Los gusanos siguen siendo fieles/ a toda la carne que se
muere
Tengo que confesar que hace tiempo que venía cruzado con el
Indio. Saltaba a defenderlo, sí, ante los que escondían su desprecio de clase
y/o pretensión de superioridad intelectual en chistes fáciles contra él y los
Redondos. Pero en mi fuero íntimo sentía como que lo había perdido, se había
escondido en su pueblo privado, en el evento masivo inconducente. Pero cuando
salió Pajaritos tuve que escribir, y me obligué –como al perro que mea donde no
corresponde—a restregar mi hocico en todo eso que me había olvidado. Repasé los
últimos discos de los Redondos, así como su carrera solista, y volví al redil. Entusiasta,
después de una semana de Amok! Amok! en repeat, pensando que seguramente así
sonaría Oktubre si se grabase hoy, lo separé para el Música Cretina, y nada
casualmente se tomó su tiempo para encontrar un lugar y recién terminó abriendo el Lado B del no-programa de esta semana. Nada
casualmente porque, en un fin de semana en que la política vuelve a correr al
un-dos de los gimnastas de la mano dura clasista, de pronto multiplicó su sentido. Sean bienvenidos todos/ al show de la linda fe sonriente. Ah, Solari, que
lindo volverte a escuchar, y a cerrar el puño con la música. Y feliz domingo
para todos.
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