sábado, 28 de diciembre de 2019

Avi Buffalo, "What's in it for?"


Todas esas cosas que vos aprendés/ las conozco desde mi infancia

Tal como sucede con esta semana, con el mes y con el año, este no-programa ya va teniendo que dejar paso al que sigue. Pero de la misma manera en que seguiremos siendo 2019 durante dos días más después del fin de semana, siempre parece haber un tema mas como algo para contarme. Y en este caso se trata de un hitazo indie olvidado, de un artista que si no es un one-hit-wonder le pega en el palo. Se trata de Avi Buffalo, la gran esperanza blanca de fines de la década pasada a caballo de este encantador y al mismo tiempo angustiante What’s in it for?, simple primero y luego disco hecho y derecho en Sub Pop, y con un lugar entre los mejores discos del 2010. Y después nada. Bueno, tampoco nada: hubo giras, un segundo disco cuatro años más tarde que pasó casi desapercibido y un desbande. El realidad Avi Buffalo es el grupo que se formó para que —tomen aliento antes de leer su nombre— Avigdor Zahner-Isenberg pudiese cantar sus temas, y googleando por ahí me entero que el buen Avi sigue haciendo cosas aquí y allá. De hecho, en las redes hay un par de temas bajo el nombre de Avi Buffalo con fecha de este año. Pero en los hechos, la única razón por la que no califica como un one-hit-wonder es porque no se puede decir que este tema haya sido realmente un hit. Para mi lo fue cuando allá por el 2010 anduve armando mi habitual nota anual para Radar sobre mis descubrimientos entre las listas musicales de fin de año —una larga costumbre que tuvo su discontinuidad pero retomé el año pasado, y trataré de repetir este año—, pero hacía mucho tiempo que no la escuchaba. Una cosa cruel de la música digital es que, aunque haya ocupado algún lugar mas o menos importante en tu vida, como no existe en el mundo real una vez que salió de tu lista de temas ya no te la volvés a cruzar. Aquellos viejos discos que supieron acompañarme años atrás están ahí en los estantes de mi discoteca, y siempre es posible demorarse en ellos cuando uno anda buscando lo que sea. Estos tiempos modernos son más terminales, y una vez que algo se fue, como si unx tuviese la capacidad de atención de un infante, no ta, che fe, no existe más. Tal vez tenga su lado bueno: no hay discos que, como los juguetes de Toy story, estén lamentando haber sido dejados de lado por los nuevos, rumiando su frustración en la oscuridad hasta que uno vuelva a posar la mirada en ellos y entonces por fin —como aquel gag del gran Gahan Wilson que anticipó las películas de Pixar— puedan saltarnos encima y hacernos su prisionerx. Me gusta recordar que los olores y las canciones son las únicas maquinas del tiempo que por el momento funcionan, y tienen esa capacidad de llevarte de regreso a donde sea. Y no solo se trata del tiempo real, sino también del emocional, y cuando volví a escuchar este tema de Avi Buffalo fue como si nunca se hubiese ido. ¿Qué es lo que hay para alguien que no tiene nada que hacer? ¿Qué hay ahí para mí?, dice y repite Avi en su estribillo, como si recién se diese cuenta del asunto, como si no hubiese ya nada qué hacer al respecto, como si se tratase de una condena por ser como es. Y lo hace con un tono angustiante y al mismo tiempo encantador, mientras que en el resto de los versos describe su dependencia ante una relacion amorosa que pinta un mundo nuevo para un jovencito que creía saberselo todo. Larga cancion de inciación con algo de Dylan en ella, aunque con menos inventiva y rienda suelta que el Bob de su misma edad, What’s in it for? merece tener existencia física en mi discoteca. Iré detrás de ese disco, lo prometo. Mientras tanto, déjenlo sonar en este último fin de semana del 2019, como parte de un Música Cretina que cuando parece ya no tener nada mas que exprimir, demuestra que hay más jugo entre sus temas. Y siempre refresca.

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