Hace nueve años, moría Domingo Cura. El mismo que acompaña a
Litto Nebbia en este clásico del rock nacional, fruto de una unión que tal vez
haya sido la primera que intentó mezclar seriamente rock y folklore, y por eso
mismo considerada "grasa" o "aburrida" o directamente
ignorada por el rock de entonces. Nunca me voy a olvidar de la profunda
injusticia que sentí cuando en un recital de Fito Páez, todos los presentes
demostraron que sabían corear Muchacha o Desarma y sangra, pero cuando llegó el
momento de El otro cambio (los que se fueron) casi que parecía un tema nuevo.
(Algo parecido sucedió en un recital de Andrés Calamaro en el escenario abierto
de Obras, un fin de año). Creo que semejante injusticia nace del momento en que
Litto intentó buscar fuera de los límites del rock, y ese "nosotros"
del rock nacional primigenio decidió dejarlo afuera, por ser careta, por ser
peruca y también -horror de horrores-- folklórico y no folk.
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