Amanda Shires & Jason Isbell, "Born in the USA" (Bruce Springsteen)
Nací en un pueblo de mala muerte/ la primera patada que recibí fue cuando toqué el suelo
Les había anticipado que íbamos a volver a este
disco. Se trata de Dead Man’s Town, que salió en septiembre del año
pasado celebrando las tres décadas de Born in the USA, el álbum que
finalmente terminó por convertir a Bruce Springsteen en una mega estrella
internacional, algo a lo que parecía venir escapándole una y otra vez después
de Born to run. Participan del homenaje Justin Townes Earle, Nicole
Atkins y los North Mississippi All-Stars, entre otros, y lo estrenamos por acá
un mes atrás, compartiendo la participación de Low haciendo I’m on fire.
Ahora le toca el turno al tema que bautiza el disco original, en una versión
que abre con el violín de Amanda Shires, dejando en claro que se viene una
cretinada. Shires firma el atrevido cover, que le agrega una nueva melodía al
tema, junto a Jason Isbell, un ex Drive By-Truckers devenido solista, que
señaló que lo que más le gusta de la canción es que “pinta un retrato de la
lucha en el sueño americano, y la ironía del estribillo, cantado con tanta
fuerza, es tan potente que incluso trasciende esa ironía”. Violinista para los
Texas Playboys y el grupo de Isbell, Shires apunta que, al escuchar el demo
original de la canción, “los arreglos oscuros y en clave menor dejan en claro
que no se trata estrictamente de una canción de celebración. Quisimos reflejar
esa versión”. Veo por ahí que Born in the USA fue, justamente, la canción con
la que Springsteen eligió comenzar su show cerrando la edición porteña de
Amnesty. Y digo justamente porque me da la excusa para corregir un post
anterior --el de, otro justamente acá, el estreno del disco homenaje en el
no-programa--que hice respecto al Bruce, donde confesaba que en mi recuerdo, el
tipo había sonado un poco forzado, intentando demasiado agradar al público,
llegando a tocar La Bamba, como si no supiera muy bien dónde
estaba. Y a partir de ese viejo recuerdo personal, jamás revisado, me saltaron
a la yugular mis amigos brucemaníacos, que como siempre suelen tener razón. El
intercambio fue eterno, y se dio en mi muro personal de Facebook, pueden ir a repasarlo, no
tiene desperdicio. Pero lo que debo corregir, entonces, es que lo que sucedió en River fue justamente
al revés, que Bruce arrancó con Twist and Shout, y fue el público
el que transformó ese tema en La Bamba. Y ahí se me destapó el
recuerdo de aquella tarde, y en mi memoria ése fue el desafío entonces: cambiarle la
canción a ese yanqui que no parecía saber bien dónde estaba. Al menos eso recuerdo
haber hecho yo, que perdido entre el público igual alcancé a darme cuenta que
había pica entre Bruce y Charly García, nuestro representante ahí arriba. Los
bruceros, claro, no admiten ese lugar para García, algo que quedó claro en el
jugoso intercambio en los comentarios, que da para panel televisivo. Lo cierto
es que ese cruce entre los músicos locales y los del tour sucedió en todas y
cada una de las escalas de la gira, mas que nada porque, con ese agregado
musical autóctono, el show terminaba siempre de madrugada. Y el que pagaba el
pato era Bruce, porque nadie quería tocar después de él. Un primer triunfo de
Charly aquella tarde fue no tocar acústico, como le habían exigido en un
principio, sino con su banda completa. Y el segundo fue lograr que todo el
estadio imitase los gestos de sus manos, como queriendo demostrar que The Boss
ahí no era Springsteen, sino él. Una pelea de egos impropia con los objetivos
del show, o al menos eso pensaba yo entonces, a pesar de que había ido a ver a
los invitados extranjeros, qué duda cabe. Pero también quería ver cómo nos
dejaban parados los representantes locales, quería que les demostraran a los de
afuera que acá el rock también existe. Supongo entonces que mi recuerdo de esa
