domingo, 25 de mayo de 2014

Tres veces Cristina


Tres veces tres le preguntan hoy por Cristina Fernández de Kirchner a Andrés Calamaro en un reportaje publicado en la contratapa del diario El País de España. Es uno de esos reportajes presuntamente ocurrentes, espontáneos y graciosos, de –justamente- contratapa. Supongo que a la gente de El País le parecerá ocurrente, espontáneo y gracioso preguntarle a Andrés por Cristina. Si son muy puntillosos los de El País a la hora de reclamarle a sus columnistas que incluyan ciertos datos cuando escriben de Argentina –lo sé de (casi) primera mano—no me quiero ni imaginar cómo serán con sus periodistas de la redacción. Pero tal vez estoy viendo fantasmas donde no hay. Tal vez tanto bla bla hizo bien su trabajo, y todos piensan así solos, sin que nadie ya les diga qué pensar. La cuestión es que en este reportaje –que aún no está online—las tres preguntas sobre Cristina tienen pequeñas variaciones. Esta es la que abre el cuestionario: “Si tuviera que escribir una canción a Cristina Fernández, ¿cómo empezaría?”. Respuesta uno de Andrés: “Todas las canciones empiezan por principios. Es como empezar a construir una casa por el techo”. La que cierra el cuestionario tiene una variante –digamos-- conceptual: “Si tuviera que escribir una canción a Cristina Fernández, ¿cómo terminaría?” Respuesta tres de Andrés: “El año que viene, respetuosos de la armonía democrática”. Pero la que aquí nos ocupa es la respuesta dos. Entre el comienzo y el final, la pregunta del medio consulta al Salmón por el estribillo de esa canción, si tuviera que escribirla. Y esta es su respuesta: “Idéntico al Christine de Garland Jeffreys. Sin necesidad de traducir la letra, después de todo no todos hablamos inglés, fluido”. Nada mejor, entonces, que compartir el estribillo de esa canción que –según le cuenta a El País-- Calamaro le escribiría a Cristina. Se trata de un hermoso reggae, tema 2 del lado A del disco Escape artist (1981), que repite en su estribillo, simplemente, Christine. Nada que traducir, realmente. Su autor es un amigo de Lou Reed, un músico al que supieron escuchar muy bien ciertos músicos melómanos porteños durante los ochenta. Y es una canción que habla de una chica que le roba el corazón a quien canta, una chica que es de verdad, dice, que lo hace sentir como un hombre. Hasta que se da cuenta que ella tiene otro amor en París. ¿Nada que traducir? Vaya uno a saber si Calamaro incluirá algún mensaje en clave para los muchachos de El País, o cada respuesta fue sólo una elegante forma de sacárselos de encima. Por lo pronto, en este dominguero sol invernal, nada mejor que escuchar al amigo Garland, que anuncia al presentar el tema: Esta canción es para vos, Christine.  

