Sale un sol de jueves en Buenos Aires. Momento ideal para
escuchar al señorazo Charles Bradley, un sobreviviente, cantar la pregunta del
día: Adónde vamos desde acá. Criado por su abuela en Florida hasta que a los
ocho años conoció a su madre, que se lo llevó a vivir a Brooklyn, su vida cambió
cuando vio por por primera vez a James Brown en su mejor momento: nada menos
que en el Apollo Theatre en 1962, a la tierna edad de 14 años. Huyó de su casa,
vivió en la calle y durmió en el subte durante dos años, y luego sobrevivió
como cocinero aquí y allá, armando alguna ocasional banda para poder seguir los
pasos de James Brown, mientras se iba mudando cada vez más hacia el oeste. El
segundo acto de su vida comenzó cuando en 1996 su madre lo convocó nuevamente a
su lado en Brooklyn, y una vez ahí empezó a ganarse la vida imitando al músico
que lo había emocionado a los 14 años. Fue entonces cuando lo descubrió la
gente del sello Daptone, y dos años atrás editó su celebrado álbum debut, No
time for dreaming (2011), a la no-tan-tierna edad de 63 años. Este tema forma
parte del flamante sucesor de ese álbum, Victim of love. Suena también cerca
del final del Lado A del último Música Cretina. Y en un día como hoy, en que el
sol no hace más que repetirnos esa pregunta.
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