viernes, 14 de abril de 2023

Joan Armatrading, "Reach out"

Cuando el mundo se haya vuelto loco/ y no haya nadie cerca con quien hablar

Hay un nuevo Música Cretina, el primero de un año que tranquilamente puede reconocerse en el verso de acá arriba. Y qué mas querría este no-programa que lo identifiquen con el resto de la primera estrofa del tema de Joan Armatrading que engalana su Lado A: Yo estaré ahí enseguida/ porque se como te sentís/ no te preocupes. Al menos eso es lo que hacen las canciones para este servidor, y particularmente en algún momento de mi vida fue como funcionó este tema de la buena de Joan, la respuesta británica a Joni Mitchell (siempre según los británicos, claro). Claro que con un pequeño detalle: en vez de volver locos a los hombres como hacía Joni, que les tomaba las drogas, los enamoraba, les dedicaba canciones y después seguía su camino, a Joan el unico amor que se le conoció públicamente fue recién en 2011, cuando registró su unión civil con su compañera desde --se dijo entonces-- hacía muchos años, la artista plástica Maggie Butler. Aunque no hay mas registro de su vida privada, lxs que escuchaban sus canciones en una época en la que de ciertas cosas no se hablaba sabían reconocer las señales, y esa cantante negra orgullosa, siempre luciendo pantalones y con su guitarra eléctrica colgando del cuello, renuente a usar maquillaje y rápidamente también de pelo corto era claramente una de lxs suyxs. Apenas entró en el mundo de la música, le advirtieron tres cosas: que debía cambiarse el nombre porque nadie iba a recordar el apellido Armatrading, que tenía que cambiar su forma de vestir, y que una carrera musical dura cinco años y hay que aprovecharla. A las dos primeras sugerencias dijo que no, y a la última le ha terminado respondiendo con una carrera que ya lleva cinco décadas, y sumando. Nacida en las islas antillanas de San Cristóbal y Nieves, St. Kitts para sus colonizadores británicos, Joan vio partir a sus progenitores hacia Gran Bretaña cuando tenía tres años y a los siete viajó sola para reunirse con ellos en Birmingham, donde su padre trabajaba como obrero ferroviario. Aunque había formado parte de algun grupo en su tierra natal y tenía una guitarra en casa, no se la dejaba tocar a su pequeña hija, que siempre ha dicho que esa prohibición fue la que inclinó sus intereses hacia la música. A esta altura y en estos tiempos que corren creo que Joan Armatrading se merece un homenaje y reconocimiento. O al menos que todxs repasemos la historia y las canciones esta artista que dejó el colegio a los 16 años, se sumó al elenco británico de Hair, y llamó la atención del productor de Elton John, Gus Dudgeon, que le produjo su debut en 1972. Pero fue cuando firmó contrato con A&M que comenzó a hacerse conocida, en particular desde su tercer disco, de 1976, titulado simplemente con su nombre, y producido por el experimentado Glyn Johns. Un álbum que incluye el tema Love and Affection, en el que arranca cantando: No estoy enamorada/ pero estoy abierta a la persuasión. La guitarra, los ritmos y los sintetizadores fueron pasando al frente de su música, y lo hicieron aún más cuando, primero, se puso en manos de Richard Gotherer  --autor de éxitos de los ’60, como I Want Candy, reconvertido a productor new wave: Joan lo eligió después de escuchar el debut de Blondie-- y más tarde de Steve Lillywhite, que comenzó con Ultravox y Siouxie pero se hizo conocido por su trabajo con Peter Gabriel y U2, entre otros. Un recorrido por las portadas de los discos de Joan en esa primera época es un compendio de un buen gusto artístico más allá de las iconografías de su tiempo (hay fotos de Annie Leibovitz y Robert Mapplethorpe, entre tantos otros) y, para ser conocida como una artista solitaria y ensimismada, la lista de sus colaboradores impresiona: desde Andy Summers a Mark Knopfler, pasando por Chris Spedding o Joe Jackson, todos tocaron con ella. Armatrading se ha ganado todos los premios y ha vivido muchas idas y vueltas en toda su carrera, de hecho ha firmado un éxito por década, y su último disco pre-pandemia venía en esa vena --acompañado por una antología de Faber & Faber con las letras de sus canciones-- pero el tema que suena en este Música Cretina tengo que confesar que no viene de su mejor cepa, la segunda mitad de los ’80. Escuchándolo ahora, el tiempo le dejó sus marcas, especialmente en ciertos toques de producción, porque lo que sonaba excitante y novedoso media década antes aquí ya suena algo gastado. Pero la foto de portada sigue siendo icónica, y es un disco que me recuerda a toda la música que descubrí desde primera fila, cuando comencé a trabajar en radio. Y este tema en particular era uno que siempre sonaba también en mi casa de madrugada --lo tuve en vinilo, y ahora en CD--, musicalizando esas épocas en las que uno es joven, tiene todo el tiempo por delante, y se abisma porque aún no sabe que la vida mejora, que no es que se aprenda a vivir pero con suerte al menos se conoce gente. Y gente que vale la pena. Capaz de cantarte los versos con los que arrancan estas líneas. O darte ganas de cantar con Joan y, al menos en mi caso, tocar en el aire la guitarra como ella.   


(La foto que ilustra este post es de Clive Arrowsmith, y fue tomada en 1976)

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