miércoles, 21 de mayo de 2014

El show imposible, por Martín Pérez


Algunos de ustedes deben saber quiénes somos. Así saludó Greg Dulli anoche, casi al final del recital de sus reformados Afghan Whigs, ante un Niceto semivacío. Apenas si había unas cincuenta personas debajo del escenario, mientras que arriba media docena de músicos –incluyendo al cantante—llevaban una hora casi sin descanso, metiendo un tema tras otro, sin dejar ni una pausa por la que se cuele el silencio de un lugar vacío. Aún no llegamos a mitad de año, pero ya me siento en condiciones de afirmar que, cuando se hagan las listas de lo mejor del 2014, el de los Afghan será –por lejos—el show internacional que mejor pagó dividiendo calidad por cantidad de público presente. Es que, si la música fuese oro, cada uno de los presentes anoche nos llevamos casi todo el tesoro solitos a casa. Pero, claro, eso nunca sucederá. Y no sólo porque no es la clase de cálculo con la que se califica a un concierto, ni porque la música no es oro (aunque eso soy capaz de discutirlo, yo me fui rico a casa). Sino porque entre el escaso público no había ni un periodista ni tampoco algún músico curioseando. No era uno de esos shows en los que había-que-estar, y no habrá nadie para comentarlo. Lo siento, ustedes se lo perdieron. Porque fue uno de esos shows de los que –con permiso, Patricio Rey—te vas rico gratis.
Anoche, es cierto, no era una de ésas que invitan a salir a ver qué pasa. Llovió como si estuviesen filmando una película de serie negra –o la escena debajo del puente de Tango Feroz—durante toda la noche. Ya le había pasado esto a Dulli la primera vez que pisó Buenos Aires, cinco años atrás, acompañando a Mark Lanegan en formato acústico. A pesar de que el calor del hogar llamaba, desafié entonces al agua y me fui igual hasta La Trastienda a verlos, y no me arrepentí. Poca gente, pero fue un show íntimo y fascinante. De esos que estás orgulloso de formar parte. Por eso es que me había prometido no fallarle tampoco a Dulli esta vez. Aunque me esperaba que, con o sin lluvia, otra vez no hubiese nadie. Porque los Afghan Whigs por estos pagos no sólo nunca fueron un grupo popular, sino que ni siquiera llegaron a ser protegidos por los periodistas. Ni siquiera  fueron de culto. Así que vaya uno a saber las razones por las cuales tocaron anoche en Buenos Aires. Pero el fan –y yo lo soy—no pregunta sino que disfruta. Lo hice muchísimos años atrás viendo nada menos que a Los Lobos en un estadio vacío, no iba a dejar de hacerlo anoche en Niceto.
Aunque al comienzo había tan poca gente que invitaba a la duda, por cómo se lo podía tomar el grupo, salieron a matar con el primer tema. Y vaya que mataron. Son raros los Afghan. Tienen una formación con dos guitarristas y un multinstrumentista que toca teclados, violín y cello. Dulli es como Buzz Lightyear, ancho de hombros y con cuello de toro. Vestido de negro, con una Gibson –negra, por supuesto—colgada al cuello, es el único cantante de los 90 capaz de citar a Jim Morrison y a Curtis Mayfield con la misma propiedad. La cita a People get ready llegó para los bises, pero el inesperado recitado de The Endthe killer awoke before dawn...—fue uno de los grandes momentos-rock no sólo de anoche, sino de muchas otras noches. Incluso Dulli –que tiene la voz impecable-- agregó el piano a su repertorio, al que se sentó para hacer un sentido It kills, que agradeció al final con un “gracias” en castellano. Lo que siempre me gustó del grupo fue la forma en que versionaron a los clásicos del soul, pero fue justo de lo que menos hubo anoche. Lo que más hubo fue mucha música, música ambiciosa y contundente, con un sonido trágico y al mismo tiempo sensual, soul pero con dos guitarras eléctricas. El bajo sonaba como tenía que sonar –el bajista sabía cómo cargar su Rickenbaker--, y el batero parecía Bobby Gillespie y le pegaba como Dave Grohl. El sonido era impecable, pero estaba un poco fuerte, hay que decirlo. A matar o morir, así salieron. Como hay que hacerlo en estos casos.
Aquella frase de Dulli con la que abro esta nota llegó después de que preguntó si los presentes entendíamos inglés, y contó entonces que con ese tema que acababan de tocar terminaba su show. Ellos se iban, la gente aplaudía, y volvían para hacer el bis. No iban a hacer eso, explicó. Y ahí fue cuando preguntó si alguien sabía quiénes eran, para invitar a que pidiesen temas para los que supuestamente serían los bises. Alguien gritó Summer’s Kiss, y Dulli lo pescó al vuelo. “Usualmente, no lo hacemos solo”, dijo. “Sino que hacemos los tres temas finales del disco Black love. Suena mejor así. Confiá en mí”, agregó  con una sonrisa, y lideró al grupo en veinte maravillosos minutos más de música, tocada y cantada apasionadamente, completando un show milagroso, que no debería haber sido capaz de presenciar jamás. No sólo porque los Afghan Whigs estaban separados, sino porque a quién se le iba a ocurrir que, reunidos, tocasen en una Buenos Aires que jamás se enteró que existen. Pero es que uno siempre se olvida que esto no es rock ni amor, sino pura suerte.

