sábado, 28 de julio de 2018
El Cuarteto de Nos, "Al cielo, no"
Se los presento: este es el disco con que El Cuarteto de Nos
se reseteó para este nuevo milenio, el que nunca escuchamos por estos pagos
--ni este, ni los anteriores, claro-- pero sin el cual no hubiesen podido pegar
el salto, aggiornar su sonido, enfocar el estilo, y convertirse en inesperados
abanderados continentales del rock uruguayo clásico de los ochenta, por mas que
se los pueda meter en esa categoria medio por la ventana. En realidad, ese
sonido for export del grupo de los hermanos Musso tuvo más que ver con el de
estos tiempos que con su historia, pero también es verdad que el cinismo de sus
letras, cantadas siempre desde el crudo y confesional punto de vista de los
mezquinos y/o perdedores, siempre mantuvieron su esencia, en realidad se podría
argumentar que fueron sus potenciales oyentes quienes los alcanzaron, capaces
en el siglo XXI de entender colectivamente eso que antes solo paraba la oreja
de unos pocos. Claro, "pocos" fuera de las fronteras de Uruguay,
porque por allá el Cuarteto logró ser éxito primero, y luego convertirse en
clásico. Lo se porque lo viví: nunca me sentí mas uruguayo que cuando descubrí
que podia hacer pogo y cantar sus canciones con su público en un multitudinario
show de madrugada --casi amaneciendo, en realidad-- cerrando un festival en La
Pedrera. Recuerdo que descubrí al Cuarteto a mediados de los 90, cuando su
disco Otra navidad en las trincheras los transformó en el grupo
uruguayo del momento. Es donde tienen su cancion más punk, El primer
oriental desertor, en la que se atreven a decir cosas como: Lo de
la guerra es algo nuevo/ porque a mi la patria me chupa un huevo. Se
sabe, bajo la pantalla del humor se pueden revelar las mayores verdades. Pero
ese disco también tiene lo que para mí siempre fue su mayor gilette en el
tobogán o alfiler en la manzana: un tema contagiosamente beatle llamado Solo un rumor, canción de amor cuya melodía invita a cantar su
letra pero que resulta ferozmente misógina desde su primer verso, retratando de
manera cada vez mas cruel a un supuesto objeto amado, hasta llegar a un verso
que siempre me pareció la cumbre de la perversión, el momento en que el uno se
pregunta inevitablemente qué está haciendo, cómo puede ser que algo así pueda
aparecer en una canción de amor. Se trata de una enumeración estilo "me
contaron que" a cual mas cruel que hace cumbre en una estrofa que aún hoy
resulta increíblemente feroz y fuera de lugar: Y que te hicieron como
siete abortos/ y que uno salió mal/ tuviste que parir y la quedaste/ y que al
bebé lo ahogaste en el water. Eran los tiempos de rock en la televisión
argentina, de la pelea entre Pergolini y Tinelli, y yo me imaginaba el colmo de
la rebelión que El Cuarteto se presentase en Ritmo de la Noche, cantase sus temas
mas beatles, y que cuando llegase a esa canción --su hit-- y ese verso, todo
estallase en mil pedazos. Era la fantasía de alguien --yo-- que cuando fue a
Feliz Domingo preparó palabras que sonasen como que no se pudieran decir en
televisión pero que estuviesen avaladas por el diccionario, buscando generar
cualquier disturbio posible. (lo conseguí, dije "zorongo" y se armó
revuelo, pero esa es otra historia). Lo cierto es que a pesar de esa fantasía,
la realidad marcaba que El Cuarteto no sólo podía cantar Solo un
rumor en la televisión uruguaya, sino que todos cantaban con ellos y los
celebraban. No se si esto dice algo en particular sobre la sociedad uruguaya o
sobre la capacidad de las canciones para desactivar sus supuestos caballos de
troya, pero eso también deberíamos dejarlo para otro momento. Lo que importa
acá es que El Cuarteto siempre regaló temas como éstos en cada uno de sus
discos, algo que se disfrutó siempre particularmente en sus shows en vivo,
donde podían tocarlos uno atrás del otro. Recuerdo uno en un lugar pequeño de
Montevideo que me abrió la cabeza, que compartieron con Los Supersónicos, donde
tocaban creo desde un entrepiso y pasaban también peliculas en Super 8 (¿o
sería video?). El repertorio de ese show creo que está fielmente representado
en el disco de la foto, donde recuperaron temas como el que suena en uno de los
últimos Música Cretina que sonaron en la FM de Radio Universidad de La Plata, y
que invito a que escuchen en este sábado de lluvia y mas lluvia, que hace
pensar eso de que de repente me enteré que la eternidad/ dura mucho
tiempo y a veces más, como canta Roberto Musso en Al cielo,
no, un temazo que, como los mejores de El Cuarteto, merecen ser cantados
de punta a punta, cretinadas incluidas. Y en el que aparecen personajes encantadores como La Abuela
Popa --digno de un grupo que siempre amó a las viejas--, avisandole a su nieto
suicida a través del juego de la copa: Mirá mi amor/ acá en el cielo todo
es de terror/ porque no hay quiniela ni hay maní/ ni ningún bar donde tomar
anís. Así que entonces sumémonos al coro, hagamos play en el no-programa
correspondiente, tengamos paciencia porque es
el tema que cierra el Lado A (después de los Pixies, mirá bó), y pidamos
entonces que al cielo no, por favor. Nada de tocar mal el arpa y desafinar con
angelitos meando alrededor. Mejor el infierno, qué tanto. Aunque haya que
soportar demasiada gente de terror, y también --uruguayos alternativos, al
fin-- a la hinchada de Peñarol.
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