Yo conozco la historia del Dock Sud industrial/ yo fui obrero de la Shell
Siempre me asombró la autoridad de esa frase. El tono, más
que nada: yo-fui-obre-ro-dela-shell. Y el punto y aparte. Canción
epifánica y heroica, como si fuese el informe de un explorador exótico, pero
acá nomas, en la tierra de todos los días. Las palomas vuelan de fábrica
en fábrica/ el río de aceite parece contento. La vereda de enfrente del Avellaneda Blues. Aguirre, la ira de dios, pero sin ira
ni Klaus Kinski, sino que con el Juan Moreira de Favio como protagonista. Sólo
por esta canción, Moris merecería una estatua. Por eso es ideal para mirar al
sol al final de un mediodía de invierno, cerrar los ojos e imaginarse sentado
en el fin del Riachuelo. Y también para abrir el Lado A de un Música Cretina
flamante, pasen y escuchen. Y a no olvidarse: El mar no canta su canto/
en cantares de mar.
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