Yo tenía la altura de la rodilla de un pollo/ Cuando ese bicho de amor me picó/ Ahora tengo la fiebre con cada año que pasa/ Incluso si las montañas caen/ Si todo este mundo se derrumba/ Yo seguiré de pie a su lado
Cuarenta y cinco años atrás, el gran Stevie Wonder escribió
esta canción de un niño cuyo amor se hace mas fuerte a medida que crece. “Me
gusta porque cuenta la verdad”, dijo por entonces, cuando le preguntaron por su
canción preferida. Para el delicioso dúo que integran la etíope Maklit Hadero y
Quinn Deveaux, un blusero nativo de Oakland, es algo así como una declaración
de principios. Ya hacía ocho largos años que Maklit había llegado a San
Francisco cuando se cruzó con Quinn en una fiesta. Cuenta la leyenda que se
quedaron charlando hasta la madrugada, y terminaron haciendo música. Desde entonces
son inseparables, la sensacion de Frisco. Su flamante álbum debut, titulado
simplemente Meklit & Quinn, incluye mayormente covers, todos fascinantes,
pero en el último Musica Cretina el tema que suena entre Miro y su Fabulosa Orquesta
de Juguete y lo nuevo de Thiago Pethit es un encatador tema original. Y la
rompe. Pero para esta mañana de martes, como no lo encontré en YouTube, es el
turno de Stevie. Pero podría haber sido el de Lou Reed y su Satellite of love. O Talking Heads y This must be the
place. Son grossos Maklit & Quinn. Son bien cretinos.
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