¿Quién va a limpiar todo esto?/ Probablemente yo, como siempre
No es lo mismo un sábado ideal para un asado que
un sábado ideal para ser asado, pero no hace falta aclararlo. Todos nos sentimos hoy un cacho
de vacío. Sólo se puede sobrevivir en estas condiciones viajando a un mundo
paralelo, que se llama aire acondicionado. ¿Quién dijo que el aire es gratis?
Nunca se le ocurriría pensar algo así al señor Mark J. Mulcahy, que claramente
sabe que todo cuesta. El año pasado fue el del regreso de Mulcahy, luego de
haber abandonado el rock tras la súbita muerte de su mujer, para cuidar a sus
dos hijas. Hubo entonces un disco tributo, al que aportaron nenes como Thom Yorke, Frank
Black y Michael Stipe, entre otros. Pero el mejor tributo es el regreso de
Mulcahy con un álbum que se te va metiendo lentamente en la cabeza. De hecho,
hace un par de días que no puedo dejar de tararear este temazo, típico tema de
amor-odio, dedicado a una chica grave pero maravillosa, imprudente como una
motosierra. Tal vez la versión del disco, que es la incluida casi al final de
Lado A del no-programa, es ideal para entrarle por primera vez al tema, pero
esta guitarreada que encontré en YouTube me puede. Seguro que es por ese
silbido, pero tal vez haya llegado el momento de confesar que una canción con un
buen silbido para mi es algo irresistible. Más de una vez he querido armar todo
un no-programa con temas con silbidos. Lo se, lo se. Hay que cumplir los deseos. De ser posible,
antes de ser el asado un sábado de enero.
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