lunes, 17 de febrero de 2020

Rescate de Verano 2020 #3

ESTO NO ES UN PROGRAMA

10-2-2020

Lado A

“Poner horas al tiempo/ para que pronto pase”

1.- Los Lobos, Alone in a crowd (Johnny Thunders)
2.- La Costa Brava, Azul casi luz (Complex)
3.- Beverley Martyn, Women & malt whisky
4.- Ken Stringfellow, Kids don’t follow (The Replacements)
5.- 107 Faunos, Ley de los hermanos
6.- The Chandlers, Your love makes me lonely
7.- Titas, Flores
8.- Sharon Van Etten and Shearwater, Stop draggin’ my heart around (Stevie Nicks)

Lado B

“Lo que pesa es lo prohibido/ sobre la tierra”

9.- Corazones, Lo bueno
10.- Dan Sartain, Pass this on
11.- Courtney Barnett, Ode to Odetta
12.- Tomi Lebrero y El Puchero Misterioso, Gesto de desdén
13.- Michael Kiwanuka, May this be love (Jimi Hendrix)
14.- The Young Fresh Fellows, Gotta get the first plane home (The Kinks)
15.- Fabiana Cantilo, Empire state
16.- The Felice Brothers, Hawthorne
17.- Willy DeVille, You can’t put your arms around a memory (Johnny Thunders)


(Emisión original: Música Cretina 2014 #14, 19-7-2014)

viernes, 14 de febrero de 2020

Willy DeVille, "You can't put your arms around a memory" (Johnny Thunders)

Se los presento: el tipo de la foto nació como William Borsay, pero todos lo conocemos como Willy DeVille. O al menos todos los que lo reconocemos en esa foto lo llamamos así. Willy ya no nos contesta, porque murió hace más de una década, aunque su música siempre esta ahí para quienes quieran ir a buscarla. La pueden encontrar, por ejemplo, cerrando el Rescate de Verano 2020 que estamos recorriendo esta semana en Música Cretina, aunque en realidad lo que hace Willy al final del Lado B es versionar a Johnny Thunders, uno de sus grandes compañeros de viaje. No podes poner tus brazos alrededor de un recuerdo, escribió Thunders y canta DeVille cerrando el no-programa, y ellos saben de lo que hablan. Cuando supe de la noticia de la muerte de DeVille, no pude menos que despedirlo en Radar, celebrando Pistola, que por entonces era su último (y gran) disco, recordando su paso por el CBGB y sus peleas con los Ramones, su fanatismo por John Lee Hooker y Muddy Waters, pero también por Jacques Brel. “Parafraseando aquella famosa declaración de Pete Townsend, DeVille siempre gritó pidiendo verdad en vez de dinero, comprometiéndose con una belleza que nunca estuvo seguro de poseer. Por eso es que su música siempre mezcló todo lo que tenía cerca, mostrándoles el dedo medio a los puristas y haciendo siempre su propio camino. Supo ser más neoyorquino que ningún otro en los ‘70, mezclando sabor latino, regusto negro y anfeta caucásica en su música. Cruzó el Atlántico por la chanson y el acordeón gitano, y volvió a cruzarlo para hundir la cuchara en el gumbo de Nueva Orleans, y más tarde incluso tender lazos indígenas con su música. ‘Los puristas lo arruinan todo’, supo decir. ‘Me gusta lo mejor, pero por qué tiene que ser sólo de una cosa. Yo siempre trato de abrir la cabeza, y dejarla abierta.’” Cretino honorario desde siempre, recordé en esa nota que Willy lo más cerca que estuvo de ser famoso fue cuando Mark Knopfler incluyó uno de sus temas en la banda de sonido de The Princess Bride y terminó nominado al Oscar. No tuvo suerte: fue el año que arrasó Dirty Dancing. Por supuesto, como no podía ser de otra manera, Willy mordió el polvo mas de una vez, pero también supo rearmarse y encontrar un lugar donde disfrutar de la vida hasta que —unos pocos días antes de cumplir 59 años, allá por el 2009— se fue a reencontrar con Edith Piaf, Jack Nietzche y Johnny Thunders, como anunció entonces oficialmente su agente de prensa. No podés poner tus brazos alrededor de un recuerdo/ no lo intentes, insiste Willy, reencontrándose con Johnny en el final de un Música Cretina vintage que los invito a escuchar de punta a punta en este viernes soleado de Febrero. Los dos se fueron hace tiempo, pero sus canciones siguen por acá, y —como escribí en aquel artículo despedida— “todavía funcionan como contraseña para ingresar en ese mundo en el que el rock aún es un lenguaje secreto, un camino por el lado salvaje, arena y no aceite en el engranaje”.

