jueves, 4 de enero de 2024

Morrissey, "What kind of people live in these houses?"

Miran la televisión pensando que es su ventana al mundo/ eso tiene que doler

Un amigo me contó una vez que tenía una novia con la que se peleaban cada vez que terminaban paseando por los barrios porteños mas caros. Porque siempre que miraba una casa y le comentaba que ella podría vivir ahí, él insistía en recordarle el imposible costo y cada agotador detalle --impuestos, expensas o empleados-- de semejante vida. A ella le gustaba soñar, él no podía sacar los pies de la tierra. No se cuál de los dos papeles de esta fábula no-tan-cotidiana encarna el buen Stephen Patrick Morrissey cuando canta el tema de irresistible título con el que cierra el último Música Cretina del año pasado, que también por ahora sigue siendo nuestro no-programa más nuevo. El tema en cuestión se llama ¿Qué clase de gente vive en estas casas?, y es uno de mis preferidos del que por lo que yo se sigue siendo su último disco, bautizado --ah, los títulos de Mozz-- No soy un perro con una cadena. Veanlo exhibir su mejor perfil en la imagen grupal que ilustra estas líneas, que posteó su bajista bogotano Juan Galeano, en plena preparación para el viaje que los terminará trayendo --según se puede leer en la página del estadio techado de Atlanta-- en febrero, para cumplir con la gira cancelada hace unos meses por haberse enfermado de dengue. Lo cierto es que también pueden ver el tema en cuestión cerrando la lista del vigente no-programa, que ya pueden repasar en el blog de Música Cretina, como venían pidiendo algunos oyentes. Podrán constatar que, además de Morrissey, también suenan otros clásicos cretinos como Elliott Murphy o El Último de la Fila, rescates como el pop cubano de Mirtha y Raúl o versiones como la que Capitol 1212 y Earl 16 hacen de Joy Division. Pero vayan y vean, mientras tanto acá mejor regresar al tema que nos ocupa del buen Mozz, que se sigue preguntando por las costumbres de los que viven en semejantes casas: ¿Remeras o blusas? ¿Jean rasgados o pantalones? Duermen con los que duermen/ sólo porque tienen miedo de probar el cambio, dice Mozz, y todo nos habla de otras cosas, todo es referencia a lo que nos sorprende y nos agobia de este nuevo año, como la cruel relectura culpable de aquel cambiar por cambiar nomás que tanto nos gustaba del primer Fito, ¿no? Me acuerdo que cuando Páez lo cantó en aquel repaso de su carrera que fue la celebración de los 30 años de Giros en pleno triunfo cambiemita se encogía de hombros al cantar ese verso, como pidiendo disculpas, como diciendo “cómo podíamos saber”. Y esa es la gran pregunta: ¿podíamos saber o no? ¿El cambio por el cambio nomás no conduce irremediablemente a algo como esto? Supongo que una cosa es hablar desde los márgenes y otra cosa hacerlo desde el centro, y esa es la deuda del rock, calculo. Una cuenta que nunca pidió pero se la pasaron para que la garpe, y acá estamos nomás. Escuchando a Morrissey preguntarse qué clase de gente vive en esas casas, y desear poder saber qué quiere decir con eso, como creíamos saberlo en la época de los Smiths. ¿Es que se puede decir, no cantar porque lo sigo cantando, sino que hablo de pensarlo de verdad, que ser atropellado por camión de diez toneladas es una manera celestial de morir? Calculo que, con la persona correcta a nuestro lado, oh cielos allá vamos nomás. Y si allá hay algo parecido al siglo veinte, mejor. Ah, y ya que estamos que haya música bien cretina también, porfi. 

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