Con el nombre tuyo tatuado en la piel/ yo me olvidé de los
demás
Un día de verano gris y con lluvia se merece un tema del
primer Calamaro, ese en el que muy pocos creyeron cuando regresó a su carrera
solista con un tal Ariel Rot formando parte de su banda. Andrés había dejado
los Abuelos buscando un estrellato personal que nunca llegó, pero como
productor tuvo mejor suerte, demostrando un Toque de Midas que debía probar que
era capaz de utilizar consigo mismo. El primer paso fue Por mirarte, que sonó
en las radios, y le empezó a ganar cierto lugar de culto, pero el éxito de
ventas lo seguía esquivando. Por entonces, éramos unos pocos los que le
prestábamos atención, mientras que el público rocker en general lo miraba con
desconfianza. Era el chico que hacía gritar a las niñas, después de todo.
Recuerdo unas vacaciones en San Bernardo en un departamento de unos amigos, a
comienzos de los 90, donde llegué con un cassette en el que había grabado Por
mirarte de un lado y Nadie sale vivo de aquí del otro durante mis trasnoches en
Mitre, mi primer trabajo pago en radio. Los hice sonar una y otra vez durante
ese fin de semana, ante mis inicialmente escépticos anfitriones, que si no
salieron convencidos al menos pararon la oreja. Fue un largo camino por el
desierto el que debió atravesar Calamaro, hasta finalmente conseguir lo que se
merecía. Por eso no pude menos que sonreír cuando escuché un Luna Park repleto
de voces femeninas cantar esos mismos temas, que durante mucho tiempo fueron
casi secretos. Lo que los supuestamente entendidos disfrutábamos solos en casa,
el buen gusto de las niñas había terminado por llevarlo al lugar donde tenía
que estar: en las gargantas de un público llenando un estadio, compartiendo
esas canciones. Por eso es que siempre me he sacado el sombrero ante las chicas
rockeras, responsables de que el rock sea algo más que una secta soberbia y
endogámica. Ahí afuera llueve una lluvia de carpa en algún camping de
balneario, campera de jean y walkman pegado en la sien. Me olvidé de los demás
tal vez sea uno de los temas menos conocidos de aquella época, por momentos ni
siquiera un tema completo, casi una coda de tema, escondido en el vinilo al
final del Lado B de Por mirarte, con un inesperado León Gieco como invitado.
Aunque ésta es una versión de Manuel Moretti –fanático confeso de aquel
Calamaro-- grabada en La Casa del Pueblo, casi arrancando el Lado B del último
no-programa suena desde un show de los Estelares, grabado en el auditorio de
radio Mitre, completando en circulo que va de ese cassette iniciático hasta un
Música Cretina de verano, a pesar de tanta lluvia.
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