Es hora de recapitular/ las hostias que me ha dado el mundo
Viernes y nublado, ideal para Nacho Vegas. Tengo que
confesar que cuando empecé a notar el runrún alrededor del asturiano, no me
impresionó demasiado. Le pegué una escuchada al Cajas de Música, y nada. Sabía
de él porque había sido parte de Manta Ray, un grupo que había acompañado a
Javier Corcobado en uno de mis discos preferidos de su discografía, Diminuto
cielo (1997). No era poco. Pero cuando llegó a mis manos el simple de El hombre
que casi conoció a Michi Panero, con una portada al estilo Saúl Bass y El
hombre del brazo de oro, me rendí incondicionalmente. Y a partir de entonces no
me defraudó ni una sola vez. Eso trataba de explicarle la otra noche a Nico
Lantos, que confesaba estar en el lugar donde yo estuve antes de ver la luz. No
desperdicies el tiempo, Nico. Es hora de recapitular las hostias que nos ha
dado el mundo. El otro día en el Recoleta el frío no ayudaba a entrar en su
mundo, pero el sonido era impecable, lo que permitía escuchar las letras, algo
clave en el mundo de Nacho. Fracasé una vez, fracasé diez mil/ y aún así alzo
mi copa hacia el cielo/ en un brindis por el hombre de hoy/ y por lo bien que
habita el mundo. Amén. Lo dicho, ideal para un viernes, y nublado. Y también cretino,
por eso suena en el lado B del último no-programa, entre los cretinísimos Jim
White y Future Bible Heroes. Pasen y escuchen.
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