Afghan Whigs en Niceto, martes 20 de mayo 2014.

martes, 20 de mayo de 2014

PJ Harvey, "Send his love to me"


Mis brazos demasiados débiles para aferrarme/ Mis ojos demasiado secos para llorar

Uno sabe que ya está grande cuando lo que todos piensan que es la vieja PJ uno la recuerda como la nueva PJ. Porque la PJ Harvey de To bring you my love, la que luce vestido y lápiz de labios en el arte de su tercer dfiscvo de estudio, es la PJ peinada y bien vestida, que ocupó el lugar de la que mostraba el sobaco peludo y amenazaba con su sexo. Aunque en realidad nunca una nunca le haya dejado el lugar a la otra, sino que conviven. ¡Y vaya que conviven! Meet za monsta. PJ nunca hizo un disco malo. Antes de los White Stripes, ya estaba rockeándola como si viniera de otro tiempo, sólo que cargada del sexo que todos los que vinieron antes que ella tenían que ocultar. Más que del sexo, en realidad, de las preguntas sobre él. Pero claro, era minita. La loquita. Gracias que todavía la dejamos rockear. Como nos pasó a todos, con el tiempo las preguntas importantes de la vida dejaron de ser los cómo y por qué y llegó el turno de los cuándo y dónde, y las canciones cambiaron de intensidad. Pero queremos igual a PJ, la queremos sexuada, la queremos rockeando, la queremos llorando, queremos a todas, punto. Este amor se convierte en una tortura/ este amor, mi único crimen. Por eso suena mejor que nunca en este martes nublado de un invierno que aún no se atreve a mostrar su cara descubierta. Y también casi cerrando el Lado A del último Música Cretina, entre Patricio Rey y Jorge Pinchevsky. Consortes cretinos.  

lunes, 19 de mayo de 2014

Elliott Murphy, "Benedict's blues"


Escribí una canción, tuve un éxito/ Ella me hirió, lo que me hizo/ Es lo mismo de siempre/ ¿Es todo lo que una canción puede ser?/ Pensé que una canción podía liberarte/ Pero tal vez estaba equivocado

Supongo que todos los que conocimos a Elliott Murphy lo hicimos gracias a un libro con letras de editorial Espiral, que anunciaba: Los Poetas Malditos del Rock. Le teníamos confianza a la editorial, ahí habíamos leído las letras de Jim Morrison. Y después las de Dylan, o las de Nick Cave. Era mejor que El Juglar, sin dudas. Al menos sus libros no se deshacían al abrirlos, como sucedía con los de Los Beatles, por ejemplo. En tiempos pre internet y pre todo, esos libros de letras traducidas, que además solían tener antes alguna información, resultaban indispensables. El de los poetas malditos venía con John Cale a la cabeza, pero el segundo era ya un desconocido: Elliott Murphy. Recién con internet pude empezar a seguirle la pista al buen Elliott, asentado desde hace años en Paris. Sus mejores años fueron los primeros, con discos celebrados en Rolling Stone, el cartel del nuevo Dylan bien colgado, y cosas así. Pero al final terminó demostrando ser más el Scott Fitzgerald del rock, y después de drogarse en la costa este, pasó a hacerlo en la oeste. Y finalmente se perdió en Francia. Desde su sede parisina se ha ido reinventando en los últimos años, y no para de editar un disco tras otro, todos muy buenos. Cada vez que su amigo Springsteen pasa por su ciudad lo invita al escenario, y unos años atrás hasta se dignó atender un llamado de un periodista porteño, que nunca publicó la nota en ningún lado (debería desgrabarla y al menos ponerla online, si encuentro el cassette lo hago). Todo un caballero, el sr Murphy, que acaba de editar un disco pequeño y hermoso, que arranca con este tema, ideal para cualquier lunes nublado, o para empezar el Lado B del último Música Cretina, que ya vamos terminando de presentar como corresponde... 

domingo, 18 de mayo de 2014

Patricio Rey y Sus Redonditos de Ricota - "El regreso de Mao"