tarde-noche está teñido de esa mirada absurdamente nacionalista. Algo que,
ahora que lo pienso, brilló por su ausencia en el Lollapalooza. Es lo que hay
que celebrar del rock del nuevo siglo: que es menos sexista y, también, menos
nacionalista. Y mejor organizado: si vamos a estar todo un día juntos, que haya
lugar para pasear, baños como corresponde, hasta tiendas para hacer shopping
(!). Recuerdo que en ese River todo apelotonado, en un momento un chabón que
estaba atrás mío se puso a mear, sin decir agua va. Si no te corrías, quedabas
enchastrado. Algo impensable en el Lolla, donde el único momento que presencié
de barrabravismo fue un gordito en cueros revoleando su remera, agitando por
Plant. "¡Esto es Argentina!", decía. El público, aunque era bastante adelante,
le había hecho lugar para que revolease tranquilo, como un loco que no está en
sus cabales. Se fue para adelante y no lo vi mas. Pero me estoy yendo de tema,
volvamos a Amnesty, a Bruce, a Charly y a los comentarios de aquel post de un
mes atrás, en el que Mariana Enriquez recordó, por ejemplo, que entonces tenía
13 años y no le gustaba Charly García ni lo tenía como referente de nada. “Fui
con una amiga de mi madre enamorada de Sting (ella: yo me enamoré un poco
después). Y recuerdo que me aburrí como loca todo el tiempo hasta que apareció
Springsteen y me cambió la vida. Así de corta. Hasta ese momento creo que no me
gustaba la música, salvo, no sé, Mozart. Mis recuerdos están absolutamente
filtrados por esa epifanía. No me imaginaba que podía existir algo así”.
También apareció comentando Andres Calamaro, que confesó que en la época de
Amnesty estaba decididamente INTO BRUCE (sic), al punto de que se fue también
hasta Mendoza –donde se hizo el show correspondiente a Chile, porque aún
gobernaba Pinochet-- para verlo. “Subí al escenario para cantar Peter Tosh
porque León me insistió con las siguientes palabras: ‘Si no fuera por músicos
como vos, esto no estaría pasando’ ... Vi A THE BOSS escuchando a los grupos
locales, tomando fotos o filmando, lo vi con los roadies (plomos), y todos nos
sacamos una foto ... También me encontré con Peter en el BAÑO después de un
accidentado encuentro con el publico (intento surfear a la multitud sin mucha
suerte), recuerdo a STING como un autentico caballero paseándose por la ZONA
COMUN de River, y a SNM cascarrabias ... Verdad que NO toda la opinión musical
local estaba de acuerdo con el GRANDISIMO talento (letras, musica, carisma,
actitud) del JEFE, incluso recuerdo haber conversado esto con Pipo Lernoud
(querido amigo Pipo), pero lo cierto es que BOSS era un gran artista consagrado
hace 15 años cuando piso suelo patrio por dos veces”. Citado por Andrés, en
aquellos comentarios del post apareció entonces Pipo, cuyo testimonio funciona
como cierre ideal para este repaso: “Era rara la visión que tenía(mos) del Boss.
Primero, sobame la garnacha con lo de Jefe. Nosotros venimos de Dylan: ‘Don't
follow leaders’. Después, la bandera yanqui en el bolsillo es un poco mucho,
venimos de Lennon, ‘Imagine there's no countries’. Tercero, la actitud working
class de propaganda de Levis no nos cabía. Los temas eran buenos, pero gritaba
mucho, necesitaba mucho de la aprobación del público, una especie de Miguel
Mateos de gasolinera: ‘¡Tirá para arriba!’ En fin, en casa no lo escuchaba pero
leía las letras. Hasta que nació mi hija, el día que murio Luca, 22 12 87 (se
cruzaron, uno llegando y otro yéndose). La cuestión es que fue un parto largo,
después de muchas horas estábamos todos cansados y María no daba más y asoma la
mollera y suena ‘Born in the USA’ en la radio y alguien la sube y empezamos a
movernos y siguiente pujo sale la cabeza y todos gritando ‘¡Ahí viene!’ Y todos
bailando y salió completa y hermosa y nos abrazamos felices y bailando y ‘She
was born here’. ¿Qué puedo decir de Bruce?”
No hay comentarios:
Publicar un comentario