Ella me ha radicalizado/ ahora me he convertido en su esclavo
Se los presento, el señor de los anteojos negros de la foto es el que abre el flamante Musica Cretina, nuevo nuevísimo, el último del año pasado o el primero de este año nuevo, elijan lo que prefieran o táchese lo que no corresponda. Se llama Peter Perrett, y mas cretino no se consigue. Digo, porque es un sobreviviente de la new wave británica, que estuvo al frente de un grupo bastante querido llamado The Only Ones hasta que los tiempos cambiaron, llegaron nuevos grupos y nuevas new waves, y nuestro querido Perrett descubrió que podía matar el tiempo cada vez más libre que tenía entre manos dedicando los ingresos que recibía de los derechos por sus canciones en substancias que, justamente, se dedicaban muy bien a eso del tiempo. Corte, y treinta años despues --poco antes de la pandemia-- el buen Peter consigue finalmente levantarse de esa cama en la que estuvo practicamente tirado durante todo ese tiempo, y le presenta al mundo su primer disco desde sus años de gloria. Y el mundo lo recibe bien, justo es decirlo. Hubo un disco más, que llegó incluso a sonar en este no-programa, y despues el encierro. En las notas por su nuevo disco, el que escribió durante ese encierro, que se llama The cleansing, y que es doble, Perrett contó que como ya está grande y tiene problemas respiratorios, acató inmediatamente en confinamiento y durante un año y medio solo salió de su casa para ir al médico. El primer día que se levantaron las restricciones fue por primera vez al pub en todo ese tiempo y se relajó, explicó, y esa misma noche se agarró Covid y casi la queda. Terapia intensiva, muletas para volver a caminar, y a componer y componer. Así fue como llegó La limpieza, su nuevo y formidable disco, del que participan sus hijos, su banda actual, y una larga fila de invitados, vecinos y fans de su época de gloria, como Bobby Gillespie o Johnny Marr. Me manda videos por whatsapp/ estoy atrapado, canta Peter en su delicioso Secret taliban wife, que leo por ahí que está dedicado a una relación virtual que mantuvo en las redes, y también a una humorista iraní que contó que, también gracias a la impunidad que dan las redes, recibe insultos todo el tiempo, y el titulo de la canción es uno de esos epítetos. Por eso la bronca, por eso las guitarras aserrando, por eso la ironía y la semi-sonrisa que le podemos imaginar en el rostro mientras escupe cada uno de sus versos. Mi esposa talibán secreta/ lo mejor que vi en mi vida, se entusiasma quien se reconoce como su esclavo, maniatado pero vivo. Casi el mismo destino que nos escupen las redes y este presente supuestamente tan libre que ya no sabemos donde ir. Ya sabemos: si queres gritar, desenchufa el cable del parlante. Y si queres seguir gritando, a poner play en un no-programa a estrenar y listo para dejarlo sonar. Como este año nuevo.
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