Tengo los ojos rojos y el alma dorada/ y las manos verdes en la guitarra
Buenos días martes, buenos días cretinos. Hace algunos años,
cuando entrevisté al Cuino para ponerlo –justicia tardía—en tapa de Radar,
durante la charla apareció este tema, recitado con tal gracia, que decidí
citarlo al comienzo de la nota. Con su proverbial memoria, el entrevistado
recordó que venía de Los Hermanos Clavel, un grupo al que no se por qué, supuse
vinculado a ese magma primordial del Ring Club, tal vez porque el Cuino vinculó
a Nebur –legendario diseñador de los Abuelos en adelante-- con ellos. ¿Será
así? ¿Alguien se acuerda mejor del asunto? Porque internet no dice nada de
ellos, ni de su autor, un tal Antonio Rubén Vazquez, que figura en Sadaic –para
eso si que sirve internet—como autor del tema, así como compartiendo autoría con
Pipo y Melingo nada menos que en En el bowling y Más allá de la bomba, clásicos
de Los Twist. Pero menos investigación y más Música Cretina, ¿no es cierto? O
al menos volvamos al día que recién empieza. Así como cierran Ufa! (2000), el
segundo disco de tango de Melingo, Las flores del Paraguay suenan ahí, en el
Lado A de un no-programa que aún está nuevito, joya nunca taxi. Casi recién
salido del horno. Pasen y escuchen. Y amen a todas las flores en este martes
que promete volver a ser verano.
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