Sus ojos antiguos estaban sobre mí, eran familiares y negros/ Me clavó sus garras, me había encontrado al final/ Ah, eso me despertó temprano, me fui a dar un baño/ Ah, la bestia estaba sobre mí, Dulce, creo que no estuvo tan
mal
Un par de días atrás el amigo Alfredo Rosso llamó para pedirme recomendaciones para el Bafici, y
esta vez no pude ayudarlo. Pero antes de cortar, me dijo: “Estoy escuchando una
banda que seguro te gusta”. Estaba hablando del grupo de Matthew Houck, cuyo
último disco abre el Lado B del último Música Cretina, y qué mejor para abrir
también el sol de este lunes. El último disco de Phosphorescent se llama
simplemente Muchacho, así, en castellano. Y es el esperado sucesor
de Here’s to taking it easy, el disco con que Houck retomó el
alt-country allí donde Wilco lo dejó a la altura de Summerteeth.
Nacido en Alabama y alumno dilecto de la tortuosa oscuridad de Smog y Will
Oldham, Houck siempre fue el único integrante de Phosphorescent en estudio
hasta que ingresó a grabar los nueve temas de Here’s To Taking It Easy. Muchacho tiene diez, y uno es este Las bestias cotidianas, un nombre para un cuento de
Cortázar antes que una canción con stetson. Pero los cretinos somos así.
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