Con la granada/ entre las tetas/ mi amor se arrastra/ y se espina allá arriba

Patricio Rey y Sus Redonditos de Ricota son el grupo al que más veces debo haber visto en vivo. En el Stud Free Pub, en la Casa Suiza, en Palladium, en Cemento, en todos los reductos donde el permanente deambular porteño de Patricio Rey llevase a sus huestes. Mas que huestes, entonces éramos como un club. Debo haberme enterado de la existencia –y el mito-- del grupo por Las Páginas de Gloria y los escuché por primera vez –recuerdo aquella noche, cuando pasaron un tema del casette que hoy se conoce como el Demo de RCA-- en 9 PM, el mítico programa que conducían Lalo Mir y la Negra Vernacci. Pero mi ingreso al club se lo debo a Alfredo Rosso, que desde su disquería Tabú iba señalando el camino. Siempre había un flyer de los próximos shows pegado en la vidriera. Alguno terminó en casa y aún lo guardo, un par ilustraron primero el libro de los Redondos de AC Editora y después los especiales de La Mano. Un amigo me acompañó a verlos la primera vez (creo que habrá sido al Stud), pero a partir de entonces siempre fui a ver a los Redondos solo, porque sabía que dentro me encontraría con las caras conocidas de siempre. Conocidas del pogo, conocidas de corear los temas que nadie conoce. Como decía el cantito: Somos todos redonditos, redonditos de ricota. Entre el primer disco y Oktubre, debo haber ido a ver casi todos los shows que dieron en capital. También le fui comprando a Rosso todos los cassettes con shows en vivo que ya empezaban a circular por entonces. Ahí estaban los temas habituales del repertorio de entonces que no llegaron al disco, y mis preferidos del show: Mi genio amor y El regreso de Mao. Con el tiempo me enteraría que la música de ambos era obra de Tito Fargo, y aún hoy lamento que nadie los haya versionado como corresponde. En un domingo soleado como este, nada mejor que adelantar el regreso de Mao. Cada vez que escucho aquellos temas de los Redondos, la letra, los cambios de ritmo, hasta el momento de cada solo, se me aparecen desde no se qué recóndito lugar de mi memoria. Ahora están, ahora no están. Es algo mágico. Pero ahora sí están, y suenan a un click de distancia tanto acá como en el Lado A del último Música Cretina, entre Leon Russell y PJ Harvey. Todos cretinos de lujo.

sábado, 17 de mayo de 2014

Música Cretina 2014 #9

ESTO NO ES UN PROGRAMA

10-5-2014

Lado A

“Este amor/ mi único crimen”

1.- Eli Paperboy Reed, Shock to the system
2.- El Orgullo de Mamá, Hormigón armado
3.- Mama Roisin, Story of love and hate
4.- Leon Russell, Fever (Davenport/ Cooley)
5.- Patricio Rey y Sus Redonditos de Ricota, El regreso de Mao
6.- P J Harvey, Send his love to me
7.- Jorge Pinchevsky, Fuera de mí

Lado B

“No es justo/ que a un adicto a la piel le duela el alma”

8.- Elliott Murphy, Benedict’s blues
9.- Las Diferencias, Quiero saber
10.- William Onyeabor, Heaven and hell
11.- Tim Maia, Salve nossa senhora
12.- Compañero Asma, Ni frío ni calor
13.- Judy Clay, It ain’t long enough
14.- Fricción, Amar con lástima

viernes, 16 de mayo de 2014

Judy Clay, "It ain’t long enough"


Todo el tiempo que te estuve amando/ no es tiempo suficiente

Un viernes con sol se merece todo. Se merece, por ejemplo, una canción que haga que no te importe que aún no haya comenzado el fin de semana. Se merece ese redoble de batería, claro que sí. Enseguida ese golpe de bajo entrando, y los coritos femeninos anticipándolo todo. Ya llega el llamado, que afirma: Toma toda una vida/ construir un futuro. Y la respuesta del coro, que repite: Futuroooo. Irresistible. Judy Bell –nacida como Judy Guions, en Carolina del Norte-- nunca fue una luminaria del soul, pero sin dudas es un tesoro para conocedores. Como todos y todas, comenzó cantando en una iglesia, pero como pocos y pocas, terminó en las huestes evangelistas y lejos de los escenarios o estudios de grabación. Su decisión la tomó en 1979, cuando ya las mejores posibilidades de su carrera habían pasado de largo. Operada con éxito de un tumor cerebral, cuenta All Music Guide que prometió nunca más volver a cantar fuera de los ámbitos religiosos, e incluso en 1990 se convirtió en evangelista. A pesar de tantas precauciones, murió luego de un accidente de auto, en 2001. Tenía sólo 62 años. Este temazo es ya del arco final del mejor momento de su carrera, que comercialmente nunca estuvo a la altura de sus logros artísticos. Fue el último de sus apenas seis simples como solista para Stax, es de 1969 y lo firman Isaac Hayes y David Porter. Y sabe cómo sonar fresco y vital un viernes de sol 45 años más tarde. Así suena, también casi al final del Lado B del Música Cretina de esta semana que ya se va. Pero aún sigue sonando. 

jueves, 15 de mayo de 2014

El Orgullo de Mamá, "Hormigón armado"


Prestando atención/ se puede escuchar el motor de cada heladera/ Me concentro/ separo ese sonido del rumor de la ciudad entera

