Tengo un armario lleno de latas de comida/ un filtro de agua y fotos de vos/ y no voy a salir hasta que todo esto termine
Sol de martes por la mañana, ya tengo un nuevo Música
Cretina listo, pero antes de subirlo quiero compartir una canción más del
anterior. Cuando repaso la lista, me doy cuenta que los temas de los que ya
escribí son todos los que invitan a la confianza: It’s alright it’s ok, Vamos
tranquilos, Satellite of love. Y los que quedan tienen títulos como Samba do
fim do mundo, Sangre de Arachania o Superlógico. Comentarios sobre el antes y
después del trágico domingo del rojo. Alguna vez Calamaro me dijo que los temas
lo saben todo antes que uno, y a las pruebas me remito. Y dicho esto, prefiero olvidar todo y empezar el día cantando –hasta donde que me dan los pulmones, como dice
la canción—sobre gente que explota al salir de su casa, y cuerpos que desaparecen
dejando sólo una silueta. Como en Pompeya y Herculano. Como en Hiroshima. O
como el domingo en Avellaneda, donde quedamos todos pintados. Claro que los
Shins no tienen ninguna culpa, simplemente canturrean un temazo apocalíptico de
The Postal Service, un clásico indie, que en el no-programa de la semana pasada
cierra el Lado A. Aún nos queda un lado B, mañana en La Plata, noventa minutos
para mirar tapándonos los ojos.
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