Puedo verlo en
tus ojos/ todavía no es tan tarde
Justo antes de fin de año, Chuck Prophet dijo lo que necesitaba escuchar. Y no sólo lo dijo, también lo cantó. Es increible el poder de las canciones, porque cuando dicen lo justo, cuando aparecen cuando corresponde, ni antes ni después, arman y desarman a la vez, entendés todo y al mismo tiempo no necesitás entender, lo sentís en la piel, o en las ganas de salir a pelear por algo que valga la pena. No creo que el rock n roll merezca ninguna pelea, pero no es el rock la cuestión, sino la vida, claro está. La de todos los días, especialmente. Eso que llamamos estado de ánimo, y eso sí que vale mil peleas pequeñas, íntimas y diarias. Y eso es a lo que el buen Prophet apunta, y da en el clavo: en nuestro mundo personal, el de hoy, apoyado en lo mejor de nuestra historia. El duque blanco hizo una última reverencia/ ahora hay una estrella más en el cielo, arranca cantando en este tema que regala piel de pollo, y al mismo tiempo intenta sacarnos a la calle, puñoto cerrado y ganas de saberse la letra para cantarla entera. Recién el amigo Federico Watkins me pedía el nombre de algun artista del que fuese fan pero nadie conociera, y si bien el intento de precisar previamente una definición de "nadie" (y también de "fan") me inmovilizó un poco, le tiré algunos nombres, y entre ellos estaba el de Prophet. No diría que soy su fan, pero como el perro que da vueltas y vueltas en un almohadón antes de decidir que vale la pena tirarse ahí a descansar un rato, hace tiempo que le vengo rondando al amigo Prophet. Ya lo escribí por ahi, lo descubrí en algún oportuno disco solista y fui para atrás, hasta encontrarlo en Green On Red, uno de los grupos iniciaticos del Nuevo Rock Americano, que nos tiró un madero en medio del océano de teclados de los ochenta, una balsa que terminó legándole al mundo su mejor descendencia, que responde al nombre de REM. Los Green On Red nunca llegaron tan lejos, al igual que el resto de su tropa, pero Chuck Prophet ha sobrevivido, y no sólo eso: en los últimos años --en lo que va de esta década, digamos-- ha ido editando un disco mejor que otro. Estos son años inmediatos y sin historia, los años pasan y los temas y los discos que más nos gustan apenas si son un archivo en el disco rígido, y cuando nos queremos acordar nunca sabemos de qué estamos hablando, qué nos gusto o qué nos mantuvo vivos todo este tiempo. Por lo general, además, cuando un artista la pega, el disco siguiente ni siquiera vale la pena escucharlo más de una vez, y a veces ni llegamos hasta el final. Y las neuronas al final se borran, hay que hacer lugar para los nuevos nombres, qué tanto. Por eso es que cuando un disco me gusta y me acompaña, intento comprarlo, que ocupe un lugar en el estante, aunque no lo vuelva a escuchar en formato fisico. No importa, no soporto que no exista, que sea sólo una carpetita olvidada, igual a las demás. Pero me fui de tema, volvamos a Prophet, que desde que la pegó con el disco que me hizo rastrillar hacia atrás en su historia --¡Let Freedom Ring! (2009), un New York de Lou Reed para los nuevos tiempos-- no ha sacado un disco flojo, uno tras otro obligan a tenerlos en las manos, y entonces es cuando se manifiesta una de las deficiones posibles de esa declaracion de "fan" que me reclamaba el pedido de mi amigo Fede: es directamente proporcional (no es excluyente, claro) a la cantidad de lugar que ocupan sus discos en mis estantes. Y lo último del ex guitarrista de Green On Red la rompe, y este tema --y el video, que no es oficial, sino que lo armó algún fan, lo colgó en You Tube y emociona, qué joder-- fue mi himno de fin del año pasado y el comienzo de éste. Es apenas el anticipo de un disco que acaba de salir, cuyo titulo --Bobby Fuller murió por tus pecados, sería la traduccion-- hace referencia al autor de I fought the law, que murió con apenas 20 años. La ley ganó, lo sabemos, la ley gana siempre, pero al mismo tiempo siempre hay un lugar donde sobrevivir, y el rock siempre nos ha ayudado a encontrarlo, así que hay que brindar por eso. Y si todavía es muy temprano para andar revoleando vasos y copas, mezclando los líquidos, entonces siempre se puede hacer play, y escucharlo al buen Chuck. Y también escuchar completito el último Musica Cretina, que le reservó un lugar al final del Lado A, merecidísimo y cretinisimo. Como esta vida que nos empeñamos en llevar adelante, cuando alrededor todo cruje, cae y se muere. Y se levanta como un zombie a perseguirnos. Estaca y ajo, y rock n roll: mi deseo es que nunca los tengan lejos. Y como dice Prophet al final de su canción: Me pregunto cómo es que todo va a terminar.
