No hace una hora, intervine un recital de Aristimuño.
Vieja Usina. Entradas agotadas.
Igual, insistí, diciendo que venía a ver a Lisandro
que le traía un libro, que le preguntaran a él.
Vicente Luy; soy el poeta Vicente Luy le dije al sujeto a cargo.
Mi plan era otro.
Yo quería entrar antes; fui una hora antes
para curtir camarines y pedirle que me invite a subir a leer.
Iba a recitarle 7 poemas si arrancaba con un No.
Estaba, estoy, muy para adelante.
El tipo no me conoce. Le mandé un libro con Marce
pero no sé si ya lo recibió.
Confío ciegamente en mi poesía
y fui a saludarlo, pero, también, a audicionar.
En síntesis: no me dieron paso hasta empezado el concierto.
Me senté en el piso, en una esquinita, y prendí un pucho.
Y mientras sonaban las canciones, la ocurrencia fue tomando cuerpo
SE HIZO CARNE EN MI
Esperé a que terminaran los bises y me trepé al escenario.
La gente iniciaba la retirada.
Corrí al micrófono y grité:
Soy el pez
Soy el pez
Soy el pez
el que por la boca muere
pero también / el que nada contra la corriente
Me cortaron el sonido.
Seguí con Venderle el alma al diablo, y vinieron a sacarme los de la producción.
No me querían dejar terminar el poema del Scrabble
me lo quisieron cortar a la mitad.
Ni los miré.
Seguí gritando.
La gente se iba, y todos pasaban en frente mío.
Algunos prestaron atención en ese lapso
pero sólo respondieron cuando dije “usá tu odio para el bien común”.
Como en un ensayo de orquesta, emitieron un sonido.
Igual, se siguieron yendo.
Los productores volvieron a por mí.
Los ignoré.
Dije 4 poemas más y me llevó la policía
un adicional.
Por suerte, me dejaron ir; me expulsaron.
Llevaba flores empapeladas en la etiqueta.
En un mundo lleno de amor, Lisandro hubiera venido a rescatarme.
En una de esas, con la adrenalina post show, no me oyeron.
(Gracias Hernan, por haberme mandado este poema inédito de Vicente, que leyo Osvaldo Vigna el domingo en Vuela el pez)
Hola! Miles y miles gracias... Esto sucedió lo que relató? Cuando saben? Abrazo
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