No es la eterna adolescencia/ no es el tiempo ese cabrón
Como Nicole Kidman tocando al frente de los Pretenders. Así
fue como conocí a aquella larguísima Christina Rosenvinge rockeando enfundada
en sus pantalones de cuero. Todo gracias a MTV Latino, ese sueño rocker
bolivariano hecho realidad en los 90, al menos hasta que sus responsables se
dieron cuenta que no era negocio hacerle escuchar la misma música a toda
Latinoamérica unida, y se vieron obligados a segmentar la señal. El tema de ese
primer video era tan irresistible como ella, se llamaba Pálido, y tenía un
innegable parecido con el sonido del grupo de Chrissie Hynde. Creo que alguna
vez Christina me confesó incluso que el tema era mas lento, y bromearon durante
la grabación con su productor Steve Jordan haciéndolo al estilo Pretenders, con
ella imitando el fraseo de la Hynde, y al final así fue como quedó. Aunque
vengo de una epoca en la que entre los periodistas del rock no era muy bien
visto celebrar cantantes de rock femeninas, y mucho menos en castellano,
siempre defendí a capa y espada ese segundo disco de Christina y Los
Subterráneos, y cuando mas femenina la canción, mucho mejor. Mi preferida, de
hecho, no es Pálido, sino Días grandes de Teresa, el tema varias veces Cretino
de aquel Mi pequeño animal. Christina nunca se lo hizo fácil a nadie dentro del
mundo musical, hay que decirlo. Cuando abrazó por primera vez un sonido mas
rocker, por ejemplo, pasando de ser parte de Alex & Christina a estar al
frente de Los Subterráneos, su incrédula discográfica le fue soltando la mano,
y al mismo tiempo el publico mas rocker tampoco creyó demasiado en ese cambio.
Y los indies españoles tardaron en perdonarle el colmo de que Lee Ranaldo se
fijase en ella y no cualquier otro grupo o solista a la hora de producir un
disco. Esa fue la época en que la entrevisté, en Madrid, junto a Ray Loriga, su
pareja durante mucho tiempo. La volví a ver recien hace unos pocos años, cuando
pasó por Buenos Aires para tocar en el Samsung, ya en esta última etapa de su
carrera, después de haber sido indie junto a Lee Ranaldo y cantado en inglés,
haberse separado algo estrepitosamente de Ray y grabado junto a Nacho Vegas,
volviendo a cantar en español. Y siendo ahora una diva extraña, tan flaca y
palida que parece transparente, y al mismo tiempo contundente canción a
canción. Desde su separación, sus canciones huelen a sexo en todas sus formas,
tanto frágil y confesional como desafachatado y atrevido, pero siempre
guardando las formas, como escondiendo la daga antes de dar el estiletazo. Este
La absoluta nada es de Lo nuestro, su último disco, del año pasado, que la
muestra en plena forma. No es el hambre, ni el deseo/ Ni el enésimo
pataleo/ No es el fin del sueño europeo/ Lo que hizo esta canción, explica
la rubia de ascendencia danesa, alta y transparente, yendo hacia la nada, o
viniendo de, en este mediodía de viernes, tan cerca del fin de semana. Y
tambien es posible encontrarla casi al final del Lado A de un Música Cretina
que se puede dejar sonar enterito, tomando envión hacia una noche bien
merecida. Como todas, claro.
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