Justo antes de fin de año, Chuck Prophet dijo lo que necesitaba escuchar. Y no sólo lo dijo, también lo cantó. Es increible el poder de las canciones, porque cuando dicen lo justo, cuando aparecen cuando corresponde, ni antes ni después, arman y desarman a la vez, entendés todo y al mismo tiempo no necesitás entender, lo sentís en la piel, o en las ganas de salir a pelear por algo que valga la pena. No creo que el rock n roll merezca ninguna pelea, pero no es el rock la cuestión, sino la vida, claro está. La de todos los días, especialmente. Eso que llamamos estado de ánimo, y eso sí que vale mil peleas pequeñas, íntimas y diarias. Y eso es a lo que el buen Prophet apunta, y da en el clavo: en nuestro mundo personal, el de hoy, apoyado en lo mejor de nuestra historia. El duque blanco hizo una última reverencia/ ahora hay una estrella más en el cielo, arranca cantando en este tema que regala piel de pollo, y al mismo tiempo intenta sacarnos a la calle, puñoto cerrado y ganas de saberse la letra para cantarla entera. Recién el amigo Federico Watkins me pedía el nombre de algun artista del que fuese fan pero nadie conociera, y si bien el intento de precisar previamente una definición de "nadie" (y también de "fan") me inmovilizó un poco, le tiré algunos nombres, y entre ellos estaba el de Prophet. No diría que soy su fan, pero como el perro que da vueltas y vueltas en un almohadón antes de decidir que vale la pena tirarse ahí a descansar un rato, hace tiempo que le vengo rondando al amigo Prophet. Ya lo escribí por ahi, lo descubrí en algún oportuno disco solista y fui para atrás, hasta encontrarlo en Green On Red, uno de los grupos iniciaticos del Nuevo Rock Americano, que nos tiró un madero en medio del océano de teclados de los ochenta, una balsa que terminó legándole al mundo su mejor descendencia, que responde al nombre de REM. Los Green On Red nunca llegaron tan lejos, al igual que el resto de su tropa, pero Chuck Prophet ha sobrevivido, y no sólo eso: en los últimos años --en lo que va de esta década, digamos-- ha ido editando un disco mejor que otro. Estos son años inmediatos y sin historia, los años pasan y los temas y los discos que más nos gustan apenas si son un archivo en el disco rígido, y cuando nos queremos acordar nunca sabemos de qué estamos hablando, qué nos gusto o qué nos mantuvo vivos todo este tiempo. Por lo general, además, cuando un artista la pega, el disco siguiente ni siquiera vale la pena escucharlo más de una vez, y a veces ni llegamos hasta el final. Y las neuronas al final se borran, hay que hacer lugar para los nuevos nombres, qué tanto. Por eso es que cuando un disco me gusta y me acompaña, intento comprarlo, que ocupe un lugar en el estante, aunque no lo vuelva a escuchar en formato fisico. No importa, no soporto que no exista, que sea sólo una carpetita olvidada, igual a las demás. Pero me fui de tema, volvamos a Prophet, que desde que la pegó con el disco que me hizo rastrillar hacia atrás en su historia --¡Let Freedom Ring! (2009), un New York de Lou Reed para los nuevos tiempos-- no ha sacado un disco flojo, uno tras otro obligan a tenerlos en las manos, y entonces es cuando se manifiesta una de las deficiones posibles de esa declaracion de "fan" que me reclamaba el pedido de mi amigo Fede: es directamente proporcional (no es excluyente, claro) a la cantidad de lugar que ocupan sus discos en mis estantes. Y lo último del ex guitarrista de Green On Red la rompe, y este tema --y el video, que no es oficial, sino que lo armó algún fan, lo colgó en You Tube y emociona, qué joder-- fue mi himno de fin del año pasado y el comienzo de éste. Es apenas el anticipo de un disco que acaba de salir, cuyo titulo --Bobby Fuller murió por tus pecados, sería la traduccion-- hace referencia al autor de I fought the law, que murió con apenas 20 años. La ley ganó, lo sabemos, la ley gana siempre, pero al mismo tiempo siempre hay un lugar donde sobrevivir, y el rock siempre nos ha ayudado a encontrarlo, así que hay que brindar por eso. Y si todavía es muy temprano para andar revoleando vasos y copas, mezclando los líquidos, entonces siempre se puede hacer play, y escucharlo al buen Chuck. Y también escuchar completito el último Musica Cretina, que le reservó un lugar al final del Lado A, merecidísimo y cretinisimo. Como esta vida que nos empeñamos en llevar adelante, cuando alrededor todo cruje, cae y se muere. Y se levanta como un zombie a perseguirnos. Estaca y ajo, y rock n roll: mi deseo es que nunca los tengan lejos. Y como dice Prophet al final de su canción: Me pregunto cómo es que todo va a terminar.
"... lo último del ex guitarrista de Green On Red la rompe..." y Green On Red la rompia tambien. Gracias por rescatar al bueno de Chuck, clase, buen gusto, una voz increible, rock'n'roll en las venas, que mas se puede pedir....
ResponderEliminarSaludos desde el mas alla...
gracias che! aguante el mas alla!
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