jueves, 13 de febrero de 2020

Beverley Martyn, "Women and malt whisky"

Mujeres y whisky de malta/ te van a llevar a la tumba

Se las presento: la señora de la foto se llama Beverley Martyn, y leo por ahí que es considerada como la abeja reina del folk británico, ya que cantó con todos y todos parecen haber tocado con ella. Bert Jansch le enseñó a tocar la guitarra; Jimmy Page, John Paul Jones y Nicky Hopkins grabaron en su primer simple como solista —su apellido entonces era Kutner, pero ella firmaba simplemente como Beverley— y su amigo Paul Simon la invitó a tocar en el Festival de Monterey. Pero el que más tocó con ella es el músico que le terminó dando su apellido, y que conoció después de aquellos primeros pasos, un borracho de voz increíble llamado John Martyn. Si al rock local le suena su nombre es porque, fruto de su inmensa sabiduría musical, Luca Prodan supo no sólo elogiarlo sino incluso llegó a versionar su tema Solid air en las grabaciones caseras que terminaron compiladas de manera póstuma en un par de albums solistas (Solid air está en Perdedores hermosos, el segundo de esos discos). Pero volvamos a Beverley, que luego de aquellos comienzos fue que conoció a John, se casaron, y juntos grabaron dos discos que hoy son considerados clásicos pero que en ese entonces —fines de los sesenta, comienzos de los setenta— fueron tal fracaso comercial que el sello Island le sugirió a John que siguiese con su carrera en solitario. A Beverley nadie le sugirió nada, así que se quedó en casa, cuidando a sus hijos, y —por supuesto— colaborando en los discos de su marido, pero ya sin agregar su nombre en la portada. Rock me, Baby… y ya que estás cocinate algo. Justamente, al comienzo de sus memorias, Beverley recuerda que la gota que colmó el vaso de aquel arreglo doméstico que sobrevivió a los tumbos durante una década cayó una noche en que su negativa a hacerles la comida a su marido y sus amigos derivó en una pelea doméstica con un cuchillo incluido --lo sostenía ella, mientras él gritaba: "dale, matame, te encantaría, ¿no?"-- ante la mirada incrédula de los invitados. Terminaba la década del setenta y comenzaba la de los ochenta, y Beverley se retiró de todo, mientras John bebió y bebió hasta que le terminaron amputando un pie y murió como una de las grandes leyendas del folk británico. De eso habla el verso y el tema con el que comienzan estas líneas, una canción incluida en el que hasta ahora es el último álbum solista de Beverley Martyn, llamado The phoenix and the turtle (2014), un título que es inevitable no remitirlo a ella y John, una suerte de versión aún más extrema que la liebre y la tortuga. En ese hermoso disco crepuscular Beverley interpreta canciones que recorren toda su vida, incluyendo una colaboración con Nick Drake que había quedado inédita hasta entonces, llamada Reckless Jane. Pero Mujeres y whisky de malta es el tema de ese álbum que suena en el Rescate de Verano 2020 que venimos escuchando esta semana en Música Cretina, y la razón por la que estamos recordando a esta mujer que dentro de un mes estará cumpliendo 73 años y actualmente parece retirada de todo. Pero resulta imposible retirarse de sus canciones, ya sea las que grabó con su ex marido y padre de sus hijxs, como las que supo grabar sola, dueña de su destino, siempre con alguna ayudita de sus amigos. Canciones como ésta, que los invito a dejar que suene bajo el sol de este verano, o que mejor nos permitamos escuchar cuando llegue la noche, y con ella todo lo que invita a que el ciclo se cierre, y también que se reinvente y vuelva a comenzar.

