Vos no me dejaste/ tampoco yo a vos
No es error u olvido que al final del primer verso no
aparezca el habitual nena. Sino que la que versiona este clásico de Pescado
Rabioso en el Lado A del último Música Cretina que sigue sonando online (¿ya lo
escucharon?) es, justamente, una nena. Acá la pueden ver, se trata de María
Ezquiaga, voz líder de Rosal, que desde la banda de sonido de la película Lxs
mentirosxs, presentada al fines del año pasado en el Festival de Mar del Plata
y futura serie televisiva de la Un3, demuestra que apenas una guitarra le
alcanza para estar a la altura de los clásicos del rock nacional. El único al
que le había escuchado hacer algo parecido fue a Leo García, que supo dejar a
mucho escéptico con la boca abierta por su ductilidad, precisión y sentimiento
a la hora de cantar Tanguito, Nebbia o Moris acompañado apenas por una
acústica. María, además, lo hace con una eléctrica. Me advirtió que,
particularmente en el caso del tema de Pescado, la versión solo en guitarra
musicalmente le sonaba demasiado vacía, pero que todo se entendía en la
película. Le respondí que no hacía falta el contexto para entender, que todo
estaba claro con el primer verso y el primer acorde, porque fue lo que me pasó
la primera vez que hice play en su versión. La extraordinaria voz de María tal
vez sea uno de los grandes secretos de su generación. Muchos la conocimos
cuando arrancó cantando con Sergio Pángaro: entonces aún no reteníamos su
nombre, para todos nosotros era “la que afinaba”. ¡Y cómo! Una de las grandes
virtudes de María es que afina, sí, pero sin perder sentimiento ni
personalidad. A pesar de su corta estatura, su voz es enorme, y parece mirarnos
a todos desde un lugar privilegiado, pero sin ser jamás lejana. Al frente de
Rosal, María ha hecho un recorrido único, comenzó con su responsabilidad al
frente de un grupo cercano al pop de cámara, un grupo de “chicas” que cantaba
un hit inmediato y cómplice como Bombón, firmado junto a Julieta Ulanovsky,
co-fundadora y bajista del grupo. Y termina dos décadas más tarde como la voz
que asoma desde la oscuridad de los últimos discos de Rosal, decididamente
devenido en trío musicalmente exquisito. Ya había incursionado María en los
covers, los hacía con Pángaro allá lejos y hace tiempo, y también tanto en vivo
con Rosal —maravillosa su versión de Piano bar—como en su disco a dúo con su
pareja Darío Jalfin. Pero la banda de sonido de Lxs mentirosxs es otra cosa, no
cualquiera puede interpretar con semejante autoridad temas que son monumentos
como De nada sirve o Amor de primavera. Pero con el tema de Pescado es aún más
contundente la apropiación, su masculinidad deviene femenina sin perder nada de
su potencia. Aún recuerdo la impresión que me provocó, sumergido en la
oscuridad del cine, escuchar aquel Vos no me dejaste como parte de a banda de
sonido del debut local de Agresti, El amor es una mujer gorda. En aquellas
épocas el rock nacional aún era un lenguaje secreto, y su aparición en medio de
un lugar ajeno como aún lo era el séptimo arte local hacía que uno comenzase a
mirar a los costados, a ver quién compartía el chiste o si alguien amagaba
quejarse. Se podría decir que lo mismo sucede instintivamente al escuchar
semejante tema en la voz de una mujer, al sentirlo transformarse sin dejar de
ser lo que es, verlo adquirir nueva piel y reclamar otro lugar en el mundo. Ya
veremos, como el viento, qué se hace con el amor.
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