miércoles, 2 de julio de 2014

Julio de la Rosa, "Tan amigos"


Fue un plan que no salió/ y no fue más que un buen plan

Ahora que hay quienes extrañan a El Niño Gusano, ahora que Nacho Vegas tiene su pequeño un mito por estos pagos, tal vez sea hora de cortar un poco más profundo, de investigar un poco más dentro de los pliegues del indie español más reciente, y descubrir de una vez por todas esa hermosa obra maestra de las relaciones cotidianas que es La herida universal, de un tal Julio de la Rosa. No sé cómo fue que llegué a él, creo que a través de Abraham Boba, al que llegué por Nacho. Dos grados de separación, o sea. Pero fue todo un descubrimiento, me sorprendió la capacidad de exponerse en canciones que hablan, justamente, de exposiciones, de las relaciones más allá de las relaciones. Sin hacerse el maldito, ganador y perdedor siempre en la misma mano, De la Rosa habla de amores, de amantes, de venganzas, de penas de amor. La herida universal, eso. Es un cretino honorario desde hace tiempo, ha sido un disco que no me he cansado de incluir en el no-programa. Eso si, le debo una nota, que alguna vez concretaremos. Espero. Lo que pasa es que, por un lado, por acá ni noticias del muchacho. Nadie lo conoce ni lo nombra. Y por otro, su nuevo disco, que creo que es del año pasado, tiene mucha mas producción, viene acompañado por un coqueto librillo lleno de fotos --que le hice traer a alguna de mis tantas mulas musicales, siempre tan comprensivas conmigo--, pero palidece ante el anterior, ante éste, que la sigue rompiendo una y otra vez. Fuimos tan amigos mira ahora/ no lo pongas aun peor. Tan amigos es el segundo tema del disco, y habla del mito de Icaro, de llegar alto y caer. Son tus frases, mías no, parece corregirme el buen Julio desde la letra de un tema que suena celebratorio y confesional bajo este sol de mediodía, y también casi al comienzo del Lado B de un no-programa ya en retirada. Pero que aún tiene secretos por compartir.

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