jueves, 24 de octubre de 2019

Marianela c/Charly García, "Rara"


Me dejaste sola/ y no me perdí 

Dijo el poeta que abril es el mes más cruel, pero podría decir lo mismo bajo el sol a cuentagotas de este octubre que nunca se termina de ir. Y ante este jueves de cielo celeste en el que un dictador sale de la cripta en la que durmió todo este tiempo rodeado de sus víctimas, un país lleva una semana en la calle renegando de su milagro y hay cuadernos que dejan de ser ceniza pero a nadie parece importarle aquel fuego, prefiero refugiarme en la que tal vez sea la canción menos conocida del último Charly que importa, el que insistió en bailar en la cripta con las víctimas y lejos de sus verdugos, el que renegó de los milagros y siempre prefirió las cenizas a las escrituras. Al final del Música Cretina que aún sigue sonando y podríamos considerar como nuevo, retumba en toda su gloria el tema que Charly le regaló a Marianela para su debut Cajita feliz (2006), que en otra época sin dudas se habría escuchado sin parar y hoy todos evocaríamos en vez de preguntarnos de qué estamos hablando, y cada vez que hago play no puedo evitar que se me ponga la piel de gallina. Siento todo el tiempo que tengo razón/ si me escuchara más no diría nada, confiesa un García de piel y huesos escondido en una letra escrita para su última colaboradora fiel devenida en cantante, Fabiana Cantilo del nuevo siglo para un Charly que por más que se ponga cualquier máscara siempre termina hablando de él. Pero que, al mismo tiempo, solo al escribir para otros pareciera que se le caen de las manos casi sin esfuerzo esa clase de temas que uno esta obligado a escuchar una y otra vez, instantáneos clásicos García incluso fuera de la vista de todos. Hubo un tiempo que no fue hermoso, pero Charly García estaba vivo. Ahora estamos todos contando los días y las horas para terminar de salir de la tumba en que nos han querido enterrar para honrar a ese dictador que es el mercado y sus escribas, y el buen Charly sigue cumpliendo años, y habría que ser un desagradecido para seguirle pidiendo gotas de su sangre. Así que mejor disfrutar de todo lo que nos dio, porque hay mucho para descubrir todavía. Como este tema, una maravilla que no se puede escuchar solo una vez, hay que volver y volver a él, como todo buen licor, como un niño pidiendo otra vez su dosis de teletubbie, como un adicto queriendo volver a ese limbo donde todo está bien y nadie viene a golpear la puerta. Escuchemos a los freaks de una vez, y digámosles que si. Todos sabemos que de vez en cuando es bueno descansar de ser los raros. Eso sí, que sea siempre con el puño en alto, los dientes apretados y los ojos brillosos. Como si la vida se fuese siempre en un buen estribillo. Gracias por todo Charly: la cuenta está más que saldada, y eso que seguro aún queda mucho por sumar. Y mientras tanto ni siquiera ese impiadoso contable que es el tiempo puede impedirnos que sigamos celebrando tu cumpleaños.

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