Mañana de jueves después de una noche de lluvia. Si estuviésemos en Santiago de Chile, el smog se hubiese limpiado por el agua y se podría ver claramente la cordillera. Algo parecido sucede con esta canción de El Orgullo de Mamá, el particular dúo de rap formado por Fran Lopez y Agus Spinetto. Pese al parecido inmediato con The Streets, Hormigón armado inmediatamente gana vida propia, y pretende hacernos ver la ciudad –una ciudad, cualquier ciudad—en profundidad, pieza por pieza. Como en el aire limpio de una mañana después de la lluvia. Conozco a Fran y Agus desde hace tiempo. Fran es dibujante de historietas, Agus siempre fue para mí el responsable técnico de un ciclo que coordine durante unos años en el CCEBA. Pero como le sucede al narrador de Hormigón armado, diseccionando una ciudad sin llegar a entender realmente cómo es que funciona, el hecho de conocerlos no significa que entienda qué es El Orgullo de Mamá, el grupo de rap menos negro y mas nerd del mundo. Un estado de conciencia, una obsesion terminal, un loop ausente creado por la vida urbana en estado de autismo consumista. O sea: que es lo que un blanquito privilegiado puede hacer observando al mundo y no dejando que otros lo observen por él. No es poco, eh. En cada ciudad hay un edificio/ que me da más ganas de bailar que vos. Suena perfecto esta mañana de jueves, y también casi al comienzo de un Música Cretina que aún tiene muchos secretos por develar. ¡Pasen y escuchen!

miércoles, 14 de mayo de 2014

Fricción, "Para terminar"


Me asusto/ cuando un vicio da placer/ quitando calma

Allá lejos y hace tiempo, conocí a Richard Coleman gracias al Rafa Hernández. En aquellas noches de Piso 93, el dionisíaco Richard era al que llamábamos para hablar del mito de Apolo y Dionisio, u oficiaba de nuestro especialista en traducciones de William Blake para el programa. Por entonces Coleman acababa de sacar Para terminar, el segundo disco de Fricción, y creo que lo llegamos a estrenar en alguna de aquellas históricas trasnoches de la vieja Rock & Pop. Uno de los mejores discos de los 80, es el que tiene la tan comentada versión traducida de Héroes, pero a mí siempre me gustaron incluso más los temas originales del álbum, cuyo mito creció además porque tardó en ser editado en CD. De hecho, aún hoy creo que no ha sido editado como corresponde: al menos la edición que yo tengo tiene una tapa genérica, que une los dos discos del grupo y desprecia todo tipo de información. Con los años, Para terminar se fue transformando, al menos para mí, en el disco con el cual comparar la posterior producción de Coleman, y la última vez que hablé con él pude confiarle que con Incandescente, su último disco, estaba a la altura de aquella época. Me agradeció el elogio, pero se debe haber burlado en silencio del otro lado del teléfono. Porque, ¿quién es uno para decir semejantes cosas? Y menos aún para compararte impunemente con otras versiones de vos mismo. Supongo que me dejé llevar por un entusiasmo de fan. No importa. Aún hoy Para terminar me parece el gran disco dark y de pelos parados que nunca hizo Soda Stereo. No, no se puede amar con lástima. Un tema que hay que dejar que suene en la luz cada vez más invernal de este miércoles de abril. Y que también cierra orgullosamente el Música Cretina de esta semana...

lunes, 12 de mayo de 2014

Jorge Pinchevsky, "Fuera de mi"


Me dijeron la otra noche/ que te vieron por ahí/ frecuentando los lugares/ donde yo te conocí

Mañana de lluvia, lunes nublado y fresco. Para entrar en calor, y entrar en la semana, nada mejor que un buena balada stoniana. O casi. Porque cada vez que escucho este tema no pudo dejar de pensar en ese maravilloso lado B de Tattoo You, el de los lentos. El que canta es Napo, y en la segunda voz está Cliff, pero la estrella es el violín de Pinchevsky, en este temazo firmado por Jorge Napoleone, e incluido en ese hermoso disco titulado Jorge Pinchevsky y la Samovar Big Band (1995). Un repaso por los intérpretes deja en claro qué tan Big era la Band: Black Amaya en batería, Julie Ruth en coros y Willy Crook en saxo, entre otros. Y detrás de ese Hammond que glorifica el tema está nada menos que Alejandro Lerner. Una maravilla que cierra el Lado A del nuevo no-programa de esta semana (¿ya lo escucharon?). Y que también abre este lunes que, además, parece nomás que está empezando a abrir. 

