Ahora no quiero hacerte pensar/ porque pensar tanto no es bueno
Buenos días, semana. Buenos días, lunes. Buenos días, cretinxs. El solcito y el invierno que parece aflojar, y entonces suena
perfecto el que siempre será el tema más cretino de Cristian “Pity” Alvarez, de
un disco que, justamente, lleva por nombre un contundente ¡¡Buen día!! Así,
con doble signo de admiración, e incluso subrayado. Cuando se habla del Pity
siempre se recuerda enseguida sus actitudes mas border, difundidas generalmente
en programas de televisión. Pero yo siempre prefiero evocar su show al frente
de Intoxicados en el Quilmes Rock Festival de River, en el 2003, donde no sólo
la rompió sino que fue el primer rocker al que escuché pedir directamente por la
legalización de la marihuana y el aborto. Por entonces pensaba –y lo sigo
pensando—que el rock local había supuestamente luchado desde sus comienzos contra
la anquilosada doble moral de la sociedad argentina, y sin embargo cuando había
logrado un lugar representativo dentro de esa sociedad, su gran deuda era que nunca
se había manifestado directamente en contra de la nueva doble moral de una generación
que considera que tanto fumar porro como abortar puede formar parte de su vida
cotidiana, pero nunca se planteó luchar para que hacerlo dejase de ser considerado
un delito. Esa fue una de las razones por las cuales, cuando hicimos una
revista como La Mano, nos propusimos desde un comienzos dedicar una tapa a la marihuana
y otra al aborto. Lo hicimos, pero la experiencia nos demostró que no es fácil
juntar cabezas y convicciones. Y también que es mucho más fácil convencer a la
gente de pedir por la legalización del porro que la del aborto, incluso entre
gente del mismo palo. Así que no tengo más que admiración por ese Pity que,
entregando el show que todo el mundo esperaba en ese Quilmes, sabiéndose el
centro de todas las miradas, se plantó y dijo sin dudar, a modo de presentación
de Legalicenlá: “Hay muchas cosas para
hacer en la Argentina, pero mataría que se legalice la marihuana y el aborto. Primero
muchas cosas más, ¿no? Laburo para la gente, ¿no? Pero después acuérdense de
nosotros, ¿sí?”. La cita es literal, la acabo de sacar de una filmación del
show completo –impresionante- que descubrí en YouTube. Así que déjense de
giladas, el Pity no es sólo el que come alimento podrido para ver si le pega. Es
de los nuestros, no cabe duda. Soy más parecido a un perro de la calle/ o a la
planta que fumo en casa/ que a los que anhelan sin un gramo de arte/ tener fama,
dinero y salir en televisión. Además, tengo que confesar que me vuelve loco
que, en el video del tema, aparezca al comienzo escuchando un tema de GIT, la
banda de rock que justamente menos cosas tuvo para decir dentro del rock de los
80. “¿Vas para allá, flaco? Te llevo”, le ofrece un conductor al frente de una
4 x 4, que se detiene al verlo al costado del camino. “No, gracias”, responde
el Pity, que siempre prefirió ir por las suyas. Brindo por eso. Y también por eso
es que siempre escuché su música con ganas, y así suena en el Lado A de un
Música Cretina orgullosamente plagado de clásicos.
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