Llegué por calle Corrientes/ salí por la Diagonal
Jueves soleado después de una larga noche con viento, y Música Cretina sigue celebrando su regreso, otra vez con un no-programa enteramente salido de discos físicos, compacts que ocupan un lugar real en los estantes, tesoritos de este tiempo de encierro, perlas de la memoria pero también de la curiosa cotidianeidad de un año que ya se está despidiendo casi sin haber llegado. Entre tantos homenajes y fiestas de cumpleaños de obras artísticas que se celebran cada vez más seguido por estos días, la aparición de una antología online con sus inéditos titulada Los olvidados me recordó que Entre Ríos, aquel trío integrado por Sebastián Carreras, Gabriel Lucena e Isol está cumpliendo veinte años desde su formación. Pese a que luego de la partida de su cantante original tuvo una larga década de sobrevida --y un último acto como música para instalaciones artísticas--, la más maravillosa música que aún llevo en mis oídos es la de esos dos EPs del comienzo, con el sonido mágico de esa muñequita en escena que siempre fue la pequeña y enorme Isol, dueña de una voz de esas que detienen el pensamiento, que llaman la atención del distraído y pagan todas las deudas de quien estuvo gastando a cuenta confiando en volver a encontrar eso que hizo la diferencia cuando la descubrió. Pero si voy a ser sincero no se si es por el hecho artístico que tengo tan presente esos discos, o porque coincidieron con ese extraño milagro que fue FM Supernova, donde sonaron como si fuesen hits aquel Morrissey de Leo García o Río Paraná de Suárez. Y creo recordar --corrijanme si me equivoco-- que este Lima de Entre Ríos entra en ese imaginario podio de los temas que tal vez no recordaríamos tanto sin la existencia de aquella emisora. Nunca supe de qué trata la letra de Lima, pero el verso con el que abren estas líneas me permitió remitirme al mapa y el territorio: si dice Corrientes y dice Diagonal, estamos hablando de una calle del centro porteño, no quedan dudas. Por más que su letra también se refiera a las posibilidades cortantes o al menos desgastantes de eso que llamamos lima. Capital, calle, fruta o herramienta, Lima --la canción-- arranca con unos sonidos que me recuerdan a los que el feroz viento hizo sonar anoche al golpear insistentemente algunos objetos vecinos. Un prólogo sonoro que suena tan actual e incluso con el mismo aliento de futuro que prometía veinte años atrás. Estoy vivo/ Estoy quieto/ No me muevo llevo tanto tiempo/ aquí dentro/ quiero salir, canta Isol desde entonces, cuando ya ha salido y ya se ha movido, todos lo hicimos y sin embargo acá estamos otra vez, dentro, quietos y queriendo salir. Hasta que ese momento llegue, dejemos que suene la música. Y, como digo siempre, si es Cretina, mejor.
(La foto es de Lola García Garrido y formó parte de la promoción por la edición del disco Onda en el sello español Elefant)
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