Nací en un pueblo de mala muerte/ la primera patada que recibí fue cuando toqué el suelo
lunes, 23 de marzo de 2015
Amanda Shires & Jason Isbell, "Born in the USA" (Bruce Springsteen)
viernes, 20 de marzo de 2015
Música Cretina 2015 #4
ESTO NO ES UN PROGRAMA
26-2-2015
Lado A
1.- Chris
Speeding, Video life
2.- Da
Cruz, Passageiros da meia noite
3.- Young Fathers,
Low
4.- Leo García, Poesía rock
5.- Roscoe
Robinson, What color is love
6.- Mirel
Wagner, The dirt
7.- Amanda Shires & Jason
Isbell, Born in the U.S.A. (Bruce Springsteen)
Lado B
8.- Sinead O’Connor, Kisses like mine
9.- Julen y La Gente Sola, Nunca viajé en aviones
10.- Adam
Cohen, We go home
11.- Simone
Felice, Bastille day
12.- Pescado Rabioso, Madreselva
13.- Wendy
Rene, Give you what I got
14.- Coki
& The Killer Burritos, Barquito
jueves, 19 de marzo de 2015
Leo García, "Poesía rock"
La mente, el corazón, el alma:/ todas mentiras de poesía de rock
martes, 17 de marzo de 2015
Pescado Rabioso, "Madre-selva"
Madre-selva/ por el prado va
Uno de los mejores temas del reciente Raíz, el álbum triple
en honor a Luis Alberto Spinetta con versiones folklóricas de sus temas, está a
cargo de Laura Ros, que resume solita con su guitarra y bombo en poco más de
dos minutos los casi ocho en los que se prolonga Madre-selva en su versión
original, incluida en esa biblia perdida del rock nacional que es el doble de
Pescado Rabioso. Sin embargo, a pesar de que es el tema con el que me quedé al
repasar el triple, cuando lo volví a escuchar simplemente tuve ganas de regresar
al original. Hay algo en el devenir hipnótico de esos acordes del órgano de
Cutaia que parecen necesitar –o al menos eso me pasa a mí—el volumen, el tiempo
y el cuelgue de la versión descubierta en ese Pescado 2 que supimos buscar infructuosamente
durante mucho tiempo todos los que empezamos a repasar la obra de Spinetta con
el regreso de la democracia. Porque los discos en aquel tiempo pre-internet y
pre-reedición en CD, eran una heráldica. No los podías comprar, no estaban en
las disquerías, así que la única forma de dar con ellos era heredarlos. Algún
hermano mayor, algún primo, algún familiar de un amigo: alguien tenía que prestártelo
o dejártelo escuchar. Para colmo, este Pescado presentaba un problema adicional:
era doble, y cuando se lo empezó a reeditar ya se había dividido en dos. Perdió
su tapa original, claro, y ni hablar del profuso libro lleno de dibujos, fotos
y letras manuscritas que acompañaba la primera edición. Toda esa información
brilló por su ausencia incluso en la primer reedición en compact. Así que con
Pescado 2 siempre fuimos a ciegas, dando tumbos, cayendo en cada tema sin saber
muy bien qué pasaba ahí. Había que meterse, machete en mano, a perderse en la
selva de esos dieciocho temas. No se muy bien donde leí alguna vez que Spinetta
abjuró luego de la oscuridad de algunos de los temas más largos de esa formación
de Pescado que se le terminó yendo de las manos. Pero imagino que se refiere a
temas como Sombra de la noche negra, que está firmado por Black Amaya. Porque
no hay sombras en este Rock de la Selva Madre –así estaba bautizado en la
contratapa del disco, pero en el profuso y manuscrito libro interno decía
simplemente Madre-selva— sino infinitas luces que brillan y se multiplican en el sonido del Hammond de Cutaia. “Es un tema de símbolos”, escribía Spinetta en ese libro interno.
“Muchas veces se habla de volver a la madre tierra. Creemos que la tierra es la
madre de todos y la selva es la tierra paróxica, donde se acumulan las
variedades más raras de la naturaleza. De la misma manera, el rock combina las
infinitas músicas del pasado y el más allá”. Mas raro que un Pescado Rabioso,
claramente, no hay. Y más frondoso que el rock de Pescado, tampoco. Machete en
mano, ahí vamos, buscándolo en el Lado B del último no-programa, dejándolo
sonar en este martes de un marzo luminoso, perdiéndonos en la Madre Selva, en
la Música Cretina que supimos conseguir.
