Hoy han dicho que los que estén más tristes han ganado/ Una nueva vida en cualquier lado/ Yo contigo, camino de amapolas sobre el trigo/ Ya sabes tu bien por qué lo digo
Uno de los más preciados tesoros escondidos de
la música española actual es un delicioso disco bautizado El problema de los
tres cuerpos. No se refiere al del matemático francés Henri Poincaré, sino a
tres intérpretes del indie español, The New Raemon, Francisco Nixon y Ricardo
Vicente, que el año pasado sacaron un álbum en cuestión con ese título,
incluyendo tres tremas de cada uno. Y este año han doblado la apuesta
reeditándolo en vinilo, acompañado por un EP de apenas tres temas, uno por artista. No conozco
mucho de The New Raemon, pero Francisco Nixon es un cretino de la primera hora desde sus comienzos con Australian Blonde –una de las tantas bandas del indie
español de los 90 que cantaba en inglés--, pero especialmente cuando se juntó a
complotar con el gran Sergio Algora en esa maravilla lamentablemente demasiado
efímera pero por suerte excesivamente prolífica a la vez, bautizada La Costa
Brava. Desde entonces no me he perdido ni uno de sus pasos como solista –todos
sus discos son indiespensables—y así es como llegué a este Problema de los tres
cuerpos. Donde brilla, nuevamente, Ricardo Vicente, o Richi, al que conocimos
por acá como parte de Tachenko (a los que nunca voy a terminar de agradecer por
haber tocado un tema de El Niño Gusano durante su breve paso por Buenos Aires).
Richi ya se había ganado su nombre y apellido en el EP que había sacado junto a
Francisco Nixon, Gloria y La belleza sureña, cuyo mejor tema –el que
justificaba su existencia, de hecho—abría el disco y llevaba su firma: San
Fernando. Según parece, Richi viene en racha, porque El palacio de los gansos
es sin dudas uno de los mejores de El problema de los tres cuerpos. Su título
efectivamente se refiere al coqueto edificio de Barrio Norte en el que Richi
vivió con su novia durante una estadía en Buenos Aires que, a juzgar por las
fechas que ha dado en las notas del disco, sucedió antes o después de su paso
junto a Tachenko. ¿Una historia más de las sirenas argentinas, que acostumbran
hechizar a los héroes de la música durante su paso por nuestras rocas? Vaya uno
a saber. Pero Ricardo Vicente ya es un cretino de los nuestros, y por eso suena
casi al cierre del no-programa de esta semana, heroico y romántico, como debe
ser.
gracias por la reseña.
ResponderEliminarrichi