miércoles, 12 de febrero de 2020

Fabiana Cantilo y Los Perros Calientes, "Empire State"

Es la mitad/ no quiero la mitad

Miércoles de sol fresco en un febrero que amagó con hervirnos, pero sólo para que nos distraigamos ante el hecho de que ya se fue la mitad del último mes del verano. Así que mejor no dejarse engañar por los pases del mago, y concentrarnos en lo importante, o mejor aún: en la música. Cretina, claro. Los invito entonces a seguir deshojando el tercer Rescate de Verano 2020, cuya flor —la mejor de ellas, al menos— es la chica en el centro de la foto. Los que la acompañan son Los Perros Calientes, la banda liderada por Gabriel Carámbula —jovencísimo, el primero de la izquierda—, que cuando se fueron a corretear solos perdieron lo Calientes. Esta foto realizada por Andy Cherniavsky y recordada por la retratada del medio en su página de face, inmortaliza a Fabiana Cantilo durante su brevísima segunda escala como solista, con un disco que en su momento sonó mucho en la radio, pero —como bien recuerda el amigo Bitar en sus notas para la reedicion en cd— fue tocado en vivo poco y nada, y enseguida Fabi volvió a cantar para otros. Habría que esperar el cambio de década para verla poner decididamente su nombre al frente y salir a defenderlo sobre un escenario. Pero eso ya es otra historia. Volvamos a nuestra Nico del sur, dueña de la más atractiva pátina de calidez de Los Twist así como la rubia germana fue la más fría de la Velvet, una banda que supo ser una isla dark en tiempos floreados de la misma manera en que el grupo de Pipo fue un oasis peruca en un desierto de pop radical, y —aclaro, queridos milenial— no estamos hablando acá de ningún extremismo. Recuerdo sin embargo haberme quedado deslumbrado por primera vez por Fabiana y sus piernas en un show realizado dentro de una muestra llamada Menos de 30, en el Recoleta (ahi escuché por primera vez a Todos Tus Muertos hacer su traducción de Break on through de los Doors, colgados de una escalera en el patio interno, y me volaron la cabeza). No eran Los Twist, sino alguna encarnación tecno del cerebro de Pipo, pero fue un eventazo, y me di cuenta que estaba enamorado. De Fabi, por supuesto. No debo ser el único. Me gusta ella en Los Twist, por supuesto, amo especialmente su primer disco solista, y siempre he encontrado algo que disfrutar y atesorar en cada uno de sus trabajos solistas. La primera entrevista que publiqué en un medio gráfico fue con ella, en la revista Rock & Pop, y la leí luego de que salió y me di cuenta que me había quedado larga, porque aquí y allá las cosas se repetían. Le pregunté al editor —y que me había dado una oportunidad en la revista— por qué no había cortado la nota, y un generoso Sergio Marchi me dijo que había pensado hacerlo, pero como era mi primera nota y esos cortes no eran importantes, decidió dejarla completa. Años después la volví a entrevistar para Radar, en una época delicada, con internaciones y demás. Me pareció que el retrato que iba a salir de esa charla iba a ser demasiado oscuro, así que no quise escribirlo. Pero la gente de prensa de Fabi me pidió que lo hiciera igual, que necesitaban la nota. Salió con un par de fotos hermosas de Nora Lezano, en la que casi no se le veía la cara a Fabi. Así estaba ella entonces. No me gusta escribir cosas que no pueda decirle al entrevistado en la cara, por lo que estaba incómodo con algunos inevitables detalles del artículo. Sólo me quedé tranquilo después de que, en los pasillos de ese Gran Rex que se anunciaba en la entrevista, Fernando Noy me presentó ante la madre de Fabiana, que me tomó las manos y me agradeció la nota. Desde entonces, la atesoro entre mis notas preferidas. Pero creo que me fui de tema, así que volvamos a Fabi, Los Perros Calientes y Empire State, el tema que suena casi al final del no-programa vintage que estamos repasando esta semana. Lo que pesa es lo prohibido/ sobre la tierra, canta Fabi desde un disco producido por Páez, con temas firmados mayormente por Carámbula, pero en el que se podría decir que la pareja que entonces aún formaban “dialoga” entre los hits del disco, este Empire State —¿por qué se llamará así?— y el 220 a tu amor firmado por Fito. Y también dialoga Fabi con el resto de un Música Cretina que aún tiene semana y canciones por delante. Pasen y vean. Y también escuchen, ¿qué otra cosa se puede hacer en un verano que ya casi se fue y ni nos dimos cuenta?

