martes, 26 de noviembre de 2019

Nick Cave and The Bad Seeds, "Waiting for you"


Ahora dormí/ tomate todo el tiempo que necesites

¿Son cadenas y latigazos? ¿Son engranajes? Tal vez sea el mismo ruido, ese al que nos hemos ido acostumbrando, remeros esclavizados pero, eso si, al ritmo del rock n roll. Vuelvo a escuchar el comienzo del tema de Nick Cave que se clava como una daga al promediar el Lado B del este Música Cretina que ya no es nuevo aunque aún funciona como si lo fuese, y del que hace tiempo que no hablamos, y creo que empieza siendo latigazos y luego queda claro que es una rueda que gira y gira, una máquina de desgracias, el día a día, el mundo en el que vivimos. Jaz Coleman, el líder de Killing Joke, recuerda en la última Mojo que hemos vuelto a estar a dos minutos de la medianoche en el reloj del apocalipsis, como en los 80, cuando todos pensaban que la bomba atómica estaba ahí nomas. Y por eso el post punk, y por eso estaban recontra fumados todo el tiempo. Coleman dice que vio mucho a Joy Division, y que en vivo no funcionaban como en el disco. Porque la gente no se movía, los dejaban a todos quietos. Pero es que... ¿se puede bailar el apocalipsis? ¿Cadenas o engranajes? Cuando era chico mi primer pánico lo tuve cuando leí por algún lado que el sol algún día se iba a apagar. Sentí un escalofrío, hasta que seguí leyendo y llegué hasta la parte que decía que eso recién sucedería dentro de millones de años. No hay nada de niño en mi cuando acepto que lo más probable es que seamos parte de la generación que va a vivir el fin del mundo, al menos el fin claro y conciso del mundo tal y como lo conocemos. Hoy leo en la tapa de los diarios de todo el mundo que, lejos de bajar, en la última década han aumentado las emisiones de carbono, y que estamos demasiado cerca de que ya no se puede hacer nada al respecto, a menos que en la década que empieza dentro de un mes y unos días hagamos todo lo que no hemos hecho hasta ahora. De una forma u otra, one way or another, el mundo que conocemos debe terminar, y ya estamos ahí nomás. Nick Cave lo sabe y lo canta, y en este desolador Waiting for you, que recuerda el espíritu de sus temas más románticos o espirituales, en realidad le habla a su hijo, que ya no está y no va a volver. Ese desolado desierto es al que le podemos también cantar esperando el final, el frío del sol que se apaga, el pánico del niño que sabe demasiado, del adulto que ya no tiene nada de niño. Cave canta desde ese lugar en el que nadie quiere estar, como avisando que no vayamos por ahí, que no hay nada ahí para nosotros salvo una eternidad de sufrimiento. Y sin embargo ahí vamos, o al menos llegamos tan cerca como para escucharlo y también, fundamentalmente, sentirlo. Tal vez eso alcance para entender que hay que tomar otro camino. O para que entendamos realmente de qué se trata este camino. Vaya unx a saber. Al menos alcanza para sentir esa mano a la que agarrarse mientras llega lo inevitable, una mano que se llama canción, y que sirve como exorcismo para poder volver a la mañana, al sol que no ha muerto, al mundo que está aún acá aunque sepamos todo lo que está por venir. “No se lo que está por venir, pero iré hacia ello riendo”, escribió Melville en Moby Dick. Nosotros sabemos, y esa es la maldición. Y la bendición es que, no se por qué, aún es posible la risa. A veces es mejor/ no decir nada/ de nada, canta Cave, que dice estar esperando por vos, por nosotrxs, por él. Es martes y llega el sol, se termina la primavera aunque por momentos se disfrace de otoño. Hay una verdad que me gusta llamar Música Cretina, y siempre termina saliendo a la luz. Esa es su condena y también su bendición.

2 comentarios:

  1. Oh Dios, creíamos saber lo que estaba por venir y no teníamos remota idea

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  2. bueno, siempre es asi, no? cadenas o engranajes?

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