Martes de sol pero fresquito de mañana. Es todo
lo que tiene este supuesto otoño para nosotros. Pero mientras ya está casi
listo el Música Cretina de esta semana, al anterior todavía le quedan algunas
perlitas para compartir. Como esta delicia del nuevo joven maravilla del rap y
el hip hop norteamericano. No soy un experto en el género, pero cuando a fines
del año pasado empecé a repasar las listas de los mejores para el especial que cada
temporada despliego en Radar, de los candidatos que aparecieron representando el
estilo –como ScHoolboy Q, los veteranos Freddie Gibbs and Madlib y un tal YG,
que ya tuvo su debut cretino—el que claramente se destacó fue un jovencito de
apenas 22 años llamado Jeffrey Williams, más conocido como Young Thug. “Si el
lenguaje inglés tiene un punto de quiebre, Young Thug lo va a encontrar”, se
entusiasmaron en el Boston Globe, que celebraron su ascenso como el suceso más importante
del año musical. “El rapper de Atlanta fue la estrella más radical del año,
empujando al rap hacia su frontera post verbal. Nadie suena tan desafiante, tan
inventivo, tan vivo”. Por lo que pude percibir, además de ser un heredero de un
delicioso linaje de estilistas del rap en el que son leyenda desde Guru hasta
Snoop Dogg, pasando por Lil’ Wayne, las canchereadas verbales de Young Thug
todo el tiempo juegan a correr ese velo que la corrección politica pone sobre los
miedos racistas de la sociedad blanca norteamericana. Uno de los mixtapes que
sacó el año pasado –junto a otro rapper de Atlanta, Bloody Jay—justamente se
llama Black Portland y lleva en portada el logo de los Blazers, el equipo de básquet
de la que es considerada la ciudad más blanca de Norteamérica. Territorio
mítico e inventado, el Portland Negro de Young Thug y Bloody Jay tiene lugar para
este delicioso Florida Water, un flujo incesante de palabras dedicadas a una
chica de ese estado y sus, digamos, amplias ganas. Joven, negro y alzado, en
todo sentido, las guarradas de Young Thug pueden calentar la mañana de este
martes de otoño. Y también el lado B –justo después de Javiera Mena, ni más ni
menos-- de un Música Cretina que ya está diciendo adiós. Pero todavía suena.
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