Algún día te dolerá/ como me duele a mí
Ah, ese final. Ese “ache” a capella, cerrando el tema lo dice
todo. Siempre me gustó Courtney Love. Se que es un personaje difícil, pero no
se puede menos que admirar esa actitud de ir siempre al frente, y con los
brazos abiertos. Cuando Nirvana tocó en Buenos Aires, todo el mundo quería
entrevistar a Kurt. Avisaron desde el comienzo que no iba a dar ninguna nota,
pero cuando sorpresivamente aceptó hacer una –la hizo Sergio Marchi para Clarín,
lo recordó en el primer número de La Mano—algo tenía que hacer Courtney con su
tiempo libre, así que aceptó también hacer su nota, con el único que la había
pedido: yo. Con Sergio estábamos cubriendo el festival para un especial de la
revista Rock & Pop, una especie de reviposter que fue un fracaso, y debe
haber terminado de condenar a la revista. Pero al incluir mas que nada fotos,
mi entrevista no tuvo donde salir, así que en el revuelo de la cobertura se me quedó
olvidada. Lo mismo pasó con nuestra charla con las chicas de Calamity Jane,
antes de que quedasen sepultadas por la cantidad de cosas que les tiró el
público de Nirvana. Me cayeron bien las pibas, pero recuerdo que cuando nos
contaron que nunca habían tocado para más gente que la que cabe en un clubcito,
con Sergio pensamos que la iban a tener difícil aquella noche. Cuando me senté
ante Courtney, confieso que esperaba encontrarme ante una Nancy Spungen agresiva
y monosilábica, y me sorprendí al disfrutar de una charla distendida con una
persona amable y curiosa, interesada en saber cómo había sido la transición de
la dictadura hacia la democracia y cosas así. No recuerdo cómo fue que llegamos
a hablar de eso: una vez que pasó el revuelo no logré dar con el cassette con
la entrevista, así que jamás la desgrabé. Pero nunca me olvidaré de esa piel
tan blanca, con las piernas llenas de pequeños moretones. En un perfil que hice
años después para Pagina/30 escribí que parecían las de una persona que había
estado arrastrándose toda su vida. Después entendí que la realidad era menos
poética: esos moretones eran apenas testimonio de sus adicciones. Los discos
del antes y del después de Hole son obras maestras. Antes y después de Kurt,
claro. Me emocionan como la primera vez siempre que los escucho. De Doll parts
hasta tengo el simple, que incluye una deliciosa versión en vivo de Hungry like
a wolf. Pero eso queda para otro feriado, para otro Música Cretina. En el
mediodía de un jueves nublado, desde el Lado B del último no-programa, escuchemos
a las partes de las muñecas. Miento de manera tan real/ que estoy más allá de
la mentira. Los que atravesamos con vos aquellos esos años, Courtney, te
saludamos.
Descubrí Hole hace pocos años, en 2012, cuando vi en el Bafici el documental de su baterista. La curiosidad me hizo escuchar un par de discos de ellas y me quedé fascinada. Las letras, la música, todo. Una banda increíble y en general opacada o subestimada. Tenía esa imagen de Courtney Love, la que nos vendieron los escándalos, pero empecé también a ver entrevistas que le hacían y me encontré con otra persona. Tu testimonio sustenta eso.
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