miércoles, 12 de mayo de 2021

Amigovio, "El trapecista"

Lo que dijiste después de besarnos:/ “Nunca entiendo las cosas que hago”

Se los presento: el chico que se tironea la remera de Madonna a lo Brando gritando ¡Stella! se llama Flavio Lira, pero en la foto --firmada por Jess Moncalvo-- hace las veces de Amigovio, su alter ego en formato solista. Como bien repasa Andrea Guzmán en la notaza por la que complotamos codo a codo para que saliese a doble página el domingo pasado en Radar, Flavio es el autor --como parte esencial de Carmen Sandiego-- de algunas de las mejores canciones de su generación, la que fue protagonista de la escena del Montevideo indie de comienzos del nuevo siglo, de la que formaron parte bandas cretinísimas como 3Pecados, La Hermana Menor o Eté y Los Problems, entre otras, y hasta se puede incluir en esa movida a Dani Umpi, otro más de lxs nuestrxs. A lo White Stripes, los Carmen Sandiego arrancaron siendo un dúo que podría haber sido incestuoso y hasta ahí llega la comparacion con la banda del buen Jack, mas que nada porque lo de Flavio con Leticia Skricky lejos de acercarse al power rock arrancó siendo dark, confesional e intimista, y terminó rocker recién cuando se les fueron sumando canciones e integrantes. Un repaso por sus mejores temas confirma cualquiera de estas afirmaciones, y todas ellas ya han brillado en este no-programa, entre ellas la encantadora y leomasliesca Ocupaciones y oficios (Quisiera ser guía turístico/ llevaría los grupos a los lugares que recorrí contigo), la irresistiblemente futbolera y seudo punk villera Piba chorra (Aguante el vino y aguante la cerveza/ y aguante todo para estar de la cabeza), la emotivamente épica Avalon en Larravide (Avalon, Avalon/ disco que me gusta y a vos no) y esa obra maestra de la evocación sentimental de tiempos idos que debió haber sido hit pero que fue perversamente titulada Eructo de Semen --nada gratuito, era el nombre de la banda evocada en la letra, que sonaba a lo que se suena/ con ese nombre-- y entonces olvídenlo muchachxs. Se de lo que hablo porque tuve la suerte de haberlos visto en todas sus encarnaciones, de un lado y el otro del charco, ya sea en el que creo que fue su debut abriendo para La Hermana Menor en el BJ montevideano, como rockeandola a morir en el Festipulenta porteño. Y lo mismo con Flavio en su encarnación como solitario cantautor desastre con casiotone, desgranando los temas que terminaron en este esperadísimo debut solista, en plan Pet Shop Boys meets Stephin Merritt, todo va a salir mal, ocurrirán desastres y tu corazón terminará rompiéndose. Porque de eso va Amigovio, y Flavio sabe cómo hacerlo mejor que nadie. Como el vino que tiñe tus labios/ Yo me burlaba pero ahora extraño, canta Flavio en el tema que cierra el lado A de un Música Cretina que ya debería haberle dejado su sitio a un no-programa nuevo pero no, acá seguimos, entusiasmados, cantando. Algo que, si lo pensamos bien, no deja de ser triste como un consejo, el horóscopo del año pasado, el primer mosquito del verano. Pero así suele ser también ese milagro salvador llamado música. Y mucho más si es cretina.    

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