Esta es una historia, sucede todos los días/ Los políticos me besan el culo/ Sus promesas se rompen como vidrio/ La realeza mira para abajo/ Yo quiero besar el suelo/ Veintidós paradas hasta la ciudad
Creo que la primera vez que escuché hablar de Garland
Jeffreys fue cuando reseñaba discos –cassettes, en realidad—para la revista
Rock & Pop. Recién habían comenzado los 90, y ahí estaba este extraño
rocker negro diciendo eso de Don’t call me buckwheat. En la revista lo
celebraban –no se si fue Kleiman, Marchi... ¡o Rea!--, pero siguió siendo un
ignoto. Cuando empezaron a aparecer los CDs, y después los CDs en oferta, el de
Jeffreys era una fija. Lo había editado BMG, y no se lo habían vendido a nadie.
Ni siquiera a precio rebajado. Amigo de Lou Reed, músico de sesión de John Cale
en Vintage Violence, a 39 años de su debut como solista Jeffreys está de
regreso. Tras 13 años de silencio, trae bajo el brazo el brillante The King of
Between, donde se destaca este Coney Island Winter, con un aire de rocker
urbano de dientes apretados ideal para un dia como hoy, de paro folklórico o
piquetazo, según a quien se quiera escuchar. Y a Jeffreys se lo puede escuchar también
casi al final del Lado B del Musica Cretina de esta semana.
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