Leo García, que supo dejar a mucho escéptico con la boca abierta por su ductilidad, precisión y sentimiento a la hora de cantar Tanguito, Nebbia o Moris acompañado apenas por una acústica. María, además, lo hace con una eléctrica. Me advirtió que, particularmente en el caso del tema de Pescado, la versión solo en guitarra musicalmente le sonaba demasiado vacía, pero que todo se entendía en la película. Le respondí que no hacía falta el contexto para entender, que todo estaba claro con el primer verso y el primer acorde, porque fue lo que me pasó la primera vez que hice play en su versión. La extraordinaria voz de María tal vez sea uno de los grandes secretos de su generación. Muchos la conocimos cuando arrancó cantando con Sergio Pángaro: entonces aún no reteníamos su nombre, para todos nosotros era “la que afinaba”. ¡Y cómo! Una de las grandes virtudes de María es que afina, sí, pero sin perder sentimiento ni personalidad. A pesar de su corta estatura, su voz es enorme, y parece mirarnos a todos desde un lugar privilegiado, pero sin ser jamás lejana. Al frente de Rosal, María ha hecho un recorrido único, comenzó con su responsabilidad al frente de un grupo cercano al pop de cámara, un grupo de “chicas” que cantaba un hit inmediato y cómplice como Bombón, firmado junto a Julieta Ulanovsky, co-fundadora y bajista del grupo. Y termina dos décadas más tarde como la voz que asoma desde la oscuridad de los últimos discos de Rosal, decididamente devenido en trío musicalmente exquisito. Ya había incursionado María en los covers, los hacía con Pángaro allá lejos y hace tiempo, y también tanto en vivo con Rosal —maravillosa su versión de Piano bar—como en su disco a dúo con su pareja Darío Jalfin. Pero la banda de sonido de Lxs mentirosxs es otra cosa, no cualquiera puede interpretar con semejante autoridad temas que son monumentos como De nada sirve o Amor de primavera. Pero con el tema de Pescado es aún más contundente la apropiación, su masculinidad deviene femenina sin perder nada de su potencia. Aún recuerdo la impresión que me provocó, sumergido en la oscuridad del cine, escuchar aquel Vos no me dejaste como parte de a banda de sonido del debut local de Agresti, El amor es una mujer gorda. En aquellas épocas el rock nacional aún era un lenguaje secreto, y su aparición en medio de un lugar ajeno como aún lo era el séptimo arte local hacía que uno comenzase a mirar a los costados, a ver quién compartía el chiste o si alguien amagaba quejarse. Se podría decir que lo mismo sucede instintivamente al escuchar semejante tema en la voz de una mujer, al sentirlo transformarse sin dejar de ser lo que es, verlo adquirir nueva piel y reclamar otro lugar en el mundo. Ya veremos, como el viento, qué se hace con el amor.

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