domingo, 11 de mayo de 2014

Eli Paperboy Reed, "Shock to the system"

Ella me enciende/ Y no hay forma de apagarme

Así arranca el flamante Música Cretina de este fin de semana, y casi no hace falta decir nada más. Simplemente dejarse llevar por ese tornado del soul que es el cachetón Eli Paperboy Reed, que en su segundo disco con una multinacional finalmente vuelve a sus comienzos, y permite que salga el sol incluso en un día tan nublado como éste. Feliz nuevo no-programa, feliz domingo para todos.  

jueves, 8 de mayo de 2014

Manal, "Necesito un amor"


Cada minuto/ es un minuto menos

Buenos días, jueves. Buenos días, día nublado. Buenos días, cretinos. Desde la primera vez que escuché este tema en ese doble de Manal de tapa con marco negro, nunca pude entender cómo no está sonando, todo el tiempo, en la radio, en los auriculares, en todos lados. En La Mano soñábamos con hacer una tapa dedicada a Manal, y cerrar la cortina. El cierre llegó antes. Al menos, ahí está, cerrando el Lado A del último Música Cretina, que ya va dejándole lugar al próximo. Pero antes... "Todos muy solos están/ se miran sin comprender".

miércoles, 7 de mayo de 2014

How To Dress Well, "& it was U"


No tenés que llamarme/ mi amor estará ahí para vos

Allá lejos y hace tiempo –o sea un par de años nomás—un artista ridículamente llamado How To Dress Well puso un primer EP gratis online. Corría el año 2009, y a ese disquito le siguieron algunos más. Al año siguiente terminó compilando los mejores temas de esos EPs en su primer disco, elegido entre las sorpresas del 2010. El esencial AllMusic avisa que Cómo Vestirse Bien –así es como se puede traducir su nombre—es en realidad Tom Krell, un blanquito fanático del r&b de fines de los 80 y comienzos de los 90. Mientras esperamos la edición en la segunda mitad de este 2014 del que vendría a ser su tercer disco, desde el compilado Purple Soul, incluido en la revista Mojo de marzo, que lleva a Prince en tapa, llega a Música Cretina esta gema del falsetto a lo –obviamente—Prince, incluida en su segundo disco, Total Loss (2012). Hay que dejar que suene en esta fresquita mañana de miércoles nublado para sentirse un poco mas abrigado. Algo que también sucede en el Lado B del último no-programa, entre Marcos Valle y Pablo Malaurie, toda gente sensible. Y música cretina, claro. 

martes, 6 de mayo de 2014

Spain, "It could be heaven"


Puede ser el cielo/ vos sabés/ desde donde miraré el río correr

Todo el sol para este mediodía de martes, fresquito, fresquito, como corresponde a un otoño que, lentamente, como quien no quiere la cosa, se va convirtiendo en invierno. Un día ideal, por supuesto, para escuchar el nuevo disco de Spain, la banda de Josh Haden, nada menos que el hijo del legendario jazzero Charlie Haden, que comenzó su carrera a mediados de los 90 con un disco cuya portada homenajeaba las de Blue Note. Mi tema preferido de Spain está en la banda de sonido de The End of Violence, y forma parte de su segundo disco, She haunts my dreams. Sargent place ya es el segundo disco del retorno de Spain, después de una década de silencio, con un tinte más devocional. Pero igual de cool. The Re re re birth of cool, entonces. Así es como suena, al menos, en el Lado B de este Música Cretina que ya está disparando sus últimos cartuchos, entre lo nuevo de Nacho Vegas y un reeditado Marcos Valle. Mas cool imposible. Pasen y escuchen. 

domingo, 4 de mayo de 2014

Música Cretina 2014 #8

ESTO NO ES UN PROGRAMA

27-4-2014

Lado A

“Mi padre era un tipo gracioso/ que escuchaba a Johnny Cash”

1.- Hefner, Love will destroy us in the end
2.- La Hermana Menor, Carlos María Isabel
3.- Freddy Johnston, The mortician’s daughter
4.- Joan As Police Woman, The classic
5.- The Lulus Band, Mutumia muriu
6.- Sam Phillips, I need love
7.- Manal, Necesito un amor

Lado B

“Te dormiste en Waterloo/ pero amaneciste en Elba”