lunes, 10 de febrero de 2020

Los Lobos, "Alone in a crowd" (Johnny Thunders)

Estoy solo/ incluso con vos

Es lunes, es febrero, entonces hay un nuevo Rescate de Verano 2020. Y el no-programa elegido esta vez abre con un tema del señor de la foto. Se llama Johnny Thunders, y éste siempre me pareció su mejor retrato de madurez, tomado por ese genio llamado Alberto García-Alix. El que canta, sin embargo, no es Thunders, sino Louie Pérez, al frente de Los Lobos, como parte de un tributo a su música editado originalmente en 1995, titulado I only wrote this song for you (es decir: sólo escribí esta canción para vos), por un tema de su segundo disco solista, Que será, será, y porque una despojada versión demo grabada por el propio Johnny de ese tema cerraba el tributo. En ese disco aparecen todos los que tenían que estar (Patti Palladin, David Johansen, Arthur Kane, Willy DeVille y siguen las firmas), mientras que en Los Lobos el que canta es una rareza, ya que Pérez arrancó siendo el baterista del grupo y formó desde temprano un sólido dúo compositivo junto a David Hidalgo, pero no suele encargarse de las voces. Leo por ahí que Pérez e Hidalgo se conocieron en 1971, y se sorprendieron al descubrir que a los dos les gustaban Randy Newman, Ry Cooder y Fairport Convention. “No soy el único freak”, recuerda Pérez que dijo entonces, que tal vez haya pasado a cantar el tema de Thunders por alguna afinidad personal. O porque en esa época Los Lobos tenían un pie en cada pastel: iban de Kiko a Colossal head, y en el camino habían aparecido el reconocimiento crítico, proyectos solistas varios, bandas de sonido, cambio de discográfica —abandonaban su histórica Slash para pasar a firmar directamente con Warner—, y toda clase de participaciones en discos homenaje: además del de Thunders, no pudieron negarse (asi lo explicaron ellos entonces) a grabar también para los de Doc Pomus, Richard Thompson y Grateful Dead. En el revuelo, tal vez haya sido simplemente natural que el buen Louie Pérez terminase cantando el tema. Los invito a que pasen a escucharlo, vale la pena. Y que, a partir de ese Estás hablando, estás hablándome a mi con el que abre la canción, dejen correr este vintage Musica Cretina ideal para un verano que hasta ahora siempre nos ha tenido clemencia.

domingo, 9 de febrero de 2020

Pajarito Zaguri, "Maravilloso y real"

¿Por qué será que yo vivo/ hasta donde voy a llegar?

