Hubo una vez/ Mucho, mucho tiempo atrás/ Que donde quiera que me guiaras/ Yo seguramente te seguiría
De pie, señores, que llegó B. B. King. Antes, mucho antes
que el viejo la rompiese en Buenos Aires, y se convirtiese casi un artista
local por estos pagos, el disco que funcionó para mí como puerta de ingreso a
su música fue el que grabó en Londres, con toda la escena británica pasando a
rendirle homenaje. Estamos hablando de 1971, pero yo lo pesqué mucho después,
claro. Pero lo que más me gusta del disco creo que son las fotos: la de
portada, con B. B. pasando frente al 10 de Downing Street. Y especialmente la
de contratapa, con Lucille en su estuche, apoyada al lado del cartel de Abbey
Road. En esta hermosa versión de Ain’t nobody home –dedicada a una mujer que se
fue tiempo atrás, y cuando vuelve el coro le dice: no hay nadie en casa—tocan Bobby
Keys, Klaus Voorman, Jim Keltner y siguen las firmas. Y también toca, sorpresa
de sorpresas, un tal Dr. Ragovoy, que es el autor del tema, llamado Jerry. Wikipedia
me dice, y no dejo de asombrarme, que es el autor también de temas como el Time
is on my side de los Stones (bajo el seudónimo de Norman Meade) y co autor del
Cry Baby de Janis Joplin. Creo que esto es lo que más me gusta de compartir
estos temas. La excusa para ponerme a googlear y seguir descubriendo cosas.
Ahora que B. B. se está retirando de los escenarios –parece que sufrió la gran
Chuck Berry la semana pasada, y se lo tuvieron que llevar de escena—es hora de
decir que no hay nadie en casa. Pero, por suerte, el tocadiscos no se va a
ningún lado. Y en él suena musiquita bien cretina, bajo el sol de un mediodía de
miércoles. Como este tema, que engalana el Lado B de un nuevo, flamante, recién
estrenado, nunca taxi, no-programa. Pasen y escuchen.
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