martes, 23 de febrero de 2021

Azucena Maizani, "Llevatelo todo"

Llevátelo todo, mis pilchas, mi vento/ pero a ella dejala, porque es mi mujer

Si las redes no me engañan, y por qué habrían de hacerlo, la señora de la foto es nada menos que Azucena Maizani, y nos mira desde la despedida que le dedicó la revista Gente en ocasión de su fallecimiento, en enero de 1970, a los 68 años. La suya fue una de las grandes voces femeninas del tango más clásico, y el verso con el que abre este post es de un tema que estrenó en el teatro Maipo, en los años treinta. No se qué me gusta más: que la letra sea aparentemente de una disputa entre dos varones por una mujer, pero la que canta es otra mujer, o que logré incluirla casi al comienzo del Lado B del primer Música Cretina del año, nada menos que entre Pez y Ricardo Iorio hacendo Vox Dei. Como tantas cosas que cargo desde entonces, aprendí a querer a la Maizani gracias al Rafa Hernandez, cuando la presentó con mucho cariño en algún Piso 93. La llamó por el apodo que, me entero ahora leyendo por ahí, le supo poner Tita Merello: La Ñata Gaucha. También descubro que el juego de la canción entre hombres cantada por una mujer no se queda en la música, sino que también hay fotos en las que La Ñata aparece vestida claramente como un hombre. Supongo que tiene que ver con el hecho de que, al menos en este caso, se trata de una canción que se dio a conocer sobre las tablas, en la revista Caras sonrientes, que se representaba en el Maipo. Sigo leyendo y me entero que aunque la letra y la música están atribuidas a Rodolfo Sciamarella, en realidad la letra fue un regalo –“por favores recibidos”, leo por ahí– del tucumano Luis Alonso, amigo de Gardel y de García Lorca, entre otros. Si bien generalmente se lo suele dejar afuera incluso de la segunda línea de los compositores del tango, Sciamarella es autor de clásicos como Salud, dinero y amor, Por cuatro días locos o Hacelo por la vieja, pero tal vez su condena haya sido la marcha Evita capitana, que lleva su firma y supo grabar Nelly Omar. Nestor Pinsón en el site Todo Tango cuenta que cuando la Libertadora lo fue a buscar, Sciamarella ya se había exiliado, a México primero y luego a España, donde –como lo había hecho en Argentina–siguió trabajando en publicidad, y siendo visita frecuente en Puerta de Hierro, donde residía Perón su exilio madrileño. Vení, hermano, debo hablarte/ que en mi pecho hay mucha bronca, escribe Sciamarella y canta La Ñata Gaucha para abrir la canción, y ese verso inicial resuena especialmente en este verano confuso y atribulado, pero en este martes de sol y cielo despejado después de una noche de tormenta mejor hablemos de música. Y si es Cretina, mejor. 

 

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