Domingo soleado pero ventoso en Música Cretina, y aquí nadie se queja: después de la ola de calor que nos puso a hervir en estos últimos días, es bueno podes disfrutar de algún descanso. Pero los Rescates de Verano siguen, y por lo tanto también siguen los recuerdos. La foto de acá arriba es la de la contratapa de El rey criollo del rock’n’roll, el álbum que Pajarito Zaguri sacó allá por el año 84, y con el que no pasó absolutamente nada. Tan poco pasó con ese disco, que cuando años más tarde lo descubrí en una batea en oferta por Av. Cabildo —la funda transparente dice Centre Lafayette, pero no se por qué me parece que no lo compré ahí sino en un antro mucho más impresentable— a pesar de ser un dedicado lector de toda clase de revistas de rock habidas y por haber, no tenía mucha idea de qué se trataba. Eran los años de la hiper, los cortes de luz y —lo que aquí nos importa— el fin del vinilo, y todas las disquerías se deshacían a precio de regalo de los que les quedaban. Recuerdo claramente que lo compré a 1 peso, en un local que daba a la calle que pronto se convertiría en uno de esos Todo x 2 pesos, eternos clásicos de la crisis. Junto con el disco de Pajarito compré otros discos que desde entonces pasaron a formar parte de mis tesoros en vinilo, y de los que tampoco tenía mucha idea cuando los compré: Otroshakers y el compilado del sello angelino Slash! Pero volviendo al de Zaguri, la verdad que sin información previa no era muy apetecible: la portada era imposible —una silueta vacía, el título manuscrito— y la foto de contratapa de rockeros (¡Black Amaya!) que se pretenden desafiantes pero sólo parecen cansados no levanta demasiado. Pero la música fue una revelación para mi en ese momento. Era un rock puro, pero al mismo tiempo lleno de historias pasadas y promesas futuras, el punto medio exacto entre la celebración priápica de los primeros Dulces 16 y la mugre festiva del primer disco de los Redondos. Pajarito suena lleno de experiencia en cada uno de los temas, pero sin querer tirarte toda esa experiencia por la cabeza, celebrando una vida bien vivida pero que siempre está empezando de nuevo. Por momentos ingenuos, pero sosteniendo la mirada desde esa supuesta ingenuidad hasta demostrar que es mucho más que eso, Pajarito abre cantando El rey criollo haciéndole un guiño al auténtico Rey —y a los Teen Tops— y cierra el disco con un tema llamado Ella es América del Sur, sintonizando con los tiempos y también con Miguel Abuelo. En el medio hay lugares para rockitos que aún hoy me parecen inmortales, como el puño cerrado de Dime si hay sol o la mano abierta de Ah, sí, esta vida, sí es para mi. Recuerdo una baladaza como Dame tu mejor canción (Cuánto hace que no andabas por aquí guitarra/ ven a darle vida a lo que hay muerto en mi) y también la otra versión del disco, que anticipa por años lo que luego harían tan bien los Divididos: una versión de Vidala para mi sombra, de Julio Espinosa. Pero en este segundo Rescate de Verano 2020 lo que suena es uno de los tres temas de apenas un minuto y medio que hay en el disco, el encantador Maravilloso y real. Me brinda mil sensaciones/ sentirme vivo y amar, canta Pajarito y esa es la idea, ya sea con o sin verano, con o sin nubes, con o sin música. Pero mejor con. Y si es Cretina mejor.  

sábado, 8 de febrero de 2020

Rescate de Verano 2020 #2

ESTO NO ES UN PROGRAMA

3-2-2020

Lado A

“No sé de qué pensar/ si ya no sé qué es lo que pienso”

1.- Aaron Neville, Be my baby (The Ronettes)
2.- Patricio Rey y Sus Redonditos de Ricota, Motorpsico
3.- Mark Lanegan, Red balloon (Tim Hardin)
4.- Cody ChesnuTT, Everybody’s brother
5.- Pappo’s Blues, El viejo
6.- Charles Bradley, Where do we go from here?
7.- Viva Elástico, La traición

Lado B

“Tal vez deberías escribir tu propia canción/ y seguir adelante”