8.- Wilko Johnson & Roger Daltrey, I keep it to myself
9.- Nacho Vegas, Adolfo suicide
10.- Spain, It could be heaven
11.- Marcos Valle, Deixa mundo e o sol entrar
12.- How To Dress Well, & it was U
13.- Pablo Malaurie, Alas con él
14.- The Jon Spencer Blues Explosion, She’s on it/ Jack the ripper (Beastie Boys/ Link Wray)

sábado, 3 de mayo de 2014

Nacho Vegas, "Adolfo suicide"


En tu mundo nunca hay gente a salvo/ y reina la confusión

Ahora que estamos todos perdidos, que el fin de semana ya es semana a secas y no tiene fin, y el sábado perdió su razón de ser, este día frío, nublado y no laborable se merece estrenar un Nacho Vegas. El asturiano acaba de publicar su nuevo disco en España, se llama Resituación, y este es el tema estuvo sonando en el Lado B del Música Cretina de esta semana. Ya no sólo estamos rotos/ estamos también indefensos, canta Nacho, tan frío aquella noche en el Recoleta, pero al mismo tiempo tan Nacho. Otra idea, yo estaré al volante/ y tú a mi lado tragas tranquis con cerveza /Luego encuentran nuestros cuerpos/ estrellados en una cuneta, sigue cantando Vegas, reescribiendo aquel morir a tu lado de There is a light that never goes out de los Smiths (que, por otra parte, Morrissey confiesa en su Autobiography que casi deja afuera del disco: “Es una humillación con la que debo vivir, a menudo es un alivio estar equivocado”). Lo que en aquella canción era un placer y un privilegio aquí es un gesto inútil y vacío. Miéntete a ti mismo, si es lo que hay/ Adolfo suicide. Un tema de puñito cerrado e incluso algunos pasos de baile, ideal para un sábado tan de de super inacción.    

viernes, 2 de mayo de 2014

Sam Phillips, "I need love"


Necesito amor/ no una prisión sentimental

El dulce solcito del feriado se disfruta mejor con una guitarra beatlera. Y aquí está Sam Phillips, una Cretina habitual, para proporcionárnosla. He asegurado más de una vez que una de las joyas ocultas de mi discoteca es Martinis & Bikinis, un disco de la entonces –veinte años atrás-- esposa del ahora sí famoso T Bone Burnett. Se la puede ver por ahí en YouTube actuando en el delicioso video de este tema, e incluso interpretándolo de manera encantadora en el show de Conan O’ Brian con T Bone en guitarra, sentadito detrás. Pero sólo aquí se puede escuchar en toda su gloria el contundente sonido del tema, ese solitario y bien presente punteo de guitarra solitario en un canal, la aparición de otra guitarra rasgueando en el otro, y entonces sí la batería marcando el comienzo de todo. Necesito a Dios/ no a la iglesia política, canta la hermosa Sam, que comenzó su carrera cantando canciones religiosas de la mano de T Bone, hasta que se dio cuenta, como dice la letra, que necesitaba fuego para derretir el mar helado dentro suyo. Abandoné a mi conciencia/ como un niño llorando. Nada mejor para un viernes que no tiene nada de lo que tienen los viernes, porque no esconde ninguna promesa. Entonces podemos quererlo por lo que es, ya no tiene nada que darnos, no hay por qué rezarle, podemos relajarnos. La paz viene a mi rescate/ no sé lo que eso significa. Larga vida a Sam Phillips, la mujer que necesitó amor, y suena así, necesitada, incendiaria y tan beatle, casi al final del Lado A de este Música Cretina que aún está desplegándose. Y lo mismo se puede decir de este viernes, y de lo que queda del fin de semana. 

jueves, 1 de mayo de 2014

The Jon Spencer Blues Explosion, "She's on it/ Jack the ripper" (Beastie Boys/ Link Wray)


No hay confusión/ en su conclusión

Feliz día internacional de lxs trabajadorxs. Para homenajear a los mártires de Chicago, y para recordar que no hay que esperar nada de los que tienen la sartén por el mango, salvo los derechos que se obtienen luchando por ellos, nada mejor que un incendiario rock’n’roll. Además, así es como termina el Música Cretina de esta semana. Con Jon Spencer y su grupo, versionando primero a los Beastie Boys y luego a Link Wray, un clásico de sus shows en vivo, que acaban de editar en simple, para el Record Store Day. Un lindo tema para disfrutar al sol de un feriado tan pero tan... trabajador.