domingo, 29 de mayo de 2022

Eté y Los Problems c/Romina Peluffo, "Punto muerto"

El llavero del Partido, con la estrella de metal/ tiene mucho que explicar

Abril es el mes mas cruel, dijo el poeta, pero mayo ni te cuento. Y en especial este mayo de hoy, nublado y frío, que parece abrirle la puerta de una vez y para siempre al invierno. Aquel poeta que calificó de esa manera al mes de abril vivía en el otro hemisferio, y lo hizo pensando en las promesas vanas de la primavera, cuando parece abrirse al calor pero se va en el amague y te deja el ánimo de garpe. Lo que vendría ser nuestro septiembre, digamos. Pero la crueldad del abril que nos toca, y ahora de este mayo, es simplemente el hecho de ser la antesala del invierno: del frío, de la vida puertas adentro, de la frazada hasta el cuello y pocas ganas de salir de la cama. Mas que crueldad es mas bien un abandono, esa desidia que invita a cancelar todos los planes, el abandono de toda esperanza más allá de la puerta de entrada, o incluso de la puerta del cuarto. Soñar con quedarse donde uno despierta, si es que está calentito, e incluso no despertarse, de ser posible. Este veinticinco sin sol asomando es convincente al menos en esas lides, y entonces desde debajo de estas sábanas hago mea culpa y les anuncio que Música Cretina está de regreso. Ya hay uno nuevo casi terminado, pero antes no vendría mal --antes de leventarme y terminarlo, digamos-- repasar algunas canciones del no-programa con el que, allá lejos y hace tiempo, comenzamos el año. Una de ellas es la del verso con el que inauguran estas líneas, que se completan quejándose de que el llavero --o el Partido-- está mudo, y que quien canta no lo entiende. Y ahí el link con esta fecha patria se podría hacer rápido, aparece casi solo, pero mejor no vayamos por ese camino, no hace falta, quedémonos el tema de Eté y Los Problems, uno de los mejores remansos del fundacional Vil, su segundo disco, que siempre llevaré muy cerca de algo que llamemos corazón para no tener que buscarle un nombre mas apropiado. El Partido del que habla ese verso --que creo que fue un aporte del Tussi-- es el Comunista, que cada vez está mas mudo y sin respuestas, sí, pero al mismo tiempo hay un mundo ahí afuera que sigue necesitando hoces y martillos, y otra vez nos fuimos de tema, porque el tema, justamente, no habla de revoluciones sino de sueños perdidos, políticos, personales, amorosos. Yo me escapo porque me hace mal, canta Ernesto, y también canta Romina Peluffo, en lo que supo ser el debut discográfico de una carrera como cantante que hoy ya lleva dos discos solistas y sumando. A fines del año pasado me la pasé cantando una y otra vez este tema, Punto muerto, hasta que logré exorcisarlo encontrándole un lugar --no es fácil, dura como seis minutos-- en el Lado A del no-programa con el que abrimos el nuevo año. Y antes de convocar a una nueva legión de canciones con la que que ir de la mano hacia una estación aún mas fría, permítanme este descanso, este bostezo, este limbo de mañanas y mediodías abrigados, y déjenme seguir recordando entre las almohadas de un día frío y nublado. Doy vueltas para llamarte/ tengo miedo que me atiendas, susurran Ernesto y Romina. Y agregan: Prefiero el contestador/ es paciente, casi amable. Seamos entonces pacientes y amables con el día, con el mes y el otoño, y permitanme que los invite a hacer play en un Música Cretina que sonó hace tanto, desde esa eternidad atrás donde descansa enero, y lo dejen sonar hasta que llegue el Punto muerto. No te mato porque me matás. ¿Se entiende? Aca estamos, somos el punto muerto de un otoño que no se atreve todavía a ser invierno. Pero allá vamos. 

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