lunes, 16 de marzo de 2015
Wendy Rene, "Give you what I got"
Ya tomé mi decisión/ voy a darte lo que tengo/ y después voy a darte más
A los 16 años, Mary Frierson entró de la mano de su hermano mayor
Johnny al 926 de la avenida McLemore, en Memphis, la dirección del sello Stax,
hogar de Carla Thomas, Isaac Hayes, Booker T and The MG’s y Otis Redding. Salió
de allí no con uno, sino con dos contratos discográficos. El primero como parte
de The Drapels, un cuarteto vocal para el que su hermano había convocado a dos
amigos de las sesiones de canto de la Iglesia de Dios en Cristo. Cuenta la leyenda
que, después de que Johnny la retó ante todos por haber dado una nota en falso
en esa improvisada audición, Mary dijo: Yo también tengo mis temas. Y cuando el
resto de los Drapels ya estaban caminando hacia la parada del ómnibus para
volverse a casa con su sueño cumplido, Mary se quedó cantando sus canciones, y
consiguió un nuevo nombre, con el que se perdería en la historia, hasta ser
rescatado recién por los músicos de varias generaciones después.
Son varios los músicos de aquella época perdidos en la
historia de la música. De hecho, entre la avalancha reciente de reediciones que
intentan volver a vender la misma música a la última generación de compradores
que parece interesada en llevársela casa en un formato físico, los que resultan
indispensables son los dedicados a recuperar tanta música olvidada. Hay de
todo, claro, y hay veces que –rascando ya el fondo de la olla-- la historia
queda por delante de la música. No es el caso de Wendy Rene, a pesar de los
apenas cinco simples, dos como parte de los Drapels y tres como solista, que
editó antes de decidir abandonar el negocio y dedicarse a formar una familia.
Uno de los discos más queridos de mi discoteca más reciente
es After Laughter Comes Tears: Complete Stax & Volt singles + rarities
1964-65, un delicioso CD del admirable sello dedicado a reediciones y rarezas
Light In The Attic, que recopila toda la obra de la cantante que recién fue rescatada
del olvido tres décadas más tarde, primero por Wu-Tang Clan, que la sampleó
para el simple Tearz, puerta de entrada para su éxito Enter the Wu-Tang (36 Chambers).
Y después por Alicia Keys, que versionó After Laughter bajo el nombre de Where Do
We Go From Here, lo que le permitió a Mary/Wendy comprarse la casa en la que murió
en diciembre del año pasado, a la edad de 67 años.
Es imposible no pensar en esa muerte silenciosa, perdida
entre tanto nombre famoso de la historia de la música que llenó los obituarios
en los últimos meses, como un premio por haberlo dejado todo por su familia. El
anti-pacto, digamos. Si Robert Johnson negoció la fama eterna en una
encrucijada perdida a cambio de una muerte joven, cuando Wendy decidió que
volvería a ser Mary y abandonar los estudios y los escenarios, tuvo el tino de
bajarse a último momento del avión que la llevaría a su último concierto en
Madison, Wisconsin. Un show que nunca se realizó, porque ese avión cayó en el
Lago Monona, con Otis Redding y su banda Bar-Kays a bordo. El único que se
salvó fue el trompetista Ben Cauley, que aunque no sabía nadar pudo de alguna
manera flotar hasta la orilla.
Antes de abandonar la música, el último simple que editó Wendy
René en 1965, cincuenta años atrás, fue este hermoso Give you what I got, que brilla
casi al final del lado B de este Música Cretina de marzo. Como todos los otros
temas que llegó a grabar en su corta carrera, es de su autoría. Un detalle que
es una rareza en aquellos años en los que los intérpretes aún no solían firmar
sus canciones. Algo que habla del carácter de aquella niña de 16 años que se
plantó después de la audición que había conseguido su hermano un año mayor, y
anunció que tenía también sus temas para cantar.
Mary terminó siendo Wendy, contó para el revelador
texto que acompaña la reedición de Light In The Attic, porque a pesar de su juventud
estaba por casarse, así que su apellido estaba por cambiar. La jefa de prensa
de Stax sugirió entonces en nombre de Wendy Storm, que tenía su punch, pero entonces
Otis Redding dijo Wendy Rene, y fue palabra santa. Sin embargo, los nombres nunca
fueron definitivos en su vida. En la escuela era Mary Lou, para su familia
siempre fue La hermanita, y tanto Otis como Isaac Hayes la terminaron llamando
Wendy Reen. Aquel matrimonio juvenil se deshizo rápidamente, y Mary se volvió a
casar con James Cross, que trabajaba en Stax. Con ese apellido fue que vivió el
resto de su vida, y también falleció en diciembre del año pasado. A James, y a
sus hijos –el nacimiento de Eric, en 1967, fue lo que la decidió a retirarse
del negocio--, les dió todo lo que tenía. Y después les dio más.
jueves, 12 de marzo de 2015
Adam Cohen, "We go home"
Los dos cantamos/ lo que conocemos/ y cuando la canción se acaba/ nos vamos a casa
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