8.- Dan Penn, Come into my heart
9.- Herbert Vianna, Derretendo satélites
10.- David Bowie, Valentine’s day
11.- Alice Russell, Heartbreaker Pt. 2
12.- La Teoría del Caos, Después de todo
13.- Low, Plastic cup
14.- Lee Fields & The Expressions, Ladies
15.- Pajarito Zaguri, Maravilloso y real


(Emisión original: Música Cretina 2013 #6, 31-3-2013)

jueves, 6 de febrero de 2020

Herbert Vianna, "Derretendo satelites"


Una vez, diez, quince, veinte, lo que sea/ no tengo nada más que hacer

El título del disco de la foto es perfecto. Que ocho años atrás, más de una década después del accidente en el que perdió a su mujer y casi perdió la vida, Herbert Vianna haya sacado un nuevo disco solista es justamente eso, una Victoria. Y en este repaso por no-programas vintage que estamos haciendo durante este verano de los años 20, suena perfecto recordar también al buen Herbert, que me dio entonces su nuevo disco como tantas veces lo hizo con discos ajenos —me presentó a Chico Science, por ejemplo— y propios. Fue en un encuentro de paso, en Aeroparque, una escala del grupo para irse a tocar en algún festival del interior (donde en aquella época venian tocando más que en Buenos Aires), en el que aproveché para reunirlo con el amigo Oscar Jalil, que quería su testimonio para su biografía de Luca Prodan. Por supuesto que no estaba solo, Herbert no puede estarlo, siempre necesita asistencia. Como la necesitó para regresar al mundo de los vivos, al que lo trajo de vuelta primero la música y luego sus amigos dispuestos a tocar con él todo lo que hiciese falta. Supongo que esa es la verdadera victoria. Editado en 2012, el cuarto disco solista de Herbert —que como todos los otros se lo ha escuchado injustamente muy poco— recupera principalmente a pedido de sus hijas algunos temas que compuso durante su carrera para cantantes amigas pero nunca había llegado a grabar. Como Derretendo satélites, que se puede escuchar casi al comienzo —justo después de Dan Penn— del Lado B de este segundo Rescate de Verano 2020 que venimos escuchando esta primer semana de febrero en Música Cretina. Originalmente grabado en el debut solista de la rubia Paula Toller, ex cantante de Kid Abelha y vinculada sentimentalmente con Herbert durante la época mas agitada de Paralamas —y Kid Abelha también, por supuesto—, suena mucho mejor sólo en guitarra y voz, qué duda cabe. Estoy acá pensando en vos/ dejando el agua correr, canta Herbert, y también canta el verano y el calor y el sol y el viento por el que rezamos cada noche. La música es nuestra religión, y las canciones su evangelio. El verano es solo un desierto al que hay atravesar, con versos y más versos en nuestras cantimploras. Hasta alcanzar tierra sagrada. Y cretina también.

miércoles, 5 de febrero de 2020

Tim Maia, "Nao quero dinheiro (So quero amar)"


