Aunque tal vez estemos ciegos/ el amor está aquí para quedarse
Uno de mis discos preferidos de los Beatles siempre fue A Hard Day’s Night. Por las caritas en la tapa, seguro. Por los
dibujitos animados, por la película. Pero más que nada, pienso ahora, porque
sólo un grupo decidido a crecer toma una obligación, como la de hacer la música
para una película que podía bien simplemente estar dedicada a explotar su
popularidad antes de que el globo explote y tuviesen que volver a ganarse la
vida, y la transforma en otra oportunidad para hacer grandes canciones. Si bien
no son obras maestras ni nada parecido, lo lindo de A Hard’s es
justamente eso, que es posible curiosear por sobre el hombro de un grupo de
compositores en camino a ser grandes en lo suyo. Hay de todo en el disco,
incluso canciones oscuras, listas a ser redescubiertas. Como este Things
we said today, que McCartney escribió de vacaciones junto a su novia Jane
Asher, la actriz que lo dejó años después, cuando lo descubrió en la cama con
otra. Pero esa es otra historia. Volvamos al tema, que nada menos que Bob Dylan
hace propio para el flamante autohomenaje del buen Paul, que reúne a una
cantidad increíble de invitados sólo para hacer karaoke, porque como la banda
que utilizan todos es la que el buen Paul lleva de gira, las versiones son
impecables, pero el resultado termina siendo casi siempre previsible. Salvo
cuando aparece la voz de Bob, y entonces todo cobra otra dimensión. Dylan
haciendo Beatles, no hay con qué darle. Salvo darle bandera verde para que
suene en este primer lunes del nuevo año. Y también en el Lado B de un Música
Cretina que todavía guarda algunas sorpresas.
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