No hay nada entre los dos/ salvo la sensación de nada
Buenos días lunes, buenos días semana, buenos días invierno.
Y también muy buenos días Cretinos. Porque hay un nuevo no programa, y así es
como empieza, con este hermosísimo tema del nuevo disco de la
afronorteamericana Michelle Lynn Johnson, nacida en Berlín pero criada en
Washington DC, más conocida en el mundo musical como Meshell Ndgeocello, un
apellido que en swahili significa –o al menos eso es lo que ella asegura— libre
como un pájaro. Una de las primeras artistas de Maverick, el sello de Madonna,
desde aquellos comienzos en la primera mitad de los 90 hasta ahora, Meshell ya
lleva una decena de discos editados, cambiando de sello bastante seguido en los
últimos años, y con el soul cada vez más por delante entre la mezcla de géneros
que siempre caracterizó una música que, en sus comienzos, supo privilegiar el
funk. Pero antes de este flamante y emocional Comet, come to me,
Meshell había editado un disco dedicado a las canciones de Nina Simone. El
tiempo pasa para todos, parece. Pero le ha hecho muy bien a su música, eso hay
que decirlo. Tom es una balada melancólica pero deliciosa, guiada
por un redoblante, el bajo que toca Meshell y la delicada guitarra de Doyle
Bramhall II, cuyo padre –del mismo nombre—fue baterista de Lightning Hopkins y
Freddie King. Oriundo de Austin, Doyle es amigo de Charlie Sexton, y toca en
los últimos discos de Eric Clapton y Elton John. Cada acorde de su instrumento
en Boy brinda la luz que acompaña al tema, a esta mañana, al
comienzo de un nuevo no-programa. Pasen y escuchen. Música Cretina para
todos.
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