jueves, 2 de enero de 2025

Oques Grasses, "Jubilar-se"

Ser feliz ya no importa/ no está de moda

Se los presento, los chicos de la foto --que ya no son tan chicos-- se hacen llamar Oques Grasses, y son catalanes. Sí, ya sé, son todos varones, blanquitos, estudiantes de conservatorio y para colmo catalanes: más garca no se consigue. Pero la música tiene sus propias razones, y también su forma de derribar prejuicios y preconceptos, y ahí está el tema del que sale el verso que inaugura este post para cerrarme el orto y recordarme que si yo suelo asegurar que la única religión que profeso es la de las canciones, por algo será. El tema se llama Jubilarse, y me alegra tanto cada vez que hago play que lo he dejado sonar mucho en un año poco propenso a tales excesos, y por supuesto lo llevé a las mañanas de Palermo Wuhan, y ahora no podía faltar en el nuevo Música Cretina, el que cerró el 2024 e inaugura este 2025 que recién empieza. Leo por ahí que los Oques Grasses arancaron en 2010, o sea que ya tienen una década y media --y media decena de discos-- bajo las patas, y que hacen las cosas a su manera, aunque no se puede dejar de señalar que han tenido éxito desde el primer día. Mejor presentarlos como lo hice aquella madrugada de sábado wuhanero, diciendo que son algo así como los De La Soul catalanes, porque el sayo les calza, y porque los disfruto como lo hago con aquellos, cancion sí y canción no, sin preguntar de dónde vienen ni nada. No puedo decir que me guste el resto de las canciones de Fruto del delirio, su último disco, de donde sale este hitazo, pero de algo estoy seguro: si cruzan el charco y se vienen por acá, la rompen. Pero lo que más me sorprende es cómo este septeto de pibes privilegiados pero achispados dan en la tecla con un tema que habla de los fantasmas que nos persiguen en este nuevo siglo, que describen desde un primer verso que, después de resumir el declinante estatus actual de la felicidad, asegura: Ahora importa mas tener mucho trabajo/ mucha pasta. Y lo rematan con una guarangada. Lo confieso, no logro entender esta nueva fiebre de oro generacional, que sueña con el bolsillo lleno antes que nada. Porque, como dicen mis nuevos amigos catalanes, no quiero todo/ aprendí que no me cabe en las manos. Son tiempos de verdades absolutas y al mismo tiempo de reescrituras a medida, la corriente es fuerte y es difícil no dejarse llevar. No quiero gastar ni un minuto más mirando todo ese circo/ está el patio lleno de almas que se están vendiendo, cantan los Oques, y no puedo menos que cantar con ellos. Pasen y hagan play, suenan en un no-programa llamado Música Cretina. Porque con música la vida al menos se soporta. Y espero que con el nuevo año también sea así. Claro que si es Cretina, mucho mejor. 

miércoles, 1 de enero de 2025

Peter Perrett, "Secret taliban wife"

Ella me ha radicalizado/ ahora me he convertido en su esclavo

Se los presento, el señor de los anteojos negros de la foto es el que abre el flamante Musica Cretina, nuevo nuevísimo, el último del año pasado o el primero de este año nuevo, elijan lo que prefieran o táchese lo que no corresponda. Se llama Peter Perrett, y mas cretino no se consigue. Digo, porque es un sobreviviente de la new wave británica, que estuvo al frente de un grupo bastante querido llamado The Only Ones hasta que los tiempos cambiaron, llegaron nuevos grupos y nuevas new waves, y nuestro querido Perrett descubrió que podía matar el tiempo cada vez más libre que tenía entre manos dedicando los ingresos que recibía de los derechos por sus canciones en substancias que, justamente, se dedicaban muy bien a eso del tiempo. Corte, y treinta años despues --poco antes de la pandemia-- el buen Peter consigue finalmente levantarse de esa cama en la que estuvo practicamente tirado durante todo ese tiempo, y le presenta al mundo su primer disco desde sus años de gloria. Y el mundo lo recibe bien, justo es decirlo. Hubo un disco más, que llegó incluso a sonar en este no-programa, y despues el encierro. En las notas por su nuevo disco, el que escribió durante ese encierro, que se llama The cleansing, y que es doble, Perrett contó que como ya está grande y tiene problemas respiratorios, acató inmediatamente en confinamiento y durante un año  y medio solo salió de su casa para ir al médico. El primer día que se levantaron las restricciones fue por primera vez al pub en todo ese tiempo y se relajó, explicó, y esa misma noche se agarró Covid y casi la queda. Terapia intensiva, muletas para volver a caminar, y a componer y componer.  Así fue como llegó La limpieza, su nuevo y formidable disco, del que participan sus hijos, su banda actual, y una larga fila de invitados, vecinos y fans de su época de gloria, como Bobby Gillespie o Johnny Marr. Me manda videos por whatsapp/ estoy atrapado, canta Peter en su delicioso Secret taliban wife, que leo por ahí que está dedicado a una relación virtual que mantuvo en las redes, y también a una humorista iraní que contó que, también gracias a la impunidad que dan las redes, recibe insultos todo el tiempo, y el titulo de la canción es uno de esos epítetos. Por eso la bronca, por eso las guitarras aserrando, por eso la ironía y la semi-sonrisa que le podemos imaginar en el rostro mientras escupe cada uno de sus versos. Mi esposa talibán secreta/ lo mejor que vi en mi vida, se entusiasma quien se reconoce como su esclavo, maniatado pero vivo. Casi el mismo destino que nos escupen las redes y este presente supuestamente tan libre que ya no sabemos donde ir. Ya sabemos: si queres gritar, desenchufa el cable del parlante. Y si queres seguir gritando, a poner play en un no-programa a estrenar y listo para dejarlo sonar. Como este año nuevo.