Voy a pedir que vuelvas/ voy a pedir que te quedes

Enero parece eterno, pero febrero apenas llega que ya se va. Así es el verano, y así también es la vida, qué tanto. Algo que parece saber Tim Maia, al menos en los versos que reproduzco acá arriba, en los que lejos de echar a nadie sólo pide que regrese. Y enseguida también confiesa que no quiere dinero, sólo quiere amar, resumiendo disfrute y condena de los que nos dedicamos a las artes y sus derivados. Al menos de —casi— todos los que yo conozco y conocí durante toda mi vida. ¡Y ni hablar por casa! No sabemos nada de ganar dinero, sólo queremos querer y que nos quieran. Así andamos por este verano del 2020, que Música Cretina, que nunca ha dado nada parecido al dinero pero si mucho amor, pretende atravesarlo rescatando no-programas vintage, que según delata el mixcloud no han sido escuchados —amados, o sea— lo que se merecen. El dinero, vaya y pase. ¡Pero con el amor no! Y si hablamos de amor nada mejor que volver sobre Tim Maia, pese a que en la imagen de aquí arriba no parece tener cara de muy buenos amigos. Es la foto de portada de su segundo disco, fechado en 1971, donde parece haber tenido que hacerse el malo. Esos primeros discos de Tim son mágicos, ahí está todo, tuve la suerte que una querida amiga, a la que conocí —cuándo no— escuchando buena música en vivo, me escuchó hablar de Tim y apenas pudo me regaló una caja por entonces recién editada en Brasil justo con esas perlas. Nunca podré pagarle lo que hizo por mi discoteca, lo supe entonces, lo sigo pensando ahora. Pero lo dijimos aquí arriba, no sabemos nada de pagos, solo sabemos dar. La semana entera/ estuve esperando/ para verte sonriendo/ para verte cantando, canta Maia, y el sentimiento es el mismo de siempre. Cretino, claro. Gritando al mundo entero, igual que él: Nao quero dinheiro/ Eu so quero amar. Feliz primer miércoles de febrero para todxs, chiquilinxs.

martes, 4 de febrero de 2020

Dan Penn, "Come into my heart"

El joven de la foto se llama Dan Penn, y aún en el caso de que sepan de quién hablo seguro que no lo reconocerán en esa imagen. Porque Penn es más que nada celebrado como productor y compositor de algunos de los clásicos más inmortales del repertorio del soul y el rhythm’n’blues. Creo que el primero de esos clásicos que conocí —o que pude reconocer, mucho antes de saber quién era su autor— fue Dark end of the street, tal vez en una versión de Ry Cooder, ¿por qué no? Son canciones fáciles de reconocer fuera de su entorno natural, porque siempre se destacan. Existen en su propio tiempo, y entonces cuando un artista popular intenta honrarlos o queda en ridículo, y entonces es un bache dentro de su repertorio, o logra dar en el clavo y hacerlo propio, y termina siendo por lejos el mejor del disco. Es ahí cuando, si está sonando, hace que uno se levante de dónde esté tirado o interrumpa la conversación ocasional para preguntar: ¿esto qué es? Y cuando los nombres al final del particular hilo de ariadna que son los créditos de los temas y grabaciones llevan siempre al mismo destino, es que uno finalmente empieza a reconocer a gente como Dan Penn. Y también por otras historias, claro. Para el joven Alex Chilton cuando estaba al frente de los Box Tops, por ejemplo, Penn era el tirano que —junto a Chips Moman— les decía qué tenían que grabar allá en Memphis. Y ahí estuvo también Penn cuando Aretha dijo presente en los estudios Muscle Shoals para revivir su carrera al sentarse al piano para grabar su mejor disco, que incluye otro hoy eterno clásico suyo, Do right woman do right man. Una de las gemas de mi discoteca es justamente Do right man, el disco solista —producido junto a George Drakoulias a mediados de los 90— en el que grabó sus temas más conocidos, y repasar los nombres justicia el no-somos-dignos, ya que entre ellos aparecen también Cry like a man, It tears me up o I’m your puppet. Y mi preferido, You left the water running, que habla de un amante que se fue tan rápido que dejó la canilla abierta. Todos firmados por Penn junto a otros colaboradores, como su gran compinche, el pianista Spooner Oldham, o el mencionado Moman, y también muchos mas. Pero el que siempre está es Penn. Nada mal para un tipo que confesó que, luego de componer su primer hit, no podía dejar de preguntarse si alguna vez iba a poder componer otro. Y volviendo a la foto que ilustra estas líneas, en la que está irreconocible: es el Penn que nunca fue, el que intentó abrirse paso como cantante. Tenía apenas entonces 21 años, y la rescató el guitarrista que se puede ver a la derecha, Johnny Sandlin, que por entonces —1962— acusaba sólo 17 años pero con el tiempo terminaría siendo conocido como productor de los Allman Brothers. Esta foto del Penn veinteañero ilustra la contraportada del librillo interno de un disco que desde que lo consegui ha pasado a ser otra de las gemas de mi discoteca, en el que se compilan las grabaciones perdidas de Penn en los Fame Studios, ya sea sesiones amateur antes de ser famoso como los demos de esos temas que terminarían siendo clásicos. Lo editó el sello Ace y es una joya. El tema que abre el Lado B del nuevo Rescate de Verano de Música Cretina lleva por nombre Come into my heart, y es uno de los pocas incluidos en el disco que permaneció inédito y sólo lo cantó Penn, que cuenta que para cuando lo grabaron, a mediados de los 60, ya veneraban a Phil Spector, así que el tema tiene una onda The Supremes. Pero nada de pared de sonido para Penn y sus amigos, lo que suena es sólo piano, bajo y batería. “Es la forma en que siempre me gustó grabar”, dice Penn. “Nunca fui un fanático de la guitarra”. Los invito entonces a viajar en el tiempo desde estos nuevos años 20 hasta una época en que todo estaba aún por verse, y un tema como éste —y no los otros— podría haber sido un clásico. Viajemos juntos hasta el mundo de Música Cretina, donde nada importa, ni el calor, ni el verano, y mucho menos siglo en que vivimos. Sólo importa la música. Y que sea Cretina, claro.  

