miércoles, 11 de diciembre de 2024

Shaboozey, "A bar song (Tipsy)"

Alguien me sirve un trago doble de whisky/ saben que Jack Daniels y yo tenemos una historia

Se los presento, el muchacho de la foto se llama Collins Obina Chibueze, más conocido por su nombre artístico como Shaboozey, pero en realidad mucho más conocido todavía por un hitazo bautizado como A Bar Song, o sea Una canción de bar. Y cuando digo que es conocido en realidad me estoy refiriendo a la canción, un irresistible himno al alcohol, las noches trasnochadas y las mañanas resacosas que en una nota que leí por ahí mencionan como un nuevo Baby Shark pero para adultos, de tan irresisible que resulta. Y lo es: desde que la escuché por primera vez supe que tenía que estar en el nuevo Música Cretina. No llegué a incluirla en la lista de Palermo Wuhan, pero sino también ahí hubiese estado, porque tiene una buena historia detrás, en particular la del buen Shaboozey, un hijo de padres nigerianos criado en Virginia, la tierra de Pharrell, Timbaland y Missy Elliott. Como me debería haber dado cuenta antes de leerlo en alguna otra nota, su apodo deriva de la recurrente mala pronunciación de su apellido, y Shaboozey se ríe de esas confusiones multiplicándolas al abrazar decididamente el country en su último disco, después de haberle cantado al Nascar y a Robert Plant, y componer dos canciones junto a Beyoncé en el disco que la diva también le dedico a ese estilo históricamente tan pero tan blanquito. El nuevo álbum de este virginiano que acaba de cumplir 29 años lleva el premonitorio título de Donde estuve no es donde estoy yendo, lo que efectivamente sucederá con su carrera después del mega super hiper recontra exitazo que resultó ser A bar song, que en realidad es una versión de un tema de hip hop de hace exactamente dos décadas atrás, Tipsy, firmado por Jarrel Jones, o sea J-Kwon. Shaboozey es el cantante del que parece ser el tema del año en los Estados Unidos --¿alguien sabe si estuvo sonando por acá?-- una canción que en realidad más que celebrar las noches pasadas de rosca lo que hace es convocar a la nostalgia de los treintañeros que ya no pueden hacerlo, en la boca de un cantante country que en realidad es afronorteamericano, más outlaw no se consigue, y al mismo tiempo más integrado tampoco. Y eso que estos son tiempos de apocalipsis, demorados pero apocalipsis al fin. No me preocupo por mis problemas/ no me los llevaré cuando me vaya, canta Shaboozey y deberíamos cantar todos y, no se preocupen, ya lo estaremos cantando. Mientras tanto se puede hacer play en el último no-programa y, zas, ahí esta ese bar en el que está todo el mundo, achispándose. O digamos que está el recuerdo de ese bar, la añoranza de ese bar, la imposibilidad de ese bar pero siempre tendremos aquella imagen, y también la canción. La música, que de eso estamos hablando. Y si es Cretina, mucho mejor. 


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