No tengo yo la culpa si existen espectáculos/ con humo y rayos láser/ y el escenario está lleno/ de necios que se mueven/ La música contemporánea es peor aún.
Buenos (medio) días, martes. Buenos (medio) días cretinos.
Hace ya varias semanas que no puedo sacarme esta canción de Franco Battiato de
la cabeza. En realidad, todos y cada uno de sus versos. Las barricadas se
alzan/ por cuenta siempre de la burguesía/ que crea falsos mitos de progreso. ¿Cómo
no amar a un artista que pone semejante frase en una canción pop? Siempre me
interesó Battiato, desde que en una Tren de Carga o Twist y Gritos –revistas
enigma, que contenían vastos mundos por explorar, prácticamente a la salida de
mi infancia-- leí una reseña de La Voz del Amo, su disco tecno de mediados de
los 80, el primero (¿y único?) editado oficialmente por estos lares. Aún así, tengo
que confesar que nunca profundicé demasiado en su música. Pero el otro día,
antes de su demoradísimo debut porteño, se me ocurrió entrevistar en la radio a
Andrea Prodan para que anticipara el show. “La nariz de Battiato es como un
cuchillo que corta hasta el inconciente”, aseguró el hermano de Luca, que se
entusiasmó tanto con la visita de Battiato, que me empujó a sumergirme en su
obra. Ahí estoy, desde entonces. La fantasía viene de la gente de aquí/ y no
de las estrellas/ A rebelarse, estúpidos, que el agua de los ríos/ desciende
muy crecida. Así es como termina el flamante Música Cretina de esta semana. Y
así es como elijo arrancar mi (medio) día.
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