domingo, 18 de abril de 2021

Rock, amor y suerte - Los Fundamentalistas de Aire Acondicionado en Epuyén

Empiezo por el final/ terminaré en el principio

Con la piel de gallina tengo que confesar algo. Este viejo lobo nunca le prestó atención a Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado. No se por qué, tal vez más que nada porque no tenía ganas de abrir la puerta y darme cuenta de pronto que era en vano, que estaba entregando mi emoción a cambio de nada. Bueno, el show que estoy mirando y volviendo a mirar desde anoche --A los pájaros, el impecable recital de Los Fundamentalistas desde las ruinas de Villa Epecuén-- me demuestra todo lo que estaba equivocado. No me queda otra que creerle a ese detector que a esta altura uno siempre tiene encendido, ya que uno tras otro se me vienen encima los viejos temas y no hay nada que se meta en medio de mis evocaciones y mi disfrute. Estuve ahí, estoy acá, y no tengo más que agradecimiento porque hacen posible semejante viaje. ¿De que viaje estamos hablando? El que muchos hemos hecho junto a las canciones del Indio, una ruta contracultural y que ha mantanido ciertas certezas, imágenes poéticas, miradas del mundo, y sigue la lista. Nada de lo que sucede en estos tiempos es ajeno a aquella visión que siempre fue apocalíptica y al mismo tiempo vital, es lo que sucede con la contracultura, acostumbrada a vivir entre las ruinas, a sobrevivir en los tachos de basura, a seguir respirando contra y a pesar de todo. Me reconozco en esas canciones repletas de guiños y referencias  --morir frente al Dakota, el viejo Caryl Chessman respirando otra vez, y ese ñanfri que al enfriarse te condena a ser apenas un punto más-- que tienen sus raíces en el siglo pasado y en eso que ya no hacemos, porque el tiempo pasa y nunca lo hace gratis. Pero tampoco en vano. Algo en lo que no dejo de pensar desde esta madrugada, que vengo escuchando las canciones de siempre que --ante la ausencia del Indio-- van rotando por las voces de varios de los Fundamentalistas, a la manera de la biopic de Dylan en la que recurren a varios actores para poder abarcar su figura. Me impresiona cómo dan justo en el clavo Déborah Dixon en Un tal Brigitte Bardot, Pablo Sbaraglia en Rock del país, Baltasar Comotto en La parabellum del buen psicópata, Gaspar Benegas en Pura suerte... y hablo de esos temas justamente porque son algunos de los que más he escuchado y con los que más he vibrado durante gran parte de mi vida, y son los que me dicen que sí, que son ellos nomás, y que está todo bien acá, con los Fundamentalistas. Que hay rock, hay amor, y también que tenemos suerte. Y a eso hay que sumarle las dos increíbles canciones nuevas del indio, la contundente Rezando solo (Si rezo solo, dios se aburre igual/ pero así, creo, me escucha mejor) y la emocionante Encuentro con un ángel amateur (“Yo ya no puedo cumplir hazañas que prometí/ sólo seguir cantando”), de donde también vienen los versos que abren estas líneas. Lo escucho a Benegas terminar de presentarlas --la única vez que alguien habla en toda la noche-- con un sintético “prepárense porque... cae todo”, y ahora que estoy volviendo a ver el show no puedo evitar reírme solo, entusiasta y cómplice una y otra vez ante un momento que no pierde su intensidad pese a haberlo repasado más de una vez. Y me entretengo también con el comentario de un fan anónimo que dice presente en las redes, haciéndole un guiño a esos tiempos de procesiones nocturnas: “Si nos perdemos, a la salida nos encontramos en canal de Paula Cocina”. Pero si me distraigo con esos detalles es porque lo veo tan bien al Indio desde la pantalla en la que hace su aparición (es encantador ver a los músicos dándose vuelta para verlo apenas aparece), que en realidad no quiero ponerme a pensar si esto significa una despedida o qué. El Indio canta resignado que se mira gritar desde un poster viejo, y mientras tanto nosotrxs aún disfrutamos de verlo vivito y coleando, aunque más no sea desde una pantalla. No quiero cantar victoria, no puedo dejar de pensar en aquella curación definitiva con la que nos engañó tan dulcemente Luis Alberto. Pero al mismo tiempo que sigan viniendo las canciones, por favor. Que sigan cantándose. Y gracias a los Fundamentalistas por hacer que sean aún posibles noches semejantes.

2 comentarios:

  1. Hermoso texto! Un poco de magia la de los FDAC para pasar la cuarentena y creer en el futuro un ratito más. Saludos!

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  2. gracias y saludos para vos también!

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