Las palmas desde el inicio/ todas ansiosas por aplaudir
Un sol sabellístico copa el domingo, y ya estoy sonriendo.
Es el día ideal para un día como este, no hay dudas. Y cuando recorro la lista
de temas del no-programa que aún está sonando este fin de semana, enseguida me
pongo a tararear esta maravilla del último de Fernando Cabrera, con un título
nada inocente, ese Viva la patria en minúscula, casi al pasar, que habla de nacimientos,
hospitales y oficios; ningún himno, ninguna bandera. Por eso hay que
compartirlo en este domingo tan pero tan mundial, dejarlo que suene, que hable
de mente y manos en la masa, de hilos que comienzan a enlazarse, de dar todo
con el corazón. Y hasta incluso de terminar celebrando eso de camarines por
sepultura/ llanura como telón/ por lápida la poesía/anónima que escribiste vos.
Este es el fin, hermoso amigo. Brindemos por eso. Y por los gritos y bocinazos
que suenan aquí y allá, antes de tiempo. Pero antes está el partido, claro. Y
la canción. Y el Música Cretina, ¿por qué, no?, como para llegar a horario.
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