lunes, 3 de febrero de 2020

Aaron Neville, "Be my Baby" (The Ronettes)


La noche en que te conocí/ supe que te necesitaba

El tipo de la foto se llama Aaron Neville, los versos que abren estas líneas son los primeros de una canción llamada Be my Baby, y los que pusieron a cantar al buen Aaron el temazo que prácticamente fundó las Ronettes de la mano de Phil Spector fueron nada más y nada menos que Keith Richards y Don Was. Ellos produjeron My true story (2013), un disco en el que el que hoy ha quedado —con la reciente muerte de sus hermanos Art y Chrles— como el mayor de los Neville Brothers se dio el gusto de homenajear al doo-woop, ese inmediato antecesor del rock que fanatizó a Frank Zappa, Lou Reed y tantos otros que el prejuicio hace que uno no se los imagine rendidos ante los grupos vocales. Santo Grial del pop y del rock, Brian Wilson dixit, Be my Baby es considerada unánimemente como el punto de partida en esa ruta dorada hacia lo mejor de la música popular de la época, y también es —en la angelical voz de Aaron— el tema con el que abre este nuevo Rescate de Verano 2020 que los invito a escuchar, un no-programa lleno de sorpresas que quedó casi escondido en el bombardeo semanal de la temporada que sonó en la FM Universidad de La Plata. Pasen y escuchen, entonces, busquen refugio del sol de este primer lunes de febrero haciendo play en un vintage Música Cretina que suena como nuevo, como siempre, como este verano que nos viene tratando tan bien que merecería no irse jamás.


domingo, 2 de febrero de 2020

Rescate de Verano 2020 #1

ESTO NO ES UN PROGRAMA

27-1-2020

Lado A

“Soy como una vieja atracción/ que un día sirvió para pasarlo bien”

1.- EMA, When she comes
2.- El Niño Gusano, Duerme
3.- Sammy Jones, She didn’t know
4.- John Murray, Golden state
5.- Silvia Pérez Cruz y Raül Fernández Miro, Carabelas nada (Fito Páez)
6.- Ian McCulloch, The killing moon
7.- Billy Bragg, The warmest room

Lado B

“Si pudiese hablar te lo diría/ si pudiese sonreír te lo haría saber”

8.- Verna & Rob, More soul
9.- Linda Mirada, Secundario
10.- Simone Felice, If you go to L. A.
11.- Ray Lamontagne, Supernova
12.- Riki Musso, La antorcha humana
13.- Vondors, Look into the mirror
14.- The Lemonheads, If I could talk I tell you
15.- Tim Maia, Nao quero dinheiro

Escuchar

(Emisión original: Música Cretina 2014 #16, 24-8-2014)